Capítulo 17: Eramish [parte 2]

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Hace cinco años... Llegaba el príncipe Eramish de otra batalla victoriosa a las afueras de Darkness. Al contrario de lo que muchos pensarían, el no fue recibido por cantos y elogios, sino por los abucheos de la multitud... Digamos que el joven Eramish de 22 años, no era el príncipe más querido de todos los tiempos, y eso le encantaba. El joven demonio, de cabello corto y blanco, dos cuernos y unas impresionantes alas negras disfrutaba de su bienvenida llena de odio y le ponía el dedo de en medio a la multitud, disfrutando del rencor de su pueblo... Sin embargo, su diversión se vió arruinada en cuanto entró la joven princesa Brith, siendo recibida con clamores y emoción... Otra vez esa pretenciosa le opacaba el momento... Como siempre.

Al llegar al palacio, ambos fueron recibidos por su padre: el rey de Darkness. Él llenó de felicitaciones a su hija prodigio, quién dejó más bajas en el campo de batalla que cualquier otro miembro de la familia real... Eramish solo ponía cara de fastidio al escucharlo. En cuanto el rey terminó de elogiar a Brith, llegó el turno de su primogénito para quién solo tenía reclamos. Le reprochó al príncipe su incompetencia, su falta de capacidad para las batallas y hasta dijo que de no ser por Brith, el joven caería fácilmente derrotado por los enemigos... Claro, como si ella hubiera protegido a su hermano alguna vez. Rematando al mencionar que el joven era una deshonra para la familia real, arto de escucharlo, Eramish salió de la sala del trono sin importarle nada ni nadie, ni siquiera los furiosos gritos de su padre al que terminó de ignorar sacando sus audífonos y escuchando algo de metal pesado.

El joven fue a su desordenado cuarto, sacó algunas cervezas de su mini refri y después llamó por teléfono a algunas chicas para recibir una cálida recepción. La vida del príncipe Eramish estaba llena de excesos y cada noche era una fiesta sin fin. Esa fecha, el joven bebió botella tras botella y se acostó con tres bellas demonios... En fin, una ventaja de ser un príncipe es justamente tener todo lo que quieras... ¿No es así?... No exactamente... El joven estaba acostumbrando a tenerlo todo, litros de cerveza, sexo desenfrenado... Pero alguien seguía fastidiando su existencia peor que una piedra en el zapato, alguien de quién no se podía deshacer con solo un chasquido... La princesa Brith... Su odiosa hermana.

Ella siempre fue la favorita de todos, de su padre, de la corte real, del pueblo, en fin. Brith siempre fue "la mejor" y él "el deshonroso". La opinión unos demonios sin nada que hacer lo tenía sin cuidado, el príncipe se ocupaba de disfrutar la vida al máximo, sin importarle nada más, faltando a las reuniones y pasándose sus deberes reales por el arco del triunfo. Después de todo, si ellos no lo respetaban él no le debía nada a esa bola de pretenciosos llamada congreso. Sin embargo, tampoco podía negar que su orgullo se veía opacado por la presencia de su hermana... Ella siempre se creyó mejor que él. Eramish sentía rabia de que todo el mundo ignorara su papel como heredero al trono y le diera todas las preferencias a su hermana menor. Ellos obviamente preferían a Brith como heredera y Eramish sabía que esto podría traerle problemas en el futuro.

Brith se veía tan intachable ante la realeza del infierno que el príncipe sabía que algo así era imposible... Ella tenía que tener algún secreto, algo cuestionable que haga que su imagen de "princesa perfecta" caiga ante todos... Solo debía de averiguar que era. Unos cuantos días después de su regreso, el joven tuvo que dejar a sus hermosas demonios esperando mientras se encargaba de seguir a su hermana en su forma de murciélago. Esa noche, vió a la joven Brith abrir un portal al mundo humano... Sumamente extraño... Pero parecía ser que las sospechas de Eramish se volvían más sólidas.

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El príncipe siguió a su hermana hasta el mundo humano... En la tierra era de día, a diferencia del infierno, donde era de noche. En lugar de todo lo que él imaginaba, ambos estaban en la cima de una montaña... ¿Qué buscaría la princesa de Darkness ahí?. Brith rápidamente cambió a su forma humana y se ato el cabello en una cola alta con ayuda de una liga con adornos de corazones rojos mientras el curioso murciélago se ocultaba en lo alto de los árboles cercanos. La peliblanca observó una casa a lo lejos mientras se escondía detrás de un árbol hasta que la puerta se abrió y salió del lugar un chico de largo cabello negro con puntas rojas, ojos amarillos y usando un bastón. Ese humano no parecía la gran cosa para Eramish pero la cara de su hermana lo asustó, los ojos de la peliblanca brillaron mientras un sonrojo evidente se plasmó en su rostro, Brith no suele sonreír a menos que le este provocando dolor a alguien más pero al ver a Leonard, la princesa no podía evitar liberar una dulce sonrisa, era muy evidente su enamoramiento por él. Con algo de nervios, la chica acomodó su ropa y caminó hacia el pelinegro para saludarlo... Leonard la recibió con una sonrisa gentil y un sonrojo en la cara. Ambos se abrazaron y comenzaron a conversar mientras Brith ayudaba a su enamorado con las labores del jardín... Eramish finalmente tenía lo que quería... Ahora sabía que su hermana esta enamorada de un humano... Material perfecto para un escándalo... Sin embargo, justo cuando el príncipe planeaba su próximo movimiento alguien distrajo su atención.

Atrapado en la oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora