Capítulo 28

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Con mucho esfuerzo, Marcus se contuvo y no fue de inmediato a ver a su prima, sino que esperó hasta el horario en el que sabía que Robin no se encontraría en su casa para así poder tener una conversación privada con ella

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Con mucho esfuerzo, Marcus se contuvo y no fue de inmediato a ver a su prima, sino que esperó hasta el horario en el que sabía que Robin no se encontraría en su casa para así poder tener una conversación privada con ella.

Llegó a la casa y respiró hondo antes de tocar el timbre. Necesitaba apaciguar su temperamento, aunque era una misión imposible.

La puerta se abrió y Ruby lo recibió con una expresión de duda.

—Sabes por qué estoy aquí, ¿verdad? —masculló pasando a un lado de ella para ingresar a la casa sin esperar invitación o permiso.

—Puedo imaginarlo —musitó la pelirroja siguiéndolo con paso tranquilo.

Marcus se giró de repente cuando llegó a la sala principal y clavó sus ojos llenos de ira en ella.

—Me vas a dar ese maldito video ahora mismo, Ruby. Y espero, por tu bien, que no lo haya visto nadie más

Ella soltó una risita.

—¿Y por qué haría algo así? Si lo que te preocupa es que alguien se burle de tí, ten la certeza de que no lo harán. A los hombres no se los juzga por acostarse con cualquiera.

—No me importa lo que puedan decir sobre mí. Pero ya que lo dices así, ¿cómo pudiste hacer algo semejante? ¿De donde rayos sacaste ese video y por qué has amenazado a Emilie?

—Porque se lo merece —contestó ella con frialdad y sin mostrar ni un ápice de culpa.

—¿Y qué crees que pensará Robin de ti cuando sepa lo que quieres hacer? Lo conozco muy bien y sé que cuando se entere se pondrá furioso contigo. Lo vas a decepcionar, Rub. Lo bueno es que al fin sabrá la clase de mujer con la que se casó.

La facciones de Ruby se endurecieron, probablemente porque él acababa de decirle algo que ella no había tenido en cuenta.

—¿Tú crees que va a apoyarte en una locura como esa? —continuó él—. Los dos sabemos muy bien que Robin y Emilie tienen historia, si le haces daño, también te estarás hundiendo a tí misma. Lo sabes ¿verdad? Si ese video sale a la luz, me ocuparé de que te sientas de la misma forma que lo hará Emilie.

—¿Me estás amenazando? —masculló ella entredientes—. Somos familia. No serías capaz de hacerme daño.

—No es una amenaza, es una advertencia.

Ruby lo miró con odio.

—¿Arruinarías mi vida por una Johnson?

El aludido dio un paso adelante.

—¿Qué te hizo para que la odies tanto, Ruby? —preguntó con cansancio—. Y por favor, no digas que es por su apellido, es ridículo.

—¿Ridículo? ¡Ellos nos lo quitaron todo, Marcus! Primero mamá y luego Daryl.

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