En un principio, lo que habían planeado parecía más sencillo de lo que estaba siendo realmente. Estela le había dicho de golpe que había visto en un sitio en algún momento (ni siquiera ella era capaz de decirle dónde y cuándo, pero lo demás se le había quedado grabado a fuego en la mente) una postura concreta en la que supuestamente iban a conectar más que con ninguna otra. No era nada que pareciese que iba a suponer un problema, solo tenían que sentarla a ella encima y de cara a él, mirarse a los ojos y tratar de coordinar sus respiraciones mientras llevasen a cabo la penetración. Algo tranquilo, para nada rocambolesco o imposible, el mayor no había tenido problema en aceptar.
Lo realmente difícil de la cuestión era el tema de la respiración porque la chica tendía a acelerarla mucho más que él, tenía mucho menos autocontrol y estaba más acostumbrada a dejarse llevar por las sensaciones que a moderar su cuerpo cuando estaba siendo tocada de esas formas. El hombre trataba de calmarla, se aseguraba de moverse despacio para no enloquecerla demasiado y que la tarea no se le dificultase aún más, le susurraba alguna que otra cosa bonita que conseguía mantener la vista de la otra clavada en sus ojos.
Era extraño, estaban siendo especialmente silenciosos y cuidadosos. Llegados a ese punto de la relación, se habían acostumbrado a montar todo tipo de escenas, a que Estela fuese demasiado vocal y a un poco más de rudeza. Había algo más suave y que incitaba a la calma en el ambiente ese día, parecía que ninguno de los dos quisiera romperlo.
Ambos lo habían pensado, pero ninguno lo había dicho: parecía que se hubiesen transportado a la época en la que empezaron a salir y se veían obligados a mantenerse así de callados con tal de no ser descubiertos. Se reencontraban con ese agridulce secretismo que tanto habían atesorado hacía ya unos años, aquel del que creían haberse deshecho cuando plantaron cara al mundo y decidieron que iban a amarse sin importar la opinión ajena porque, al fin y al cabo, no estaban haciendo nada malo y mucho menos ilegal. Resultaba que no había terminado de irse nunca, que había estado aguardando a ese momento tan específico en el que estaban tratando de acoplarse al otro de la mejor forma posible, casi como si fuese el incentivo para seguir por ese camino y no rendirse a la mitad.
Una de las manos de Estela pasó por el cabello de Dante un poco bruscamente, dejándole la mitad del pelo hacia abajo. Siempre había encontrado algo divertido en despeinarle y poder verle con ese look, siempre se echaba el pelo hacia atrás y, aunque claramente le quedase bien y a ella le gustase, también le daba un gusto visual verlo de la forma contraria de vez en cuando. Recibió un beso dulce en los labios, casi no rozándolos con los del otro.
Repentinamente, se sintió algo abrumada por su amor, como le pasaba en tantísimas ocasiones. Estela amaba con mucha intensidad a todo el mundo, su novio no iba a ser la excepción. Si se miraban así demasiado tiempo, si la besaba así, si seguía entrando y saliendo con esa gentileza, si la sujetaba con tantísimo cuidado... No podía, ella no podía con todo eso, le daban ganas de llorar y reír, de explicarle lo muchísimo que le amaba, de escribirle mil cartas y darle solo la mejor de toda la tanda, de decirle al mundo lo afortunada que era por haber coincidido en el caos que es la vida con una persona tan especial e increíble, de pasar toda su vida al lado de un hombre que sabía que la haría feliz siempre y cuando estuviese dentro de sus posibilidades.
– Te quiero... – solo pudo decir eso con un tono lastimero, dando a entender que tampoco había que tirar mucho de la cuerda si no querían que eso acabase con ella sollozando de la felicidad.
– Eres el amor de mi vida, princesa... – un arranque de sinceridad brutal, directo al corazón ajeno.
Había sido demasiado decirle eso, Dante debía de estar loco para soltar algo tan fuerte. Claro que la quería y se lo había demostrado en múltiples ocasiones, ¿pero el amor de su vida? ¿Ella le había marcado lo suficiente como para que él la catalogase como "el amor de su vida"? Aparentemente sí porque él nunca decía las cosas por decir, mucho menos una declaración tan cargada emocionalmente como esa. Si no fuese cierto, nunca lo habría declarado porque él no era el tipo de persona que regala los oídos a otros sin sentimiento, más bien le costaba decir cosas tan bellas como aquella justo porque las sentía en lo más profundo de su ser y desnudarse psicológicamente puede resultar más vergonzoso que la desnudez física.
– Me vas a hacer llorar, cabrón... – era la única advertencia contundente que se le había ocurrido.
– Perdón... – no parecía sentirlo de verdad a juzgar por la sonrisa tierna que le había dedicado.
Se habían tomado toda esa postura como una tontería antes, pero empezaban a notar los efectos cada vez más y no había manera de que parasen llegados a ese punto. Se sentían muy bien, demasiado como plantearse el separarse o ser más rudos, les nacía a ambos el tener un encuentro tan delicado como ese y que, cuando terminase, les diese la impresión de que era uno de esos muchos momentos juntos que se les iban a quedar grabados en la mente hasta el final de sus días.
En el momento en el que consiguieron acompasar sus respiraciones ya estuvieron más que perdidos y no pudieron prestarle atención a nada que no fuese el otro y, antes de que el hombre pudiese predecirlo, Estela soltó una exhalación quejicosa y estuvo a punto de dejarle marcas de sus uñas en la espalda. Ni siquiera teniendo su orgasmo había dejado de mirarle a los ojos y él, que era demasiado débil en cuanto a esas miradas desesperadas de lujuria de ella, se vio envuelto en la misma situación que ella.
Hubo unos segundos de silencio entre ellos en los que se centraron en recomponerse mentalmente. Después, las delgadas extremidades de Estela estrecharon a su novio con todas sus fuerzas, dándole a entender que no se podía ir en un momento como ese. No tenía ni la más mínima intención de abandonar la escena así que Dante se limitó a echarse hacia atrás y dejar que su espalda impactase contra el colchón, una vez ahí abajo se puso de lado para más comodidad de ambos. Un beso suave en la coronilla fue la excusa perfecta para quedarse unos segundos de más en esa zona y aspirar el olor natural de su novia.
***
Lo gracioso de todo esto es que la postura de este día la saqué, si no recuerdo mal, de un vídeo de Tik tok que se quedó estancado en mi mente durante muchísimo tiempo porque patata JAJAJ
A todo esto, ayer fui al oculista y, aunque la mujer me confundió con una colegiala de la ESO (para estar estudiando esa mierda se supone que hay que tener entre 12 y 16 años, yo tengo 18 xd), fue muy maja y no tuve problemas para hablar con ella, mis padres ni siquiera entraron en consulta y no me sentí ni un poco cerca del ataque de ansiedad. Además me dijeron que solo he empeorado un 0.25 la miopía y que no me querían poner unas gafas nuevas para eso, pero me han puesto una visita para junio para comprobar si entonces han empeorado o no :D
Como parece que ayer la cosa iba de mi época del instituto también me encontré a uno de mis profes de la época por la calle y me enteré de que había tenido un bebé (el bebé me hizo gracia porque estaba como súper feliz lmao), también hablaron él y mi mamá sobre un tema que no puedo poner aquí porque eso ya son intimidades de terceros, lo único que me dio lástima de toda la situación fue eso y que como el pobre hombre no sabe nada estuvo haciéndole misgender a mi hermano las veces que fue mencionado (él no quiere que se sepa lo de su transición en su antiguo cole así que como familia nos tenemos que callar).
Volviendo al día de hoy, permitidme ser feliz porque Estela sea tan intensa como yo, lo cual tampoco es culpa mía porque aparentemente es hereditario teniendo en cuenta que mi madre es el doble de intensa que yo o.o
En fin, procedo a quejarme al aire un día más y a pedir a diosito que me saque a Dante de la pantalla ni aunque sea 24 horitas, además me tengo que duchar porque tengo que darles la última visita del año a mis gatitos bonitos del voluntariado, hay que tener responsabilidad afectiva con ellos (?)
Supongo que haré caso a mi oculista y me voy al cole (estamos en vacaciones, pero x), nos vemos en clase nosequé ToT
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KINKCEMBER 2022
RomanceMe dio ganas de hacer esta cosa y aquí estamos, NO recomiendo para nada esta historia para menores de edad porque es medio jodido el consumir cosas tan sexuales siendo pequeño, que no se diga que no he avisado e_e