We are in problems

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Narra Taehyung

Apenas entramos a la cabaña, puse seguro a la puerta y guarde la llave en mi bolsillo, notando que mi pequeño conejo se puso alerta y sonreí al mirarlo.

Es tan lindo, tan jodidamente precioso, un sueño hecho realidad. Todo lo que siempre deseé tener, mi gran perdición y mi dulce obsesión. Pero aún no era momento para hacer todo lo que tenía pensando, así que tenía que aguantarme las ganas.

-Kookie... Primero debo curar tu herida, no quiero que se infecte... También tengo que curar las mías, está bien?

Observé su hermoso rostro por un momento, dando un gesto de preocupación y él solo asintió sin dejar de mirar hasta el más mínimo movimiento que hacía. Sin más, caminé hasta donde estaba el botiquín y se preguntarán "ey, pero si eres un asesino, ¿Por qué tienes eso?" Obvio lo necesito, mi cuerpo no es de hierro y a veces con mis víctimas sufro lesiones aunque no lo parezca.

En fin, logré acercarme con cuidado a Jungkook y abrí el botiquín sacando lo necesario para curar su herida, quería ser delicado y evitar que le doliera. Por hoy ya tuvo suficiente y ¿que decir de mi? Ya estaba muy agotado y necesitaba descansar. No había sido un buen día, no fui a trabajar y no le avisé al jefe, lo más probable es que ya me despidió...

Agh...

Me quejé y di un fuerte suspiro, no siendo consciente que alguien a quien tenía al frente me escuchó.

JK: ¿No crees que soy yo quien debería quejarse? Sino quieres curarme yo mismo puedo hacerlo.

Lo que faltaba...

Subí mi vista, observando su frente fruncida y sus labios presionados, casi queriendo hacer un puchero.

-Oye... Calma, si? Que temperamento el que tienes.

JK: Y como no, si te estás quejando.

-No me estoy quejando de ti...

JK: Entonces, ¿de qué?

-Me quedé sin trabajo, eso es todo.

Seguí curando su herida y la cubrí con una venda siendo aún cuidadoso, pues no quería que Jungkook se molestara más y por alguna razón, sentía que el menor tenía muchas dudas y por supuesto, estaba dispuesto a responder cada una de ellas, en el fondo me sentía culpable por lo que había hecho e incluso, quería remediar las cosas. Sin embargo, sabía perfectamente que nada volvería a ser como antes, que no podía arreglar algo que yo mismo causé y en su mirada notaba que él quería preguntar, saber hasta el más mínimo detalle y entender el porqué de todo, pero se quedó callado y un "gracias" salió de su boca en forma de susurro. Luego, aproveché para limpiar mis heridas y puse todo en su lugar al igual que deposité en una canasta lo que había usado para la limpieza.

-¿Quieres algo de comer?

JK: Si... También tengo mucha sed...

-Esta bien, voy a preparar algo.

Sin decir nada más, fui a la cocina y saqué algunas cosas de la nevera para preparar un par de sandwiches y limonada.

Me sentía tranquilo porque la cabaña estaba limpia y ya el aroma a muerto era mínimo, al menos ya no olía tanto como la vez en que Yoongi vino de visita.

Me quedé pensando por un momento...

¡Hoseok!

Busqué mi celular, pero no aparecía en ningún lugar... ¿Lo había votado? No...

¡Ahhh... HIJUEPUTA VIDA!

Lo dejé en la casa de Kookie y ahora?

Si la policía encuentra el celular, lo más probable es que irán por Hobi, verán los vídeos que subimos en la deep web e incluso sabrán la ubicación de la maldita cabaña.

El albañil de Oshio - TaekookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora