||Banana Fish||
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A.F
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Tu jamás podrás hacer que Aslan se ponga nervioso. Con que solo te mire ya estás riendo con nervios. Porque tenía un talento para eso, con solo estar a tu lado no importa cuanto tiempo estén juntos siempre será como la primera vez.
Nuestro rubio tiene un gran talento para coquetear y también tiene un talento para ser un payaso cuando quiere.
Es un atrevido.
—¿Te hago perder los estribos con solo tenerme cerca, Sweetie?—pregunto a tu oído, con una sonrisa bastante coqueta. Te miraba de arriba a abajo, con una sonrisa en su rostro.
Terminaste avergonzado y riéndote de los nervios como siempre. A él le encantaba verte así, aveces se burlaba de eso.
Pero!
El también podía ponerse nervioso con facilidad, en un solo lugar.
En las casa de tus padres, todas sus actitudes coquetas y atrevidas se desvanecen.
—Cariño. —llamaste, los dos estaban en la cocina de la casa de tus padres por un día festivo.
El ladeo la cabeza, dándote a entender que te estaba escuchando.
Te acercaste a él y lo abrasaste por la espalda. A ti te pareció normal pero a Aslan no. Al rubio le entró una corriente eléctrica cuando te sintió.
¿Que pasaría si su suegra los encuentras así? Lo correría de su casa y diría que había profanado a su bella hija.
Aunque ya te había profanado de bastantes maneras. Pero Aslan era un paranoico.
Se alejó del abrazo como si tú le quemaras. Con confusión le miraste, ¿porque se alejó? No te lo tomaste personal.
—¿Por que te alejas?, quiero besarte ahora, cariño. —dijiste, amenazando con acercarte y besarle.
El sonrojo le subió a todo su esplendor, actuando bastante raro para ti.
—¿Que pasa? ¿No quieres besarme? Yo quiero hacerlo, Aslan. Quiero besar tus labios ahora.
Eso terminó de descolocar al pobre rubio, ya no podía pensar y ni tampoco sabía si lo estabas haciendo a propósito o no. Te tomó de los hombros y te alejo un poco estabas a punto de sentarlo en la mesa de la cocina de lo cerca que estabas.
—¡Por supuesto que quiero! ¡Solo es que...
—Entonces bésame. —demandaste, hundiste las cejas. ¿Porque todo un escándalo por un beso?
—Sweetie, no creo que sea...
Arqueaste una ceja, ¿porque actuaba tan extraño? Solo querías un beso nada fuera de lo normal de todo lo que han hecho entre sus sesiones de besos.
—¡Aslan, Gen! ¡Mis niños, los estamos esperando!—oyeron la voz de tu madre que los esperaba. Tu suspiraste de fastidio.
Dirigiste tu mirada al rubio. Todavía esperando tu beso.
—¡Te daré todo lo que quieras cuando lleguemos a la casa!—solo te dio un beso en la mejilla y salió corriendo de ahí.
Aslan no quería que vieras el desastre de nervios que estaba sintiendo. Te burlarías de él por un gran tiempo. Pero tú ni captaste ni te diste cuenta de lo que hacías en el.
Le agradeció a su suegra por salvarlo.
—¿Que fue eso?—te preguntaste, pero terminaste siguiéndolo.
