||Banana Fish||
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A.F
Situación: Como sería Aslan si le pides que te enseñe a defenderte a ti misma.
(O sea a los puños xd)
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Los dos estaban teniendo un desayuno en silencio. Era un día bastante tranquilo, demasiado. Aslan estaba en el teléfono chequeando algunas cosas ya que el cumpleaños de Gen era en unas pocas semanas y sabía lo mucho que esta amaba Naruto. Frunció el ceño, con fastidio. Estaba entre figuras de colección o el manga, terminó decidiendo que le daría todo. No quería complicarse.
En cambio Gen, encontraba el día demasiado aburrido y callado. Sentía que algo faltaba, algo divertido y interesante.
Bueno era obvio, Gen no tenía clases y tarea pendiente, algo bastante raro ya que Aslan siempre termina obligándola a hacer las tareas para que ente a tiempo siempre. Y Aslan no tenía nada pendiente como Jefe, al rubio también le extraño que la calle estuviera tan tranquila.
Le extraño demasiado, que sospecho. Pero decidió calmarse. ¿Era mejor así, no?
Gen estaba como ansiosa. Aslan lo percibió por lo rápido que golpeaba el piso con el pie.
Gen miró a al gran ventanal, buscando alguna idea.
El foco se encendió y sus ojos brillaron.
—Aslaaan. —llamó, el rubio arqueó una ceja ese era el tono que Gen usaba cuando tenía algún capricho o quería pedir algo.
—Dime, querida. —apago el teléfono, lo dejo de lado para así darle la atención a su novia.
—Se me ha ocurrido una actividad para hacer. —mencionó con una sonrisa en su rostro.
—¿Ajá? ¿Y que se te ocurrió?
—¿Que te parece si me enseñas a defenderme a mi misma?
Una gota de sudor bajo por su rostro, ya que el semblante de Aslan había cambiado. Estaba serio y intimidante, entrelazó sus manos y las dejó descansar en la mesa.
Ash era un paranoico aveces, al igual que ella de todos modos.
—¿Cual es la razón? ¿Alguien te molesta en la escuela?
Negó con rapidez.
—¡No! Solo creo que el día esta muy calmado y para hacer algo productivo pensaba en si me enseñas tu forma de pelear.
—Gen, no creo que...
Gen le interrumpió.
—Piénsalo Jade, así no tendré que depender de que me defiendas. Aveces no me siento cómoda con que siempre hagas todo por mi, que solo tú puedas protegerme. ¡Yo también quiero protegerte y cubrir tu espalda, sabes!
Una pequeña sonrisa aprecio en el rostro de Aslan.
—Tienes razón, lamentó si te sientes incómoda con mi sobreprotección por ti. Solo es que...
—Lo entiendo Aslan, se quieres que esté sana y salva pero yo también quiero que estés sano y salvo. —confesó. —entonces aceptas?
—Vamos entonces. Te advierto, soy un maestro bastante estricto.
—¿Eso quiere decir que la membresía de novia no funciona?
—No. —respondió, se levantó de la mesa. —prepárate, tengo un lugar para empezar.
