18. AFTERCARE

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Era ya una costumbre que ni Dante ni Estela fuesen capaces de levantarse de la cama en un rato tras cualquier tipo de actividad sexual. Los dos se quedaban tumbados, él boca arriba y ella de lado, pasándole además una de sus piernas por encima al mayor. La chica tendía a cerrar los ojos y centrarse en los latidos del corazón de su novio, dándole caricias suaves en la piel al alcance de su mano sin que tuviese que hacer mucho esfuerzo. En cambio, el hombre tendía más a hacer el tonto o tocar cariñosamente el pelo de su novia, le gustaba notar como relajaba todo el cuerpo contra el suyo con algo tan sencillo. De vez en cuando le daba besos en la coronilla, sintiendo arrebatos de ternura incontrolables que siempre hacían soltar una risita a la morena.

Era algo extraño para Dante el encontrarse en una situación así, el resto de las parejas que había tenido a lo largo de su vida siempre habían sido más frías. Muchas no dejaban ni que las mirasen después del sexo, se encerraban un rato en el baño y volvían perfectamente vestidas, otras le decían que no fuese pesado y se iban a hacer cualquier otra cosa. Eso siempre conseguía generarle un sentimiento amargo del que era muy complicado deshacerse, pero en aquel entonces no era capaz de exteriorizarlo porque se sentía menos "macho" por admitir que necesitaba afecto físico en un momento tan vulnerable como lo es el postorgasmo.

Esa época hacía mucho que ya había quedado atrás y ya no le dolía en la hombría decirle a Estela que se quedase un poco más con él, aunque normalmente ni siquiera era necesario decirle nada porque ella era la primera que se le tiraba encima y se quedaba amodorrada ahí. Y es que para ella ese momento era demasiado especial, ¿por qué narices se lo saltaría?

Muchas veces se preguntaba seriamente qué le gustaba más: el orgasmo en sí o lo que venía después. Esa paz que conseguía dejarla con la cabeza hueca, ese positivismo que ella rara vez tenía apoderándose de todo su cuerpo, ese hormigueo interno lleno de felicidad... La hacía sentirse afortunada, repentinamente le daba la impresión de que la vida era bella y ella tenía mucha suerte de seguir respirando. Era dichosa por vivir, por haberse topado con Dante, porque los dos hubiesen sido capaces de esforzarse para mejorar como personas en el momento en el que se dieron cuenta de que se hacían daño no diciéndose las cosas directamente, por no haberse rendido en los peores momentos y haber compartido los mejores.

El mundo era sabio, o eso pensaba ella, y había entendido desde el primer momento que ellos tenían en que estar juntos. Aunque ambos no lo supiesen todavía, incluso si todavía les haría falta más de un año sin contacto por cobardía mutua para entender que se querían mucho más de lo que habían admitido verbalmente. El universo había hecho gran parte del trabajo y ellos habían sabido poner de su parte para estar a la altura, sí.

Mientras el mayor se fijaba en que las puntas del pelo de su novia tenían la misma textura que las brochas de maquillaje, se vio sorprendido porque ella empezó a tararear. No era la primera vez que lo hacía en un momento como ese, pero tampoco era algo que sucediese recurrentemente. Siempre había un toque especial en ello, incluso cuando la mitad de las veces ni siquiera reconocía la melodía porque él era más de música de cantautor y ella escuchaba un poco de todo. Sin embargo, ese día podía reconocerla porque era esa canción que ella siempre ponía cuando estaba de muy buen humor. Decidió acompañarla, cosa que la hizo sonreír y abrazarle un poco más fuerte.

Dante no lo sabía porque nunca le había preguntado al respecto, pero esa canción siempre le iba a recordar a él por puras coincidencias mundanas. En el primer reencuentro que tuvieron, una vez ella se fue de allí con las piernas temblando, pasó por una calle del pueblo en la que se escuchaba que tenían a todo meter desde el salón de fiestas la canción "Tacones rojos". De ese tipo de música que nunca le había llamado especialmente la atención, pero que llenaba toda esa zona con su sonido y consiguió sacarle una sonrisa por el pensamiento estúpido de "¿Ahora estoy de golpe en una peli de estas románticas cutres y me están poniendo banda sonora o qué cojones?".

A eso se le sumaba el dramón que fue para ella ver a todos los viejitos enamorados del pueblo bailando juntos y lo mucho que le emblandeció el corazón y ya era el cóctel perfecto, su amigo que estuvo presente entonces podía dar fe de que estuvo a punto de ponerse a llorar solo porque "qué bonito era el amor".

Fue suficiente para que, a partir del día siguiente, cada alusión a esa canción la transportase a ese día donde se llenó de una adrenalina y cariño inmensos ante la inesperada llegada del hombre al que más había querido. Tal vez algún día le diría todo esto a él, pero no estaba en sus planes por el momento. Era mejor hundirse en su calidez y no decirle nada todavía, de cualquier manera, él tampoco podía evitar relacionar esa melodía con ella así que tampoco había mucho cambio en contárselo o no.

Antes de que pudiese terminar con sus tarareos, notó una mano en su barbilla que le obligó a subir la cabeza hacia arriba. Un beso suave fue depositado en sus labios, cosa que la hizo sonreír unos segundos para después corresponder. En cuanto se separaron unos milímetros, Dante no pudo evitar hablar.

– Te quiero muchísimo, cariño...

*** 

Ojalá lo de Tacones rojos fuese una idea pedorra que se me ocurrió en algún momento súper x, pero está basado en hechos reales T-T

Lo de los viejos bailando también, por supuesto, toda esta historia la puede corroborar cualquiera de mis mutis más cercanos porque la subí a las stories de mejores amigos cuando pasó en pleno ataque de felicidad extrema y todos se quedaron un poco locos porque no puede ser que la vida me juegue bromas como estas, en fin JAJAJAJ

Quitando eso, me quiero cortar una teta de lo mucho que se quieren estos dos, estoy cansada de ser espectadora (aunque, en cualquier caso, debería decir escritora lmaoooo) ú_ù

Este es posiblemente el día que más me gusta del Kinkcember porque es el más suave y bonito de todos, siento que muestra muy bien que la sociedad tiene problemas mentales para considerar el sexo sucio porque si esto te parece sucio entonces no sé qué coño estás haciendo con tu vida *se enfada muy fuerte*

En fin, yo tengo cita para ver a mi nana y mi pagès (mis bisabuelos XD) a las 11:30 así que me voy ya, pero os sigo queriendo a todos y tal <3

KINKCEMBER 2022Donde viven las historias. Descúbrelo ahora