El sentido de la vista siempre había sido algo muy importante para Estela así que, lógicamente, no esperaba que privándose de él pudiese obtener un placer tan intenso como aquel.
Había accedido a esa venda en los ojos solo por probar, Dante se lo había vendido bien al explicarle que el componente más divertido de aquello era no poder predecir el siguiente movimiento de la otra persona. Cuando se confía ciegamente en alguien uno no tiene problemas en dejar a la otra persona accionar porque sabe que no hará nada que pueda llegar a disgustarle y, como eso era exactamente lo que sentía la morena por el mayor, no tuvo problemas en aceptar y encontrar aquello tan llamativo en que él pudiese ir haciendo sin que ella lo supiese a ciencia cierta con alteración.
Había tomado una buena decisión al aceptar porque, desde el momento en el que le habían puesto aquello en la cara, había sido como si su sentido del tacto hubiese aumentado de manera desproporcionada. A eso se le sumaba la doble indefensión que era tener las muñecas atadas, el acceso tan sencillo a todo su cuerpo que tenía el otro...
Había empezado con cuidado, solo tanteando terreno, tocándola despacio y asegurándose de solo acercarse un poco a sus puntos débiles, pero sin llegar a rozarlos directamente. La había llenado de deseos, de una mezcla de expectación y frustración, había disfrutado de verla retorcerse en busca de sus manos sin llegar a encontrarlas porque no sabía dónde estaban exactamente. Había sido muy entretenido para él, tanto que se había pasado más de lo normal en los preliminares, si es que se podía llamar así a no hacer realmente mucho más que acariciar y besar la piel desnuda sin estimular nada en especial.
Había sido dulce y se había encargado de comprobar si realmente ese tipo de juego le estaba gustando a su novia, en definitiva. El asegurarse de que había acertado aquella vez le alivió bastante porque él mismo sabía que se había metido en terreno pantanoso al quitarle algo tan importante para ella. Las miraditas llenas de satisfacción mientras lo hacían ya era algo cotidiano para ellos, el que moviese el cuello todo lo posible para encontrar el rostro del más bajo también. Era una persona bastante visual, eso no se podía negar, pero toparse con esa manera tan opuesta de complacer a ambos era algo que Dante había necesitado probar.
Con el paso de los tocamientos, el acostumbrarse a la situación y la comodidad consiguiente, las cosas se fueron desmadrando un poco. Eventualmente, ella quedó boca abajo con un cojín en el vientre para facilitar la penetración, las manos detrás de la cabeza y tratando de hundir el rostro en una almohada que tenía cerca mientras acompañaba los movimientos de su novio. Él iba intercalando entre movimientos muy brutos y rápidos y una lentitud casi tortuosa, soltando alguna que otra risita de vez en cuando y agarrándose bien del trasero de la chica cada cierto tiempo. De vez en cuando también le acariciaba la espalda o la melena, como queriendo mimarla a pesar de todo. Estaba agradecido con ella y su espíritu aventurero, que tanto facilitaba que acabasen probando tantas cosas nuevas.
Algo perdido y solo teniendo claro lo que le pedía el cuerpo, su mirada fue paseando por el cuarto sin ninguna razón en especial, encontrando repentinamente algo que le hizo sonreír al recordar alguna de las conversaciones que habían tenido estando más desinhibidos sobre cosas que algún día les gustaría llevar a cabo. Estela notó y escuchó como Dante se movía hacia una de las mesillas de noche y agarraba algo, pero no pudo deducir qué estaba tratando de hacer hasta que un ruido y olor en concreto hicieron acto de presencia: un mechero y humo de tabaco. Soltó un gemido un poco más lastimero que los anteriores, sabiendo perfectamente por qué estaba haciendo aquello en un momento como ese.
Ella misma le había comentado alguna vez suelta aquella pequeña fantasía que aparecía en el fondo de su mente cuando menos se la esperaba, esa en la que él le apagaba uno de sus cigarros en la piel. Nunca había tenido claro si dolería demasiado o le gustaría, pero el escenario en sí era algo que la calentaba a niveles insospechados. Aparentemente, el moreno le iba a cumplirle el gusto en cualquier momento, sin poder ella saber cuándo iba a suceder.
Su cuerpo reaccionó solo ante ese cúmulo de suspense junto con la excitación que traía el sacar algo del imaginario para convertirlo en realidad, no pudiendo percibir la sonrisita delatora de su novio. No pensaba hacerlo, por lo menos no ese día. Hacerle algo así a la vez que ya la estaba exponiendo a una práctica a la que no estaba acostumbrada le parecía demasiado, mucho más cuando él mismo sabía que sí le podía doler más de lo que seguramente ella esperaba. El fumarse ese cigarro en ese mismo instante era una mera estrategia para jugar un poco con la mente de la menor y claramente estaba funcionando.
Su cuerpo temblaba un poco del gusto, las paredes internas cada vez se contraían más, la cantidad de lubricante natural que soltaba era bastante más de lo normal y, aunque había vuelto a ir lento, ella seguía gimiendo como cuando estaba dando todo de sí. Solo por un ruido de unos segundos y un olor, nada más. No pudo evitar soltar una pequeña risa por debajo de la nariz y besarle la nuca con cariño, asegurándose de echarle un poco de humo a la cara después.
No se esperaba que esa fuese la gota que colmase el vaso y, justo tras hacerlo, ella empezase a moverse erráticamente mientras se perdía en un orgasmo que la dejó tirada en el sitio. Tuvo un poco de compasión con ella y salió de su interior, masturbándose bien cerca de su trasero durante unos minutos hasta conseguir también descargarse. Escuchó un pequeño jadeo por parte de Estela al notar el semen mancharla, pero no sonaba enfadada, solo la había pillado por sorpresa.
Le quitó las vendas en unos movimientos rápidos y aprendidos, sonriéndole con cariño al encontrarse con la expresión algo perdida de la más alta.
– Eres un cabronazo... – una vez más, había más estupefacción que rabia en su voz.
No pudo evitar la risa que se le escapó al escuchar esas 3 simples palabras, tampoco el darle un beso cariñoso en la frente antes de dedicarse a limpiarla con un pañuelo. Él mismo había causado el desastre de fluidos corporales que era la chica en ese momento, lo mínimo que podía hacer por ella era encargarse de eso.
– ¿De verdad te has pensado que en una situación así te iba a exponer a otro estímulo nuevo más? – recibió un encogimiento de hombros como respuesta – Pues no, en esta vida las cosas se hacen despacio y con buena letra.
– Esa es tu opinión.
Negó con la cabeza mientras se mordía el labio en busca de acallar una nueva carcajada ante ese comentario. Su chica no tenía remedio, eso ya lo tenía claro.
***
Estela está zumbada, menos mal que Dante tiene un poquito más de cabeza que ella (tampoco mucha porque es otro zumbado, pero bueno) XD
Llevaba con este escenario en la cabeza desde hacía muchísimo tiempo y hasta que no empezó el Kinkcember no encontré una pareja de mis libros en la que pegase algo así, en el momento en el que puse a estos dos en la situación mentalmente fue en plan de "Ah, que siempre lo he tenido enfrente, ok..." -v-'
Sí que es verdad que la tuve que cambiar un poco porque yo misma fui consciente nada más poner a Dante en la ecuación que es un poco cagón a veces y que él no le apagaría el piti en la espalda de buenas a primeras, además tenía que añadir el componente de que, si se trataba de Estela, era imposible que hubiesen hecho lo de la venda más de una vez porque creo que ya todos sabemos cómo es ella :p
AÚN ASÍ ESTOY SATISFECHA, DA IGUAL SI NINGÚN CIGARRO HA SIDO APAGADO EN NINGUNA PIEL, HA ESTADO EN LA ECUACIÓN Y YA MESSIRVE :'D
En fin, me voy a ir ya porque hoy sí tengo claro lo que quiero escribir y la señorita se va a "depilar" (lo pongo entre comillas porque solo me quito los pelos más visibles, es inútil pelear contra mi naturaleza de mujer loba lmao) la cara porque voy a ir al oculista a que me diga que estoy más puto ciega que hace 2 años y me cambien las gafas otra vez :))))
Hoy os doy solo la mano, pero acercaos bien porque si os ponéis muy lejos os desconozco con las caras to emborronadas (?)
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KINKCEMBER 2022
RomanceMe dio ganas de hacer esta cosa y aquí estamos, NO recomiendo para nada esta historia para menores de edad porque es medio jodido el consumir cosas tan sexuales siendo pequeño, que no se diga que no he avisado e_e