XXIII

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A diferencia de otros días do de Sapphire se fue a la cama sin tocar un bocado de su plato. Claro que estaba agotada y hambrienta cuando había llegado a su casa, pero cuando tuvo esa corta y dura conversaciones con su padre se le hizo un nudo en la garganta.

Estaba tan desconcertada y tenía tanto miedo...

Se había prometido asimisma a ser fuerte y no dejar que ningún sentimiento hiciera flaquear su dureza, pero parecía imposible. Tal vez Sapphire tuviera fuerza y nadie podía ganarle fácilmente sí su único propósito era cierta meta, pero Sapphire al igual que este cuerpo apenas eran unas adolescentes intentando sobrellevar su vida. Le hubiera encantado entrar en una historia cuando tuviera la edad suficiente para poder tomar ciertas decisiones, pero no podía quedarse en el hubiera.

Aún con el nudo en la garganta su boca pronunció las mismas palabras de su padre. Aguantando la respiración como si aquello le hiciera cambiar las cosas.

Debajo de las sábanas, como siempre hacia cuando se sentía perdida, se sintió más fuerte. Ella tomó una decisión esa misma noche mientras hablaba con su padre: había elegido matar al padre de su mejor amiga.





















Al día siguiente Tyche corrió a los brazos de Sapphire como siempre. Se había tomado el tiempo de arreglar su cabello con un lazo rojo extravagante. Tenía el cabello castaño hasta los hombros y el lazo le hacía ver como una muñeca de televisión, el personaje más bonito del programa.

—Sé que lo hiciste.

Sapphire seguía sin corresponder a sus brazos como siempre y se mantuvo con rostro neutral.

—¿Hacer?

—Lo de ayer.

Sapphire asintió con confusión.

—Resulta que tuve fiebre y decidí no salir —murmuró Sapphire con voz de tristeza fingida—. Lamento no poder avisarte con más tiempo que no iría.

Tyche estiró sus labios en un pico y luego volvió a su sonrisa habitual.

—Pero creí que habían dicho que ayer estabas con Cassian. Los rumores corren muy rápido, Phire.

—No, los rumires realmente dicen que "Cassian me pegó un virus terrible".

—¿Qué?

—Por eso seguro debe estar mal —aseguró Sapphire intentando mentir mejor, pero Cassian apareció justo en sus ojos.

Sobre el hombro de Sapphire se miraba como este intentaba caminar mejor, pero Sapphire abrazo a Tyche y le tiró un libro que estaba sobre alguna mesa derribandolo. Cassian vio el libro venir y solo pudo intentar protegerse la pierna, pero no evitó que su cara fuera aplastada. Cassian cayó sobre su espalda llevándose una mesa con él.

Tyche volteó para ver esto y pareció feliz y triste.

—Que terrible virus, ¿estas bien, Sapphire? —volteó a verla—, me preocupa lo que el virus pueda hacerte a ti, Cassian no me importa. En general, siempre se le rompe alguna parte de su cuerpo.

Sapphire sintió por primera vez que Tyche en realidad sí odiaba a Cassian, pero no dijo nada al respecto.  Se llevó una mano a la cabeza con sorpresa.

—Me mareo a veces.

—Oh, no —habló Tyche con ojos de agobio—. Mejor siéntate, hoy cociné arroz... Abre la boca, yo te alimentaré.

Y así fue como Tyche le daba bolitas de arroz mientras hablaba sobre su padre. Le contó a Sapphire como este le había contado chistes y le había trenzado el cabello durante su tiempo juntos, también que su padre había hecho muchas prendas de ropa solo para que Tyche las usara. Parece que el padre de Tyche tenía miles de revistas con su cara y sus pasarelas de moda grabadas para verlas miles de veces, sin cansarse. Sapphire se preguntó muchas cosas en ese momento, como que Tyche antes solo parecía un cartón en una esquina con el cual solía hablar, pero después de esa reunión con su progenitor parecía brillar más que el sol. Su corazón se había vuelto más grande y parecía que quiera trasmitir ese sentimiento a Sapphire.

Las mujeres ricas y malvadas aman a los protagonistas masculinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora