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Kakashi estaba nervioso luego de la misión donde casi fallan. Sabía con antelación quiénes habían traicionado al hombre que debían escoltar y aún así, aunque logró salvar su vida cuando estos intentaron apuñalarlo como sabía que harían, de todos modos después murió por otro ataque. Ese hecho lo hizo analizar más el futuro de sus compañeros.

Estaba claro que algunos hechos por más que se cambiaran su curso terminarían pasando de todos modos y eso lo inquietó lo suficiente para llamar la atención Minato.

En todo este tiempo lograron un trabajo en equipo que no habían mantenido jamás en su anterior vida. En las misiones y entrenamientos oficiales eran la imagen de un equipo equilibrado. En los demás aspectos era otra historia. Kakashi seguía teniendo sus tensiones con Obito y sus debates con Rin sobre las misiones, ya que se mantenía al margen lo más que podía para no romper las reglas de los ninjas médicos. Pero aún así el equipo era totalmente funcional.

Kakashi esquivó a Minato sin disimular que lo estaba haciendo. Se encontraban volviendo a la aldea y se esforzaba para intentar evitar una charla innecesaria sobre cómo a pesar de la perdida del mensajero pudieron terminar la misión con éxito y que ese hombre también logró su objetivo. Estaban en guerra y todos sabían los riesgos, Kakashi más que nadie lo tenía claro.

Pero la misión no es lo que lo mantiene alejado de sus compañeros y sensei.

Lo que incomoda a Kakashi es que si calculó bien entonces en unas horas su presentación va a comenzar. Sintió los síntomas durante el inicio de su viaje de regreso y esto es otra cosa que no ocurrió como esperaba. Había cumplido diez años hace poco más de un mes y pensó que ocurriría en la misma fecha. No fue así.

No había creído que su presentación se alteraría, pero mientras acamparon y dejó que Minato y Obito hicieran la primera guardia sin ninguna queja pensó que fue bastante despreocupado con todo el asunto hasta ahora. Tenía un cuerpo totalmente sano y, al contrario de aquella vez, anímicamente estaba perfecto. Si de por sí su presentación había ocurrido de forma temprana, ahora no era sorpresa que procediera dos días antes de lo esperado.

—¿Estas herido en alguna parte?— el susurro de Rin lo sacó de sus pensamientos. Estaban recostados uno al lado del otro. Cuando Kakashi negó en silencio ella frunció el ceño —No vi ninguna herida expuesta pero sé que algo te está molestando, tienes que decirme si estás lastimado. Es mi trabajo Kakashi.

Él la miró a los ojos y se dió cuenta que la conversación que tenían Minato y Obito había cesado. Ellos estaban escuchando y suspiró.

—Es solo un dolor muscular, no te preocupes Rin— ella no pareció convencida pero asintió sabiendo que no lograría nada presionando.

No es como si quisiera ocultar su género secundario otra vez. Pero quería llegar a la aldea tranquilamente, sabía que tardaría al menos un día más en comenzar a soltar feromonas. Por ahora solo sufriría dolor abdominal y estaría levemente afiebrado para cuando llegaran a la aldea. Lo peor sería para cuando estuviera a salvo en su hogar.

—¡Bakashi ya deja que Rin te revise!— gritó Obito cuando estaban a pocos metros de las puertas de la aldea. Él lo miró de soslayo como si sus quejas y pedidos no fueran la gran cosa.

Minato y Rin ya no lo miraban con insistencia, pero estaban atentos. Kakashi sabía que su estado afiebrado se hizo más evidente cuando comenzó a transpirar más de lo habitual, pero solo les quedaba dar el informe. Pronto podría dejar que los síntomas sigan su curso naturalmente.

Así que aguantó y al llegar siguió a su equipo hacia la oficina del Hokage escuchando a Minato dar el informe más rápido de lo habitual. Cuando salieron de la torre del Hokage no se sorprendió por encontrar a Gai esperándolo. Le había dicho que sentía que su presentación estaba cerca antes de irse cada uno a sus misiones.

Reiniciando (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora