• Esᴄᴇɴᴀʀɪᴏ

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Reacción: Continuación de tu ocurrencia por tatuarte su nombre.

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Cuando entró a la habitación te miró con confusión, empezaste a sudar ya tan rápido lo noto sentías esa zona en donde habías hecho el tatuaje arder.

—¿porque tienes puesta esa camisa? Estabas vestida diferente cuando me fui.

Casi caes desmayada. ¡Vamos es un genio, no se le pasa ni una! ¡Y tú crees que puedes engañarlo! ¡Por favor! JJAAJA

Aclaraste tu garganta temiendo que un gallito se te saliera por los nervios.

—Me cambie por la sorpresa que te había mencionado. —sonreíste tratando de disimular, el rubio solo arqueo una ceja con ironía. —Quería llevarte a comer y a pasear.

—Está hora?—pregunto mirando su teléfono.

—Si, me siento muy cansada para cocinar así que podríamos salir a comer a un lugar al que gustes. Yo pago. —respondiste sonriente.

—¿Esa era la sorpresa? No quieres cocinar y comeremos afuera.

—¡ay si! Deja de ser negativo. Vámonos!—dejaste un casto beso en su mejilla y corriste de ahí.

...

—Sabes que vas a pedir? —le preguntó.

—Lo que tú pidas esta bien.—contestó el rubio.

Estabas pidiendo cuando sentiste comezón, te rascaste el lugar al sentir un dolor te diste cuenta que te habías descubierto el lugar del tatuaje.

Aslan frunció el ceño, eso nunca estuvo ahí. Quería preguntarte pero no quería preguntarte y que te revolucionaras y se formara un desastre. Decidió ignorarlo pero mientras comía y hablaban entre ustedes no dejaba de llegar ese momento a su cabeza. Pudo notar unas letras en tinta negra, esperaba con todos su corazón y esperaba estar equivocándose y que lo que vio no fue un tatuaje y que solo sea una pegatina para gastarle una broma.

Sudor bajaba por tu frente cada vez que Aslan te miraba intensamente pero no con cualquier mirada con una mirada como si estuviera viendo a su peor enemigo de frente. Y algo te decía que ya eras papa frita, ya no había chance. Pero no te dejarías tan fácil, mientras parloteabas pensabas en una solución o en una posible mentira una mentira bien hecha para que se lo creyera.

Cuando salieron de allí, Aslan no hablo en todo el camino solo te daba miradas de vez en cuando demasiado profundas como si estuviera viendo los pecados de tu corazón. Eso solo te ponía más nerviosa y no te dejaba pensar con claridad una excusa.

Aclaraste tu garganta falsamente para llamar su atención. Ya que claramente parecía que quería clavarte una daga.

—¿Pasó algo? Me llevas mirando mucho tiempo.—hablaste mientras conducías así que no lo mirabas por obvias razones.

—No lo sé, tu dime, desde cuando te molesta?—respondió y luego se metió a su celular.

—¿Que!? No! No! Por supuesto que no me molesta ¿de donde sacas eso?

—No lo sé, dime tu.

Fueron las palabras finales y cerraste la boca, ahora si estabas asustada.

—Aslan...cariño, tenemos que hablar.

Ahora es al rubio a quien se le bajo la presión. "Hablar" eso no se escuchaba bonito ¿acaso terminarías con el? O ¿te cansaste de su actitud y de su carencia de afecto y emociones?

Ahora era el quien tenía miedo y sudaba, te lanzó una última mirada seria y penetrante como es normalmente. Pero solo estaba ocultando su inseguridad.

—¿Terminarás conmigo?—pregunto directamente, sin ningún miedo. "El que tenga miedo a morir que no nazca" mientras a ti se te salieron los ojos.

¡Como puede pensar en algo así! Fue muy difícil conquistar al gran Ash Lynx y por ninguna razón lo terminarías, bueno hasta tenía por seguro que era Ash quien terminaría con ella y no ella con el. Sabía melosa que era aveces.

—¡No por supuesto que no! Es sobre otra cosa, cuando estemos mas cómodos lo hablaremos.

Dejaste el auto en su lugar, y entraron a la casa. Aslan se sentó en el sillón y te miró directamente, quería hablar si o si ahora y ahora mismo.

Tragaste saliva y te sentaste junto a él.

—Aslan yo te amo...

—Eso suena claramente a que quieres terminar conmigo. —te interrumpió, lo pellizcaste en la mejilla acción por la cual se quejó. Tu procediste a hablar.

—Te amo, y si todo sale bien me encantaría hasta casarme contigo. Y cada vez que estoy lejos y no puedo verte así sea por viajes o cosas de trabajo. Siempre pienso en ti y siempre me gustaría tener algo con lo que acordarme de ti...

—Si quieres puedo hacer un esfuerzo y mandarte unas fotos de mi cara. —volvió a interrumpirte, sentiste como si las venas del cuerpo se quisieran salir.

—Aslan Jade, no me interrumpas.

—Bueno.

—Decidí tatuarme tu nombre, así tenerte en mi cada vez que esté lejos o algo pase.

...

El rubio pestañeo bastantes veces, tratando de averiguar si lo que escucho estaba correcto.

—A ver. —fue lo único que contestó.

—¿Que?—respondiste nerviosamente.

—Quiero ver el tatuaje.

Asentiste, con facilidad removiste la parte del cuello para así dejar ver el tatuaje detrás de tu oreja a la vista. Toco el lugar y froto un poco, cosa que claramente te dolió. Dejaste salir un quejido y dejo de tocarlo, la señorita experta te había dicho que por unos días a lo que se cura te dolerá y arderá cualquier toque agresivo.

—¿Estas bien con eso? Gen, tatuarte no es un juego eso se quedará por toda la vida ahí. ¿Estás cómoda con eso?

Tu tragaste saliva. Era cierto ya lo había hecho y no había vuelta atrás, pero extrañamente no sentías arrepentimiento.

—Si lo estoy, no siento ningún arrepentimiento.

El se acercó a ti y beso tu frente. Te abrazo.

—Gracias, estoy muy agradecido de ser tan importante para ti como tú también lo eres para mi.

Los dos se quedaron acurrucados, tu cabeza descansando en el pecho de Aslan.

—Entonces...¿te tatuaras mi nombre también?

—Olvídalo.





𝐀.𝐅

𝐓𝐲𝐩𝐞𝐬, 𝐞𝐬𝐜𝐞𝐧𝐚𝐫𝐢𝗼𝐬 ||𝐀𝐬𝐡 𝐋𝐲𝐧𝐱||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora