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Cuatro meses de misiones con períodos cortos de descanso habían logrado desgastar a Kakashi. Podía verse apático y no demostrar el dolor en sus músculos o la fatiga que le hacía desear caer rendido en su sitio cada vez con más frecuencia. El entrenamiento para ocultar el dolor físico y mental fue uno en los que se enfocó en su anterior vida y en ésta después de todo, pero en las últimas horas ya regresando a la aldea para un merecido descanso dejó que sus hombros se aflojaran un poco y no se opuso a hacer una pequeña parada para descansar una hora.

Estaba recostado entre unos matorrales y rodeado por grandes rocas muy lejos de sus compañeros de equipo. Necesitaba un momento a solas y en paz con sus propios pensamientos. En sus recuerdos, en esta zona nunca fue atacado y siempre que debía pasar por aquí usaba este escondite para descansar. Había dejado a Rin y a Obito con un clon, sabía que cuando se dieran cuenta lo encontrarían en poco tiempo así que aprovechó para cerrar los ojos un momento y pensar en cómo comenzarían a proceder las cosas pronto.

Antes de emprender esta misión Minato había dicho que Obito debía intentar hacer las pruebas para ascender a Jounin. Durante toda la misión lo notó orgulloso por ser tomado en cuenta por el Hokage para avanzar y nervioso por la perspectiva de seguir con su racha de fallar en el primer intento. Kakashi intentó aligerar sus nervios pero fue un fracaso, así que solo secundó a Rin cuando charlaban.

Los tres eran ninjas que destacaban, reconocidos fuera y dentro de Konoha así que hace semanas presentía que pronto las cosas cambiarían.

Ya no se podía postergar, él debía ser un anbu para poder proteger a Kushina. Y ahora que Obito ascendería ya no sería necesario mantener el equipo. También era necesario para que Rin siguiera especializándose en el hospital cuando no fuera enviada a servir de apoyo. Kakashi sabía que lo harían bien por su cuenta y trabajando con otros, aunque no tenía ninguna referencia en sus memorias de qué harían tenía mucha confianza en que cumplirían sus sueños.

Frunció el ceño cuando los recuerdos de su clon llegaron a su mente. Rin había estado dormitando a su lado cuando Obito activó su sharingan porque escuchó un ruido cerca y luego de comprobar que solo era un conejo los había mirado. Kakashi se rió por el recuerdo de la cara sorprendida de Obito para luego pasar a una totalmente molesta antes de gritarle "¿dónde estás?!". Su clon se esfumó luego de ello.

—¡Kakashi!— escuchó el grito de Obito en la lejanía haciéndolo suspirar. Era descuidado al gritar de esa forma cuando están todavía en tierras extranjeras.

Podía percibir el chacra de sus compañeros acercándose, al estar tan familiarizado con ellos no necesitaba concentrarse para ubicarlos. Sacó la novela que eligió para este viaje y comenzó a leer desde la página señalizada. Sonrió pensado que faltaba cada vez menos tiempo para que el primer volumen de Icha Icha estuviera impreso y en sus manos. Podría leerlo en cualquier sitio y no solo en su casa como estuvo haciendo desde que obtuvo el manuscrito.

No pasó mucho tiempo antes de que una sombra lo cubriera y reconociera la figura de Obito sobre una de las rocas. Todavía era sorprendente verlo crecer de forma tan acelerada, parecía que cada día amaneciera con unos centímetros más de altura. Kakashi no tuvo un crecimiento acelerado antes y no creía que ocurriera ahora, lo cual era injusto al ver cada día como era superado por todos.

—¡Kakashi!— no despegó la vista de su libro aún sintiendo la mirada de Obito sobre él y la presencia de Rin a pocos metros. Suspiró cerrando los ojos y dejando caer el libro sobre su rostro como si no estuviera siendo fulminado por ojos que tenían activos el sharingan. —¡No te hagas el dormido, acabo de ver que estabas leyendo! No puedo creer que nos dejaras atrás... ¿Qué está mal contigo? ¡Pudo ser peligroso! ¡Deja de hacerte el dormido Bakashi!

Reiniciando (1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora