10.

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-Dime dónde estáis- escucho la voz del cerdo del gobernador al otro lado de la pared antes de escuchar un golpe y un jadeo de Glenn.
Me remuevo mientras Merle me mira con curiosidad antes de cogerme del pelo para que le mirara.
-¿Dónde estáis asentados pequeña?- me pregunta.
-No os lo diré- hablo pensando en el bienestar del grupo, arrugo la nariz cuando tira de mi pelo antes de mirar mis manos.
-¿Qué te parece si te corto los dedos restantes por cada cosa que ocultes?- me pregunta.
-¿Qué te parece si te vas a la mierda junto a papá?¿Mmh?- le pregunto sabiendo que aquello le haría daño.
-¿Cómo te atreves pedazo de puta?- me pregunta, le escupo en la cara antes de recibir un puñetazo.
-Tú empezaste- susurro- Tengo derecho a defenderme, ¿No es así?- le recuerdo.
-Deja de aplicarme esa mierda y ve cantando- me comenta- ¿O tienes miedo de que encuentre a tu novio junto al resto?
-No es mi novio- hablo irritada antes de que la puerta se abriera.
-Cambio- habla el gobernador.
-Ni en broma- hablo- Tocas a Glenn y te juro que te entierro vivo- le amenazo- Sabes que es lo último que haces Merle.
-Vete ya- habla el gobernados antes de que mi hermano le obedeciera.
-Eres un cerdo- le insulto mientras sale, me mira ante aquello sabiendo que no habría marcha atrás.
-Bien- habla el hombre sentándose frente a mí tras cerrar.
-No voy a hablar, no lo hice con mi hermano y no lo haré contigo- hablo mientras se cruza de brazos.
-Ya encontramos el sitio- habla, entrecierro los ojos antes de darme cuenta del chantaje que quería hacer- El chino lo dijo.
-Es coreano- hablo irritada tratando de moverme.
-Ese no es el punto- comenta- Solo... vengo a comprobar que es cierto.
-¿Y por qué no vas en vez de preguntarmelo?- le pregunto, gruñe ante aquello antes de levantarse para venir a mí- Es lo más sencillo creo yo.
-¿Sabes algo pequeña ratoncita?- me pregunta mientras pasa una mano por mi hombro, me aparto de él.
-No me llames así- me quejo escuchando golpes en la sala de al lado.
-No sabes lo que voy a disfrutar yendo ahí para matar a tu novio frente a tí- gruño pensando en Rick- Te juro que luego te daré su cabeza para que te acuerdes de mí, la del chino también- habla deshaciendo los nudos que ataba una de mis manos al reposabrazos- Quítate la camiseta.
-No lo haré- hablo mientras atrapa mi muñeca y comienza a apretar.
-Quítatela- habla mientras trato de no gritar del dolor, jadeo mientras aparto brazo de él.
-Eres un cerdo- le insulto antes de que tirara de mi pelo mientras libera mi mano atada.
Lucho antes de que me arrancara la camiseta, jadeo cuando me estampa contra la pared dándole la espalda.
-Déjame- me quejo antes de que la puerta se abriera dejando ver a Merle, el gobernador me lleva a él antes de mirarle amenazante.
Mi hermano me mira mientras le miro con asco y, después de una queja del gobernador y un par de miradas, me meten con Glenn.
-Dios mío Sam- habla corriendo a mí antes de quitarse la camiseta para ponermela- ¿Estás bien?- asiento lentamente mientras miro las marcas de mi muñeca- No dije nada, ¿Tú lo hiciste?
Niego antes de suspirar, su mano va a mi mejilla para llamar mi atención.
-Pensemos en algo para salir- habla analizando mi cara, asiento desganada antes de recibir un abrazo
-Prometo sacarte de aquí y matar a ese cerdo- susurro, escucho como suspira suavemente mientras acaricia mi espalda con suavidad.

Hasta aquí el capítulo de hoy.
Espero que os haya gustado.

Amar. (Rick Grimes) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora