1. THIGH RIDING

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Dante ya estaba acostumbrado a que Estela se le tumbase encima sin contexto mientras veía la televisión, era una chica cariñosa y las muestras de afecto repentinas formaban parte de las cosas que aceptabas en el momento en el que decidías salir con ella. Él también era un hombre muy físico, no le molestaba para nada que ella fuese así.

Con el paso del tiempo había aprendido a discernir cuáles eran las razones por las que podía hacer aquello a través de pequeñas señales y esa noche... Había tardado más de lo normal (y eso era decir muchísimo) en salir del baño después de la ducha, una vez fuera tenía una expresión muy específica y ni siquiera había hecho el ademán de "pasarse el secador", como decía ella al referirse a secarlo lo mínimo para que no le cayesen gotas del cabello. Solo se le había tumbado encima directamente, con la respiración un poco trastocada y escondiendo su rostro sonrojado en el pecho del hombre.

La notaba expectante, quería que él hiciese algo al respecto de su claro problema. Pero, por supuesto, a Dante le gustaba hacerse de rogar. Empezó acariciándole la espalda, fingiendo no leer el ambiente. La chica se recolocó con cierto cuidado, estratégicamente para que notase contra su muslo su palpitante intimidad. Cerró los ojos unos segundos, conteniendo las ganas de empezar a mover la pierna porque era consciente de que a ambos les gustaba muchísimo más el suspense y el erotismo que pasar a la acción directamente. Tenían esa manía: encontraban algo morboso en sentirse como ollas a presión y sujetar bien la tapa hasta que llegase el momento clave en el que deducían que estaba bien empezar a dar rienda suelta a cualquier acción más explícitamente sexual.

Sus dedos, que hacían cosquillas por la zona alta de la espalda, empezaron a bajar lentamente, sin prisa, pero sin pausa. Los latidos de la morena se iban acelerando por momentos, también podía percibir que, cuanto más se acercaba al sur de su cuerpo, se le ponía la piel de gallina. Sonrió socarronamente, nunca le dejaría de hacer gracia lo sensible que era la menor. Solo tenías que centrarte en estimular lo suficiente su mente en vez de las zonas erógenas tangibles y ya estaba entre tus manos, el más bajo había aprendido muy bien a cómo hacerlo y le gustaba aprovechar este conocimiento para hacerla sentir bien.

Justo cuando llegó al límite entre la zona más baja de la cintura y el trasero, decidió saltársela y empezar a tocar sus muslos, siguiendo con esas cosquillas que podrían parecer inocentes si no fuese porque el inicio de erección que se había formado entre sus piernas por la expectación le delataba. La chica soltó una pequeña risita y él le chistó al oído en respuesta, solo con sentir el aire caliente que causó esta acción contra su oreja Estela se estremeció. No se movió porque entendió que el chistido y la parsimonia eran una orden implícita en la que le estaban pidiendo que se quedase quieta, obedecía a todo lo que demandaba el de cabello negro sin pensárselo demasiado.

El susodicho se encontraba deleitándose por la decisión tan oportuna de no ponerse pantalones que había tomado su novia, le hacía muchísimo más sencillo el ir subiendo a cada caricia. La respiración contraria se hizo más pesada cuando se adentró debajo de la camiseta, él mismo podía sentir el calor que emanaba del cuerpo ajeno en ese lugar en concreto. Se mordió el labio, decidido a bajar de una buena vez las bragas de la de media melena. La cuestión fue que, cuando quiso hacerlo, se enteró de que esa ropa interior no estaba ahí. Un movimiento inteligente por parte de Estela si lo que quería era que Dante quisiera tocarla instantáneamente, pero a veces parecía olvidarse de que no siempre actuaba siguiendo sus deseos. Se limitó a darle un manotazo bastante sonoro en una nalga que consiguió sacarle un gemido a la chica y hablar.

– Así que estas son las que tenemos, ¿eh? – evitó que se notase en su voz las oleadas de puro gozo que le recorrían de pies a cabeza.

– Ajá... Tendrás que hacer algo al respecto, ¿verdad?

KINKCEMBER 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora