XIV

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Los hospitales eran el peor lugar en el que Cassian podía estar.

Los hospitales tenían un particular olor. Era diferente a cualquier lugar al que vayas, pero todos los hospitales que Cassian había visitado olían igual. Antes de abrir sus ojos, él ya sabia donde estaba; parpadeó encontrándose con un techo blanco acompañado de una luz blanca directamente en sus ojos.

El doctor le había dicho que era valiente.

Que era un chico muy fuerte y Cassian no tuvo idea de lo que estaba pasando, había despertado después de 3 días y aunque su cuerpo aún dolía, estaba en perfecto estado. Él tardó un poco en recordar los hechos que lo llevaron ahí; Sapphire, su padre y su grito de auxlio.

Cassian intentó salir de la cama del hospital pero fue empujado de vuelta por una de las enfermeras.

-Tengo que irme.

-Tienes una pierna rota, estas golpeado y lo único en lo que piensas es en irte -la enfermera mostró una cara de enfado-¿Hay una razón si quiera aceptable para eso?

-Ella... ella estaba ahí -murmuró Cassian temblando-, él pudo hacerle algo y yo no hice nada.

La enfermera cambió las muecas de su rostro por una más neutral.

-Una chica venia contigo, es cierto -contestó la mujer-, pero esa chica ya no está en este hospital. Su recuperación fue más rápida que la tuya. Se ha ido.

-Sapphire no me hubiera dejado.

-Pues lo hizo.

Cassian volvió a la cama intentado componerse del montón de emociones que desbordaba.

-¿Alguien vino a visitarme? - preguntó, con la única esperanza de que fuera ella.

-Nadie.

Cassian parpadeó aguantando sus lágrimas y después susurró muy bajito:

-¿Ella estaba bien?

-¿Esa niña? Parecía que hubiera salido de una pelea callejera. Venía mal, muy mal -la mujer comenzó a organizar los medicamentos junto a su cama mientras hablaba-. Sus padres se preocuparon porque durante los 2 días que estuvo aquí no dijo ni una palabra.

Cassian se sentía cada vez peor.

-Los padres de esa chica dejaron unas cosas para ti. Todo en el hospital está pagado. Te han dejado unos uniformes nuevos y un sobre, dijeron que debía ser confidencial, pero todos en este hospital sabemos lo que pasó -la mujer se acercó un poco más a Cassian- sabemos que ella tuvo un intento de abuso y tú la salvaste. Eres muy valiente.

Cassian no respondió. Espero que la mujer terminara su trabajo, se enrollo en las sábanas y antes de que la enfermera abandonara la habitación habló:

-Ella fue quien me salvó. Ella es la valiente, por favor no vuelva a dirigirse hacía mi con esas palabras. No lo haga.

La enferma no respondió, solo cerró la puerta y caminó al edificio más alejado, donde solo los VIP
de mayor rango estaban. Tocó la puerta y entró, encontrándose con una chica sentada en uno de los sofás mirando a la ventana. Ni siquiera volteó a verla, Saphire estaba segura de quien era.

-El chico está bien.

Sapphire solo señaló un sobre que estaba en la mesa.

-Tu paga. No lo dejes irse y no permitas que su tío lo vea durante su reposo -la voz de Saphire sonaba tan ronca que parecía otra persona-. Cuídalo.

La enfermera asintió y salió de aquella habitación que parecía un apartamento. Las habitaciones de los vip eran lo mejor del hospital, sin embargo Sapphire se seguía sintiendo que ese lugar la llegaba a sofocar.

Las mujeres ricas y malvadas aman a los protagonistas masculinosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora