Capítulo 9: Hasta que la muerte nos separe

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Los guardias escoltaron a la princesa Brith y a su sirvienta a su habitación pero cuando estaban a punto de irse:

-¡Hey mequetrefes! ¿No creen que están olvidando algo? -Preguntaba la princesa victoriosa mientras acercaba hacia ellos sus manos, con los brazaletes de control que impedían que usara su magia

-Lo siento su majestad, el rey ordenó explícitamente que no les retiremos los brazaletes... Una pena -Comentaba uno de los guardias burlándose entre líneas. Después todos se fueron del lugar

-Imbéciles... -Decía en voz baja la princesa Brith

-Tenemos mucha suerte de que nos dejaran ir, robar la espada del rey es un crimen muy grave... -Le comentaba una preocupada Amber

-Te procupaste en vano, nosotras no somos como los demás diablillos insignificantes de este lugar, nosotras somos... De otra clase -Explicaba Brith con mucha confianza

-Aún así ¿No le parece raro que no nos hayan retirado los brazaletes? -Cuestionó la pelirroja

-Debe ser alguna broma de mal gusto de los guardias, y aunque no lo fuera lo resolveré. Por lo mientras no podemos perder tiempo, la princesa Brith tiene que regresar en todo su esplendor, ¡Saca uno de mis mejores vestidos del clóset!, me daré un baño de burbujas y me ayudarás a verme hermosa. Tanto tiempo en el calabozo ha arruinado todo mi porte real, que asco. Mientras regreso ponte algo bonito, inventate algo y cepillate ese nido de ratas rojo que tienes en la cabeza -Ordenó la princesa saliendo del lugar

Brith tomó un baño de burbujas para posteriormente ser arreglada por Amber, sin duda alguna había recuperado su imagen de siempre, llevaba un largo vestido rojo, su cabellera blanca y suelta volvía a relucir mientras la tiara negra sobre su cabeza acompañada de sus grandes alas y cuernos reforzaba lo que ella ya sabía, que es la princesa y la autoridad en Darkness por lo que todos deben inclinarse ante ella y rogar algo de compasión.

Justo cuando Amber estaba terminando de arreglarla uno de los sirvientes reales tocó la puerta, Brith lo dejó pasar porque traía un mensaje de su padre: por lo visto él rey quería verla en la sala del consejo lo antes posible. La princesa decidió atender este llamado y fué con Amber al gran salón del consejo de Darkness, donde el lugar estaba completamente vacío a excepción de ellos tres y unos cuantos guardias fuera del lugar. El rey le ordenó a Brith que entrara sola y la chica hizo caso al pie de la letra, entró al lugar y uno de los guardias cerró la puerta desde fuera. La despiadada princesa se inclinó ante su padre y le dijo:

-Muchas gracias por liberarme, el tiempo en el calabozo me hizo reflexionar. Cometí una gran impertinencia que jamás volverá a pasar

-Efectivamente, jamás volverá a pasar Brith. Has hecho demasiadas proezas como para dejarte pudriendo en un calabozo, eres la mejor de la familia real en casi todas las disciplinas, la mujer más temida de todo el infierno y la que tiene el récord de más muertes causadas, sin mencionar lo que hiciste con... Eramish, eso fue perfecto -Decía el rey orgulloso

-No podría haber conseguido nada sin usted, y me apena enormemente haberlo decepcionado... -Expresó la peliblanca

-Sería un sin sentido echar toda esa trayectoria por la borda por un... Tropiezo sentimental -Remató el gobernante

-Muchas gra... -Brith fué repentinamente interrumpida

-Por eso ya tengo un plan para ti -El tono del padre de la chica cambió a algo un poco más serio

Atrapado en la oscuridad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora