Capítulo 6

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James posó sus manos en los hombros de Liv, y la hizo caminar hasta la silla de una mesa diferente a la que había estado la familia, y luego la corrió para que se sentara antes de hacer lo propio frente a ella y entregarle el menú

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James posó sus manos en los hombros de Liv, y la hizo caminar hasta la silla de una mesa diferente a la que había estado la familia, y luego la corrió para que se sentara antes de hacer lo propio frente a ella y entregarle el menú.

—Optaré por una hamburguesa con papas fritas —dijo Olivia sin mirar.

Él sonrió. En su vida había salido con una chica que pidiera una comida como esa en una primera cita, o en ninguna otra, de hecho.

—Muy bien, pediré lo mismo —concluyó llamando a la mesera.

Liv se encogió en la silla, aún abochornada por el comportamiento de su hermana y furiosa con ella por la misma razón.

—Antes que nada te debo una disculpa —dijo con voz firme y Liv lo observó ladeando la cabeza, confusa. La única que sentía que debía disculparse allí era ella debido a la mala actitud de Ruby—. Por no haberte escuchado y organizar esto a pesar de tus advertencias. Solo quería ver con mis propios ojos cómo estaban las cosas. No pensé que fueran a tratarte de ese modo, lo siento.

—No pasa nada, al menos ahora me crees que esto se ha vuelto al normal, pero que debe terminar con urgencia.

—Sí —concordó con una mueca—. Estoy más que convencido.

—¿Y eso quiere decir que ahora sí vamos a acatarnos a mi plan? —se aventuró a preguntar—. Yo sé que puede funcionar, James.

El muchacho suspiró.

—No hay forma de que pueda quitarte eso de la cabeza, ¿cierto? Lo peor de todo es que por esta noche me he quedado sin argumentos para contrariarte. No tengo un plan de respaldo.

—Mi plan perfecto, si eres medianamente buen actor, lo lograremos sin mayores problemas.

James no pudo evitar sonreír, aunque admiraba su persistencia, seguía creyendo que lo que ella creía racional era una total locura.

Ante su silencio, Liv continuó hablando.

—Sé que tal vez yo no sea el tipo de mujer a las que estás acostumbrado, que quizás creas que tu familia lo encontrará difícil de creer por...

James la interrumpió antes de que pudiera terminar.

—No sé qué idea tienes de mi o de las mujeres con las que salgo, Olivia, pero te aseguro que no tiene nada que ver con que yo creo que tu plan es... riesgoso. El problema no eres tú. El problema son las consecuencias de lo que quieres hacer.

Liv soltó un suspiro de cansancio.

—Yo solo quiero un poco de paz. Solo eso.

—Y lo conseguiremos, te aseguro que lo haremos —prometió él y también se lo dijo a sí mismo. No lo hizo solo por ver la amplia y bonita sonrisa en el rostro de Olivia, sino por el bien de todos sus hermanos y los de ella.

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