Los minutos pasan y no sé qué decir. Me siento más culpable, ver como espera lo que diga. Tengo que ser fuerte, esto no es nada comparado a la muerte de mis padres.
—Yo necesito contarte varias cosas— le digo mirando mis manos.
—Entonces, hay que sentarnos entonces— dice agarrando mi mano y me dirige hacia las gradas.
Una vez ahí sentados, suelto su mano y la pongo en mi regazo. Miro al cielo y tomo una bocanada de aire para empezar.
—Yo recordé— levanto la vista y solo me mira impresionado y antes de que él hable yo lo hago—. Recordé lo de hace 8 meses, Kyle— su mirada cambia, antes estaba sorprendido pero ahora está decepcionado y un poco triste. Esto es lo que quería evitar—. Cuando Matt vino a la casa y se llevó a Majo yo... Él me hizo recordar y fue doloroso— miro mis manos y frunzo el ceño al sentir el nudo en mi garganta—. Todos los recuerdos atacaron mi mente, me produjeron dolores insoportables, por eso me dolía la cabeza.
—¿Por qué no me lo dijiste?— pregunta.
—Yo no sé— me encojo de hombros—. Pero ese no es el punto.
—Dime tu punto entonces— dice cortante.
—Los recuerdos regresaron pero los sentimientos no— trago fuerte y mis piernas comienzan a temblar, estoy nerviosa.
—¿De qué hablas?— se levanta y yo también lo hago.
—Yo no quise— le digo mientras mi vista se nubla—. Yo no quise ilusionarte, en un momento pensé que te amaba pero conforme ha pasado el tiempo me he dado cuenta de que...— niego con la cabeza y me tapo el rostro.
—¡¿De qué?!— explota y me agarra de los brazos acercándome a él— ¡¿De qué te acabas de dar cuenta?!
—De que no te amo— le susurro, siento las lágrimas correrse por mis mejillas y sus brazos ya no me sostienen. Su cara es inexplicable, no sé cómo describirla solo sé que me causa dolor, un profundo dolor en el pecho que no sé si podrá sanar.
—¡Yo cómo imbécil detrás de ti!— dice agarrándose el cabello—. Pensando que te podría recuperar, pensando que eras la misma Alejandra Rodríguez que conocí el año pasado.
—Cálmate, por favor— le ruego acercándome a él e intentando agarrarle la mano pero la aleja y da un paso atrás.
—¡¿Cómo quieres que me calme, eh?!— grita y yo doy un paso atrás—. ¡Te amo y no quiero hacerlo porque me has engañado, jugaste con mis sentimientos!— bajo la mirada y me siento demasiado culpable. Me advirtieron que esto podría pasar pero no hice caso—. Eres una pe...— levanto la vista y Kyle se encuentra con los puños apretados y con su mirada en mis ojos, tan penetrante que necesito esquivar su mirada pero no puedo.
—Dilo— le digo—. ¡Di que soy una perra o una puta, eso no te ayudará a dejar de amarme!— no mido mis palabras y esa es una consecuencia más. Cuando me enojo tiendo a decir todo lo malo que veo en una persona o a decir toda la verdad, como lo estoy haciendo ahora. Estoy enojada—. ¿Crees que yo no me siento mal? ¿No te has tomado el tiempo para preguntarte o más bien, para preguntar si estoy bien?— veo desconcierto en su rostro. No sé cómo he podido hablar si estoy llorando. Para mí es difícil hablar mientras estoy llorando pero creo que la molestia supera todo. Se queda callado—. Lo que pensaba.
—No te quiero ver más— me dice frío y distante.
Mis ojos se vuelven a llenar de lágrimas pero me las trago y agarro mi cartera y le entrego la carta.
—Tómala— le digo—. Solo léela— la toma y lo mira. Camino hasta llegar a la puerta de salida—. Nos vemos, Kyle— susurro—. Perdón— lo miro y él me mira, nunca olvidaré su mirada.
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Hasta que llegaste tú
VampireAlejandra Rodríguez tiene una vida complicada. Sus padres acaban de fallecer y algunos recuerdos de su pasado ya no están grabados en su mente. Ella es llevada desde Londres (Inglaterra) hasta Los Ángeles (Estados Unidos), a vivir con su tía, la cu...