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Cassian seguía maldiciendo entre dientes mientras subía el cierre de su pantalón. Sabía que había sido mala idea aceptar la propuesta de Sappahire pero al mismo tiempo sabia que era la mejor opción. Se sentía humillado, pero tambien en paz. Nunca nadie lo traído a esta tienda, incluso cuando recibió la beca su uniforme fue entregado de mala gana.

Cassian sabía que nada era gratis.

Las marcas en su cuerpo se lo recordaban.

Así que solo espero que cuando Sappahire quisiera cobrar su deuda pudiese pagarlo.

Se miró en el espejo por un segundo, detalló su cuerpo mientras se mordía el labio con repulsión, intentando por un segundo, que le gustara lo que veía, pero no fue así. Se acerca al perchero y tomó la camisa con apuro, la deslizó por sus brazos tratando de no arrugarla.

Hasta que alguien lo empujó con fuerza, su cabeza chocó con la pared. Aturdido miró a la persona causante de esto.

—¿Qué haces aquí?

—Shhh —Sapphire puso un dedo en sus labios intentando que se callara.

Ella desvío la mirada fuera de la cortina, parecía tener una mirada extraña cada segundo. Cassian intentó acercarse para ver lo que causaba su extraño comportamiento, pero Sapphire lo empujó otra vez.

—Ay.

—La persona que esta afuera y yo no nos llevamos bien, coopera. Quédate ahí y no te muevas —exclamó, presionando a Cassian contra la pared sin importar—. Si me ayudas no te compraré un cabestrillo para tu brazo.

—¿Quieres partirme el brazo?

—Shhh...

Sapphire tenía una buena razón para actuar como una loca. De todas las personas que pensaba que podía encontrarse en esta tiende este día nunca esperó que fuera la protagonista femenina.

Hay algo curioso sobre este weebton; solo los protagonistas tienen un color de cabello singular. Cassian es rubio ¿la protagonista? Tenía el cabello rosa. Sapphire incluso se preguntó si para todos era normal ver a una persona con ese color de cabello, pero no cuestionó el mundo. Todo aquí tiene un guión, nadie tiene sentido común.

Entonces cuando vio una caballero larga y rosa caminar junto con un hombre alto pensó que estaba alucinando. Hasta que dijeron su nombre:

—La pequeña Cerine de Saint Germain.

Su apellido era francés, en el weebton cuenta la historia de su padre, el hombre que lo perdió todo pero que tiene una hija renacida que lo ayudará para cambiar su futuro.

Cerine.

Sapphire miró expectante todo hasta que recordó que en los recuerdos de Cerine Sapphire no estaba en esta tienda para este momento y mucho menos le había roto la pierna a Cassian. Se tiró al suelo y se arrastró como cangrejo hasta la habitación más cercana.

Aún tenía el corazón acelerado.

Sapphire habia leído suficiente novelas y weebton para saber el poder que podía tener un protagonista. ¿Dedos dorados? Es como si ellos fueran dioses que jugaban con la mente humana. Nunca tenía sentido lo que pasaba a su alrededor.

Miró a Cassian que se había quedado callado, con las orejas tan rojas como dos pequeños tomates y la miraba expectante.

—A ti Dios te abandonó por el momento, eh.

Cassian que nunca entendía nada: (...)

Sapphire volteó, miró afuera y escuchó a las mujeres cuchuchear.

Las mujeres ricas y malvadas aman a los protagonistas masculinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora