El sonido de la alarma era la cosa más repulsiva que podía imaginar el cerebro de Estela cuando estaba recién despierta, le taladraba los tímpanos y conseguía enfadarla de una manera impresionante. A ella le encantaba su cama, mucho más cuando era invierno y sabía perfectamente que destaparse era equivalente a estar cagándose en los muertos de la humanidad entera durante mínimo 10 minutos.
Notó a Dante moverse para apagar aquel ruido y, una vez lo consiguió, se volvió a tumbar bien, estirando sus brazos lo máximo posible. Como su zurda había quedado peligrosamente cerca del pecho de su novia, aprovechó para meterla debajo de la camiseta de ésta y agarrar uno de sus pechos en condiciones.
– Recién despierto y ya tocando teta, ¿no? – quería sonar como si le estuviese regañando, pero se le escapó un poco de risa.
– Viviendo la buena vida, claro...
Acercó todo su torso más a ella, solo para poder colar su otra mano y agarrar ambos pechos en condiciones. Ella se aguantó una carcajada incrédula como pudo y le dejó hacer porque no estaba frío, todo lo contrario. Era una realidad que, mientras que ella tendía a tener las manos frías, él siempre las tenía calientes y, si a eso se le sumaba haber pasado toda la noche debajo de las sábanas, esa temperatura solo aumentaba. Ya le estaba bien, además le daba una excusa para no tener que levantarse y desayunar.
Aún medio adormilado, el mayor se puso a repartir besos suaves por el cuello y parte de los hombros de la chica, moviendo mínimamente las caderas contra el trasero ajeno para darle a entender que ya tenía la erección desde que se había despertado. La morena trató de girarse, pero él la obligó a quedarse del lado que estaba y le hizo subir una pierna, dándole así a entender la posición en la que lo quería hacer. Aunque nunca le terminaría de hacer gracia no poder verle la cara, aceptó sin problemas y ella misma empezó a bajarse la ropa de cintura para abajo, esperando después a ver qué hacía el otro.
Su primer instinto fue bajar una mano y comprobar cómo de mojada estaba, al enterarse de que era poco se decidió a ser más insistente en los tocamientos de su pecho, no sin antes sacar su miembro para rozarlo contra la vulva de ella. Los jadeos por parte de la chica no se hicieron esperar, nunca dejaría de encontrar algo increíble en solo rozarse entre ellos y que su cuerpo empezase a reaccionar a una velocidad impresionante. Era una urgencia improvista apoderándose de su ser repentinamente, preparándola a última hora para permitirle que metiese en su interior lo que quisiera y haciéndola desear que cualquier cosa cumpliese ese papel de llenarla por el que su cuerpo se había esmerado tanto.
– ¿Tú no tenías que dar una clase a primera hora hoy...? – le había venido un flashback repentino del horario del moreno.
Lo único que recibió como respuesta era uno de esos chistidos que la llenaban de pasión exageradamente para la acción tan poco relacionada con el sexo que era. Nunca iba a entender por qué le gustaba tanto que él la mandase callar de esa forma, pero había algo casi melódico en la forma en la que dejaba salir ese aire, se notaba que era un gesto demasiado aprendido con el paso de los años. No era agresivo, tampoco cansino, solo suave y parecía alentarla de forma calmada a guardar silencio y no preocuparse de nada porque él tenía todas las respuestas y soluciones a cualquier cosa que ella pudiese estar diciéndole. ¿Acaso era ese factor intelectual lo que la excitaba? ¿O era la ilusión que le daba de que él tuviese tanto control sobre todo?
Al notar que su propio miembro empezaba a ponerse algo pringoso a raíz de los fluidos de su novia, Dante no dudó en empezar a meterlo, sin prisa, pero sin pausa. No sabía ni él qué se iba a inventar para que no le tuviesen en cuenta lo tarde que claramente iba a llegar, a malas podía mentir diciendo que a Estela le había dado un patatús y había tenido que llevarla al hospital o algo similar. El imaginar posibles respuestas a las amenazas de despido de su jefe se fue difuminando de su mente a cada movimiento de cadera sincronizado que daba con la morena, los pequeños gemidos de ella parecían ser viento que los arrancaba del todo de su cerebro y le permitía centrarse solo en lo que estaba haciendo.
Se acercó a la cabeza de la chica e inhaló con fuerza: olía a una mezcla de ese champú nuevo que había tenido que usar a regañadientes porque el de siempre ya no le iba bien y su propio aroma natural. Le encantaba esto último, ambos tenían esta obsesión extraña con olerse mutuamente y lo encontraban extrañamente placentero, a él le dio una vez por buscar por internet a qué se debía eso y resultó que simplemente eran compatibles genéticamente y, de alguna manera que no le había quedado clara, sus narices lo sabían. A veces le hacía gracia pensar en ello porque era demasiado improbable que se reprodujesen: él tenía la vasectomía hecha y ella se negaba rotundamente a ser madre.
– Un poquito más rápido... – sonó algo ahogada porque estaba escondiendo su rostro contra la almohada, pero se la entendió bien.
Ante esta petición, él le levantó la pierna un poco más a ella y le puso más ganas, sacándole así gemidos más continuados y que de vez en cuando le llamase por ese diminutivo que tan poco usaba: Dan. No lo hacía mucho porque ella decía que Dante ya era un nombre muy épico y que le gustaba cómo le quedaba a él, pero si estaba con un poco de sueño o cansada en general sí tendía a llamarle así para hacer un poco menos de esfuerzo que diciendo las otras 2 letras. No sabía por qué, pero ese apodo siempre conseguía sacar una parte más pasional de él y le despertaba algo tan fuerte que no solía conseguir durar mucho más después de eso.
Lanzó una de sus manos a atacar el clítoris de la chica sin piedad, negándose a ser el primero en tener un orgasmo por algo tan anecdótico como eso. Sabía que la doble estimulación siempre la hacía más débil y la llevaba a ese paraíso interno en cuestión de pocos minutos, conocer tan bien sus puntos débiles ayudaba bastante a la hora de jugar sucio. Y, como bien había predicho él mismo, ella acabó en cuestión de pocos minutos, hundiendo del todo su rostro y ahogando sus gemidos más altos a modo de proteger a los vecinos que todavía pudiesen permitirse el lujo de seguir durmiendo.
Él tampoco pudo retener demasiado el orgasmo después de eso y no dudó en correrse dentro para ver si podían evitar el cambiar las sábanas. Se quedó abrazado a ella y dándole caricias suaves por el rostro y cabello, pero se vieron interrumpidos por esa segunda alarma que Estela tenía preparada media hora después de que sonase la primera por si acaso se quedaba dormida.
– Puta alarma de mierda...
***
Tú eres normal y yo he dedicado un párrafo entero a hablar de chistidos (el verdadero the writer's barely-disguised fetish lmao).
He de decir que, cuando vi este prompt de buenas a primeras, se me ocurrió otra idea bastante diferente y me decidí a no llevarla cabo y cambiarla por algo más vanilla con tal de mantener la salud mental de posibles presentes que se puedan rayar así que de nada -3-
Cambiando de tema, soy feliz porque este es mi primer día de vacaciones de invierno y eso significa no madrugar la gran mayoría de los días (solo los miércoles y los viernes seguiré madrugando, pero tampoco tanto como antes así que #felicidad) :D
No voy a hablar mucho más porque este mes estoy teniendo la regla más extraña de mi puta vida (ayer me dolían los cólicos hasta los riñones sin que me saliese ni una gota de sangre, hoy estoy sangrando indoloramente en la misma cantidad que suelo sangrar el segundo día de regla ???) y no prometo que de golpe me dé un chungo emocional y tenga un mental breakdown aquí mismo porque, yo qué sé, he estornudao un poco fuerte y me he hecho pupa (suena exagerado, pero cuando tengo la regla lloro y me cabreo hasta solo por existir JAJAJ) :l
Un petonet para todo el mundo (que es exactamente lo mismo que un besito, pero lo digo en catalán y me creo que ya estoy innovando) y ojalá no os hayan puesto muchos deberes y/o tengáis que trabajar mucho estas navidades, si ese es el caso avisadme y me presento donde me digáis con un palo con pinchos uwu
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KINKCEMBER 2022
Roman d'amourMe dio ganas de hacer esta cosa y aquí estamos, NO recomiendo para nada esta historia para menores de edad porque es medio jodido el consumir cosas tan sexuales siendo pequeño, que no se diga que no he avisado e_e