—No puedo dormir— le susurro.
—¿Por qué?— dice volteándose.
—Siento algo, no sé. Algo que hice algo mal, siento que le he fallado a alguien, como un nudo en mi garganta muy fuerte— digo volteándome para que pueda verme de frente.
—Ale, no te debes de preocupar. Tú no has hecho nada malo— dice mirándome.
—Ya sé, pero...— niego con la cabeza y me dejo envolver en los brazos de Kyle.
Esto se siente bien, no se siente incómodo ni nada, como volviendo a los viejos tiempos.
Después de que Adam se vaya furioso de mi casa, Kyle me ayudó a recoger y limpiar todo antes de que mi tía bajase y se entere de lo que pasó. Terminamos después de tres horas de trabajo arduo, esto de limpiar la sangre de la alfombra no es nada bonito.
Me fui a mi cuarto para bañarme y Kyle al de invitados para hacer lo mismo. Mientras me bañaba, cada recuerdo volvía y me mordía el interior de mis mejillas para no gritar de dolor. Esto de que tus recuerdos vuelvan, duele un montón, es como si te amartillaran la cabeza y no pudieras más.
Todo lo que acaba de pasar no es nuevo para mí pero sí chocante. Recordar lo que te habías olvidado es algo extraño, saber que trataste como un monstruo al chico que te gusta y tenerle miedo mientras que en el pasado me dio igual que sea vampiro, solo lo quería a él, me puso un poco nostálgica. Pensé que iba a llorar pero ninguna lágrima salió, más bien se me hizo un nudo en la garganta que duró hasta ahora, me estoy descargando en el pecho de Kyle como si fuera una cascada.
—No te pongas así— me susurra—. No me gusta verte así. Tú no has hecho nada malo.
—No, es que yo...
—No digas nada, duerme. Mejor, mañana hablamos— me separo de él y le planto un beso en los labios dejándole sorprendido.
No tarda en respondérmelo y yo le sigo. Sus manos se dirigen a mi nuca y profundizan el beso. Coloco una pierna en su abdomen y me impulso para colocarme encima de él, así quedando en su regazo. El beso se rompe y comienza a repartir besos por mi cuello y mi clavícula. Me aprieta las piernas, signo de que se está controlando pero que lo tienta.
—No pasa nada— digo agarrándole la cara. Siempre hacía eso cuando no podía controlarse. Eso le calmaba.
Lo beso dulcemente y él me corresponde. Terminamos el beso y mi frente se apoya con lasuya.
—Hay que dormir, mañana tenemos clases— susurra.
¡Me había olvidado!
He perdido dos días de clases, y... ¿mi tía no me ha dicho nada? Seguro es por lo que le pasó a Majo y eso.
—Cierto— digo—. Uhm, tú no duermes, ¿cierto?
—Sí dormimos— dice sonriendo. Se ve tan lindo así.
Asiento y lo abrazo.
Me alegra no poder ido más allá, ya que aún sigo pensando que es mi primera vez pero obvio que no lo es. Solo siento miedo y vergüenza de mostrarme desnuda ante un chico.
Ahora, Kyle sí duerme, y no me verá dormir a mí, eso significa que no me va a ver babear... Y si se quedase despierto sí lo haría... ¡Vergüenza total!
Cuando yo despierto, no es bonito. Mis ojos se achinan más, mi boca se hincha un poquito y no hay que hablar de mi fuga de baba.
—O sea, ¿no me verás toda la noche mientras duermo?— asiento mirando hacia otro lado.
ESTÁS LEYENDO
Hasta que llegaste tú
VampireAlejandra Rodríguez tiene una vida complicada. Sus padres acaban de fallecer y algunos recuerdos de su pasado ya no están grabados en su mente. Ella es llevada desde Londres (Inglaterra) hasta Los Ángeles (Estados Unidos), a vivir con su tía, la cu...