Capitulo 5

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No puedo creer que ella, mi nena, me esté abrazando por atrás. Sentir sus manos tocarme es tan jodidamente especial. Me duele ser tan frío con ella cuando no merece eso. Ella merece ser tratada de la mejor forma posible, como yo la trataba antes. Ella es tan perfecta, su olor... oh su olor, huele a frutas y también a rosas, su sonrisa cuando le gusta algo, no puede ser más grande, la forma en la que se sonroja es única. Es perfecta.

Sí o sí la tengo que recuperar, sea como sea, no me la volverán a quitar como hizo el hijo de puta de Collins. Le borró la mente y casi la mata ¿cómo?, pues fácil, el día del accidente él fue el que chocó con el auto de sus padres y le borró la mente en frente mío ¿cómo me enteré de quién provocó el accidente? Pues también es fácil, el muy cabrón me llamó después de un día para saber cómo me sentía, se rio de mí, se rio de que nunca más la volvería a ver, me dijo que había muerto pero veo que es mentira. Por su culpa estuve estos dos meses deprimido y callado, todo mi mundo era negro. Pero cuando la vi entrar toda decidida, con esos shorts, esa blusa blanca transparente, todo el color a mi vida regresó, la intenté evitar para no meterla en más líos pero no puedo, ella me atrae como a todos los chicos de la escuela también les atrae, ella es como un imán de hombres.

Ustedes se preguntaran ¿a dónde la llevas si ni siquiera sabes su dirección de casa? Oh sí que la sé pero como no quiero quedar como psicópata en serie, la llevaré a la playa. Sé perfectamente que le encanta la playa. Cuando estábamos en Londres ella siempre iba conmigo para desestresarse, para pensar bien las cosas o simplemente para escuchar el sonido de las olas chocar.

Después de media hora, llegamos a la playa. Por suerte no hay nadie que nos pueda estorbar.

—Ale... ya llegamos— digo volteando mi cara hacia atrás para verla. Cuando la veo puedo ver... nada, el casco no deja verla pero creo que se encuentra dormida ya que no responde.

Deshago la unión de sus delicadas manos de mi cintura y me bajo de la moto aun sosteniéndola. Quito el casco de seguridad, la agarro de la cintura y la cargo, dejo la moto y me voy con mi nena en brazos hacia la arena. Puedo ver que hace más fuerte el agarre y me pega más a ella. Sonrío y nos sentamos en la arena, la coloco en la arena con su cabeza por encima de mis piernas y me dedico a ver su rostro sereno y angelical mientras recuerdo nuestro pasado.

—Te he extrañado mucho— la abrazo más contra mí como si me la fueran a quitar de mi lado y ya nunca más volverla a ver.

Su cabeza se mueve de lado a lado y después abre los ojos lentamente. Bosteza y con sus manos se refriega sus ojos, mantiene los ojos cerrados hasta que escucha las olas del mar. Los abre y me mira después de tres segundos abre los ojos como platos y abre su boca intentando decir algo pero luego la cierra y frunce el ceño.

—Perdón— dice avergonzada, se levanta y se sienta a mi costado. Baja la cabeza y comienza a jugar con sus dedos. Después yo solo la sigo mirando, se abraza a sí misma, tiene frío.

—Toma— digo sacándome mi casaca de cuero y entregándosela.

—Gracias— se la pone y le queda grande, suelto una risita pequeña—. ¿De qué te ríes?— pregunta frunciendo el ceño.

—Nada, nada.

—Dime— exige.

—Te queda grande y eso hace que te veas tierna.

Vomito verbal, Kyle.


ALEJANDRA 

OH. POR. DIOS

El chico frío, el gruñón, el que no habla con nadie me acaba de decir que soy tierna.

T - I - E - R - N - A

Okay, Alejandra, cálmate solo es 1 palabra conformada por tres vocales, dos juntas y una separada, también tiene seis letras.

¡Arde Troya!

Creo que me volví loca, mis ojos no pueden estar más abierto y mi vergüenza no puede seguir subiendo. La sangre en mis cachetes son como dos tomates pegados a mi cara y no miento, fácil estoy más roja de lo normal.

¿Por qué me dijo eso? ¿Le gustaré?

Ya no tanto pues Ale, solo ha pasado una semana en la que estás en ese colegio y no creo que le puedas gustar. Ni siquiera te conoce.

Pero el amor es ciego.

—¿Gracias?— dije o más bien pregunté.

Asiente y mira hacia el mar. Nos quedamos varios minutos en un silencio un poco incómodo. Pienso romper el hielo pero él se adelanta.

—¿Te gusta?— dice mirándome, volteo a verlo y frunzo el ceño dando a entender que no

entiendo para nada su pregunta—. La playa.

—Oh, pues sí, me encanta. ¿A ti?— pregunto sentándome como indio.

Desde acá puedo ver su perfil, es perfecto para ser real. Su nariz recta, sus labios carnosos a los que deseo tanto be... ¡Para! ¿Desde cuándo tengo estos pensamientos?

Desde que él está a tu costado.

—Sí, me recuerda a alguien muy especial.

Y eso, amigos, es cuando todo mi mundo se fue a la basura.

—Oh... — la verdad es que no tengo nada más que decir, su respuesta me cayó como un balde de agua fría.

Fue estúpido pensar que yo le gustaba. La chica debe de ser bien afortunada, me alegro por ella.

¡¿A quién engaño?! ¡Por los clavos de Cristo! Quiero ser esa chica y no me alegro por ella.

-"-"-"-"-"-"—"-"-"-"-"-"-"—"

Yo tampoco me alegro por la chica jajaja como quisiera ser Alejandra maldita afortunada.

En fin , Hey...holas,estoy se podría decir feliz ya que se cumplió un mes desde que la escribí y tenemos ya 392 algo así leídas ojala que puedan aumentar, me encantaria y a Nicole mas.

Quisiera llegar al 1K jejeje.

- Nicoley Yadhira

Hasta que llegaste túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora