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Kakashi se encontraba implorando que Obito no despertara todavía y que Rin se encontrara en la ubicación que recordaba. Estaba cansado y debía guardar sus pergaminos con sellos de chacra para ser utilizados en caso de emergencia.

Había estudiado en profundidad el Fuinjutsu, Kushina no alardeaba en vano sobre ser una gran maestra. Sabía cuáles y cómo utilizar los sellos que necesitaría en caso que no llegara a tiempo y fuera necesario terminar el trabajo de sellado.

El único problema era que para esos tipos de sellos se necesitaba una cantidad de chacra exacta y por ello si no era un usuario con una reserva de chacra mayor al promedio se necesitarían más personas con un control perfecto para que el trabajo de sellado fuera lo más fuerte posible. Kakashi contaba con una reserva de chacra mayor al promedio ahora que no tenía el Sharingan agotando sus reservas constantemente, jamás sería como los Uzumaki pero era lo suficiente para realizar este tipo de trabajo. Su sello no sería tan fuerte pero aguantaría hasta que Minato o Kushina lo fortalecieran. El único inconveniente era que estaba agotado en todo sentido y no podía asegurar si su cuerpo aguantaría el terminar de sellar al Tres Colas.

Toda duda y especulación se terminó cuando escuchó a alguien acercándose y reconoció a Rin. Ella estaba intentando y fallando en ser silenciosa.

—¡Rin!— saltó del árbol para correr hacia ella sorprendiéndola. Kakashi también estaba sorprendido, así no habían pasado las cosas antes. Él había tenido que rescatarla, pero ahora había logrado huir por su cuenta.

—¡Kakashi, no te acerques!— gritó e hizo una mueca de dolor abrazándose a si misma y lo supo. Habían logrado hacerla la Jinchūriki del Tres Colas. —¿Qué sucedió con Obito?

—Estará bien, no te preocupes— dijo intentado controlar el pánico y prestando atención a su entorno. —Debemos encontrar un lugar seguro.

—Pero...— se veía asustada y comenzó a negar con la cabeza.

—¡Contrólate! Rin debes confiar en mí, necesitamos alejarnos de los demás equipos y de los enemigos. Voy a ayudarte, pero necesito que confíes en mí.— ella asintió luego de mirarlo con duda e intentando calmarse. Él esperaba que ésta vez ella no se precipitara —¿Cómo lograste escapar?

—Desperté por el dolor en mi estómago. Estaba atada, también me habían quitado el botiquín y mis armas. Pude liberarme, las ataduras no fueron un problema y quien estaba vigilando la salida no fue difícil de incapacitar. Seguro no esperaban mucho de un ninja médico... Debieron pensar que no podría luchar y que las drogas que usaron para sedarme durarían hasta que fuera rescatada. Pero hace un tiempo que experimento con venenos y esas cosas ya no hacen mucho efecto en mí— había comenzado a correr más rápido mientras hablaba y Kakashi se sintió aliviado. Las dogras que usaron en ella se estaban yendo de su sistema y agradeció al entrenamiento que comenzó —Antes de escapar escuché que habían logrado sellar a un Biju en mí. También que el sello se romperá. Así que debo matarlo antes de que haga daño a todos, si yo muero el Biju también lo hará. Kakashi...

—No— negó de inmediato —Puedo reforzar ese sello, sé lo que tengo que hacer así que tú solo concéntrate en aguantar hasta llegar a un lugar seguro.

Rin todavía dudaba pero asintió de todas formas y siguieron su camino. Intentaron no dejar rastro alguno en cuanto ella logró recuperar sus fuerzas y conciencia del todo. Su chacra estaba alterado y no podía utilizarlo, pero físicamente estaba bien.

Cuando Kakashi lo creyó conveniente se detuvo y dejó a Obito en el suelo. Fue entonces cuando Rin vio el rostro de Obito y se acercó olvidando la razón por la cual se mantenía alejada. Kakashi le entregó su botiquín, había esperado no tener que usarlo pero Obito necesitaba la atención médica y Rin había perdido todas sus cosas. Además así podría mantenerla distraída mientras preparaba sus sellos.

Reiniciando (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora