||Cᴏᴍᴏ ᴜɴᴀ ᴘʀɪɴᴄᴇsᴀ||

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Era ya de amanecer en la gran New York, los atardeceres en esta gran cuidad siempre eran tan famosos. A nadie le sorprendía que muchas personas fueran a verlo. Habían todo tipo de personas, parejas adolescentes, parejas de viejitos y incluso gente que solo va sola sin nadie. En esa tarde habían dos personas solas.

Gen llegó al lugar, había llegado a ese lugar a relajarse pero había tanta gente postrada en la baranda. Casi no había espacio, vio uno al lado de un chico rubio, se acercó y puso sus manos en el barandal admirando la hermosa vista y la paz que transmitía. Pudo notar que el chico rubio a su lado le vio de reojo, adivino que de nuevo llamaba la atención por su ropa.

—Bonito vestido. —le hablo el chico rubio.

Volteé mi rostro para verle, el estaba a mi lado y tenía una capucha no pude ver su rostro.

—Muchas gracias, joven. —aún así agradeció, siempre le miraban de lejos y murmuraban de ella pero nadie le alagaba.

Y quedaron en puro silencio de nuevo, no se porque pero esperaba que el le siguiera hablando. Pero entendió que este lugar era para estar en silencio, para desahogarse y para estar en tranquilidad. Entendía si simplemente quiso hacer el comentario no más socializar conmigo. Algo de mi pedia hablarle.

Mordí mi labio con inquietud, estaba nerviosa no quería que fuera incómodo. Era pésima socializando. Abrí mi boca para hablar pero la cerré al mismo instante, entró una inseguridad. Iba a ser incómodo y no quería eso ni tampoco quería avergonzarme a mi misma. Quedaría como tonta.

A quien le importa, quien tenga miedo a morir que no nazca. Me mentalice y abrí la boca.

—Mi nombre es Gen, ¿como te llamas?

Ahí quiso morir, me sentí totalmente avergonzada al ver que me miró con un semblante serio. Sus ojos eran verdes jade un color muy bonito era su color favorito pero los de él eran bastante intimidantes. El chico pareció pensar en si responderle.

Para mi parecieron horas.

—Mi nombre es Aslan.

Abrí mis ojos con sorpresa, no esperaba que respondiera. Mis ojos brillaron con felicidad.

—Tienes un nombre muy bonito, Aslan. —respondi con una sonrisa.

—Siempre lo dicen.

—¿Que te trae por aquí?—pregunté más intrigada en el chico, ahora Aslan.

—Relajarme y mentalizarme. —respondió, me quede en silencio sin más que preguntar. El me miró abalizándome de pies a cabeza otra vez. —No es que sea de mi incumbencia, ¿porque vistes así? No creo que sea un lugar adecuado para ti estando sola.

—Es un dato muy gracioso. Mi madre desde muy pequeña siempre amo los castillos, los príncipes y princesas. Y cuando yo y mi hermano mayor nacimos nos trató como "príncipes" cuando digo príncipes es en serio. Todo mi closet tiene vestidos de este tipo. —terminó de comentar, con una bastante ternura al parecer de Aslan. Frunció su nariz, bastante dulce. Pero aún así la escucho con atención. —¡Oh! Y no vengo sola, gracias por preocuparte.

—Es muy hermoso, si te ves como una verdadera princesa.

—¡Gracias! Tú también tienes el estilo de ser uno.

—Gracias...supongo. —dijo dudoso. —Y en tu casa que hacen? Toman té en tacitas?

Ella se quedó en silencio aún manteniendo el contacto visual, el rubio se alarmó no es como que quisiera ofenderla. Desde hace ya muchos años su lengua siempre soltaba palabras hirientes y con ironía, siempre era sarcástico la mayoría del tiempo.

𝐓𝐲𝐩𝐞𝐬, 𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝗼𝐬 ||𝐀𝐬𝐡 𝐋𝐲𝐧𝐱||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora