Hasta que llegaste tú

Capitulo 27

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—¿Puedo pasar?— dice mirando sus zapatillas.

—Claro, pasa— me pongo a un costado y ella pasa hasta llegar a la sala.

Cierro la puerta con el ceño fruncido y después me encamino hacia la sala, relajando mi ceño, no quiero parecer loca o algo por el estilo.

—Primero— dice jugando con sus manos—. Perdón, no debí de actuar así y menos atacar a tu persona. Segundo, perdón por haberme ido...

—¿Dónde has estado?— la interrumpo y ella se muerde el labio—. Majo...

—Con Matt— mira a otro lado—. Pero déjame terminar— asiento y ella prosigue—. Desde que Adam me dijo que podría morir, todo se me vino abajo. Todo se me juntó, el desprecio de mis padres, la depresión, muerte de mi novio que no está tan muerto que digamos y un sin fin de cosas. Después cuando vino Matt y me trajo a esa chica, tan solo pensaba en su sangre— se tapa el rostro con sus manos y se sienta en el sillón que está atrás suyo y yo hago lo mismo pero en el que está al frente de ella—. Tan solo— se saca las manos de su rostro—. Me arrepiento de lo que he hecho en estos dos días, ni me reconocerías si te dijera lo que he hecho. Pero vengo porque necesito ayuda. Ayuda a controlarme y también, aunque solo hayan sido 48 horas, los he extrañado mucho— Majo está con los ojos llorosos, al igual que yo.

Me imagino lo que habrá hecho en la casa de Matt pero no le juzgaré porque somos seres humanos... bueno ella era pero está en carne y hueso, la cosa es que, nunca la juzgaría porque, la quiero tanto que me rompería el corazón, tan solo hablar mal de ella.

—No tienes que pedir perdón, Majo— le digo levantándome para sentarme al costado de ella—. Solo fue un impulso— le agarro la mano derecha y le doy un suave apretón—. En esta vida, se pueden cometer varios errores pero el único que te juzga es el que está arriba— señalo hacia el techo y ella lo mira asintiendo.

—¿Tu tía Mili?— pregunta sorbiéndose los mocos.

—No, tonta— ruedo los ojos mientras le sonrío—. Dios.

Asiente y me abraza mientras llora en mi hombro. Comienzo a pasar mi mano por su cabello rubio mientras le digo que todo va a estar bien, porque así será.

—¿Amigas?— pregunta separándose de mí.

—No— Le digo negando la cabeza. Ella hace un puchero y más lágrimas caen por sus mejillas sonrosadas—. Mejores amigas— sonríe y comenzamos a reír.

Me siento tan bien.

Los meses se han pasado volando, acercándose el día de la graduación y para ir la universidad.

Por fin, todo está normal. Adam y Majo se amistaron y cuando digo que se amistaron es que, han vuelto a estar juntos. Por otra parte, Kyle y yo aún no estamos formalmente pero somos algo como, amigos con derechos pero, con cariño de por medio, así que somos... casi novios.

Aún recuerdo el día en el cual Majo vino a pedirme disculpas y ser nuevamente amigas. Desde el día anterior a ese, no veo a Matt, es como si el verano se hubiese ido con él. Por una parte estoy feliz de que ya no vaya a molestar en mi vida y no dar más explicaciones del por qué no puedo estar con él, pero otra parte se siente mal.

Veo a Majo hablar sonriente con Adam en las gradas, estos tortolos no se despegan. Desde que Majo se enteró que sus padres, en realidad, no son sus padres; no hemos podido sacarle una sonrisa sincera, pero como está Adam ha sabido sobrellevar el tema. Esto pasó cuando volvió a su casa después de pedirme disculpas y a la hora ella regresó llorando. Por suerte Adam se ofreció a que vivan juntos y eso hacen, vivir como una pareja. Ryan la ha apoyado en todo, también se fue de la casa de sus padres y Majo me dijo que vive con un amigo. Yo pensaba que en verdad me gustaba Ryan pero con el pasar de tiempo, me di cuenta de que no era así. Solo fue al primer chico que conocí cuando llegue acá y me pareció lindo. Puede ser que casi pasa algo en la fiesta pero era porque ya estábamos un poco pasados de copas... o de botellas. Somos amigos, muy buenos, diría yo aunque no deja de ser un estúpido, pero no sería Ryan Solivan, si no lo fuera.