XV

1.4K 231 81
                                    



Cassian había sido dado de alta al día siguiente, este se mantuvo neutro por la verdadera razón. Lo único que se le había dicho era que un doctor privado lo vería en la escuela, pero que no querían que un buen estudiante como él estuviera ausente por mucho tiempo.

Cassian: (...)

Por su parte Sapphire también había sido de alta, pero por su propia voluntad. Había escapado del hospital antes del almuerzo, llegó a su casa recibida por un vago silencio y después se escondió debajo de las mantas de su cama. Por un largo rato se quedó bajo la oscuridad, esperando poder sentirse mejor.

Desde que había llegado se había propuesto ser rica, importante y no dejarse pisar, pero parecía que cada vez que se movía en una diferente dirección terminaba bajo el foco de alguna trama que desconocía.

Pensó que estaba sola hasta que la sábana se levantó y su padre entró como una oruga junto a ella.

Sapphire que pensaba que estaba sola: (...)

Su padre sonrió feliz -Sabía que estabas aquí.

-¿Cómo?

-Bueno, cariño -su padre puso una cara pensativa-, podría sonar como un padre atento y decir que desde niña, cuando algo te hacía sentir tristes, te quedabas durante horas bajo las sábanas, pero la verdad es que te vi entrar mientras estaba en la cocina.

Sapphire asistió convencida.

-¿Me buscaron?

-Por todas partes.

Sapphire se hizo un ovillo más pequeño en la cama.

-Mamá debe estar furiosa.

-Contigo no, conmigo por no avisarle que estabas aquí antes sí. No te preocupes, mi pequeña Sapphire.

El papá de Sapphire acomodó sus anteojos y volteó a verla, esperando un tiempo antes de hablar.

-¿Quieres que te cuente por milésima vez como conocí a tu madre? -preguntó- esa historia era tu favorita.

-Oh no.

El padre de Sapphire sonrió encantado.

-Yo era el chico más patético que tu madre había visto, no lo digo por modestia, esas fueron sus palabras la primera vez que me vio.

Sapphire mostró una cara de completa atención, por su parte era la primera vez que ella escuchaba esa historia. Su padre volteó a verla con la mirada perdida y sonriendo como si aquella historia era vivida por él otra vez mientras lo contaba.

Mis padres me había castigado por un accidente que tuve, había lastimado a una persona inocente mientras intentaba ser un chico rico cool con mis amigos. Me había mandado al pueblo más alejado del país, donde todo era viejo y nadie si siquiera sabia donde estaba. Me habían dado el dinero del mes, una habitación en la casa de una tía lejana y una nueva escuela.

Al inicio, cuando llegué al colegio fui apodado como el príncipe. Yo estaba feliz, tenía dinero y un nuevo lugar donde me admiraban, excepto por tu madre. Ella se sentaba justo al frente de mi en clases y cada vez que hablaba volteaba su cara furiosa intimidando, debo decir que jamás fui capaz de decirle algo. Había escuchado que en aquel remoto lugar era la mejor peleadora del lugar, no lo creí hasta que vi como se enfrentó a un tipo el doble de su tamaño y salió ilesa.

La razón por la que la vida de tu madre y la mía se entrelazaron fue porque me gustaba su amiga, para mi, en ese momento era la chica perfecta, pero no sabía que esa chica había tenido un novio pandillero de cuarta. Me emboscaron después de clase entre diez chicos. Querida hija mía, siempre he sido un cobarde. Cuando vi a esos chicos con tatuajes y tablas de madre en sus manos, quise llorar. Hasta que vi a tu madre. Ahí estaba ella caminando por los adoquines de la cera, murmurando entre dientes una canción vieja y con su cabello desordenado por el aire. Recuerdo muy bien esto porque cuando la vi fue como ver a mi Dios. Ella desde ese día se convertiría en mi Diosa y yo en su fiel creyente.

Las mujeres ricas y malvadas aman a los protagonistas masculinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora