Free // Adaptación Emiliaco

17.

El cantante y su novio caminaban hacía su camerino. El oji-café tenía su brazo alrededor de la cintura de Joaquín, éste último llevaba una alegre sonrisa en sus finos labios rosas. Caminaban mientras el rizado saludaba y felicitaba al personal que pasaba a su lado, por el show.

El castaño había recibido a Emilio apenas había terminado el show. Irían al camerino para descansar un rato y recoger sus cosas y luego irían al hotel a dormir.

Joaquín estaba muy emocionado, nunca había creído en el amor, realmente no había tiempo para sí quiera pensar en eso, pero aún así, conocer París, la ciudad del amor, siempre había sido un sueño.

_ ¿Amor, te gustó el show? _ preguntó el rizado, volteando a ver levemente al ojimiel, sin quitar su mirada del camino.

Joaquín se quedó callado un instante al sentir esa sensación en su estómago apenas esa palabra salía de los labios del oji-café, no se acostumbraba y si era sincero, no quería acostumbrarse.

_ No hay palabras para la presentación de Sunflower Vol.6, fué arte, me sorprendió mucho _ le regaló una sonrisa a su novio y éste se mordió el labio. Debía de admitir que desde que conoció a Joaquín, cada sonrisa que le daba, lo ponía nervioso y lo hacía sonrojarse levemente. _ Aunque siempre adoro tus shows, es increíble lo mucho que te esfuerzas _ paró su andar frente a la puerta del camerino del cantante y se volteó para quedar frente a éste.

El rizado sin soltar el agarre de su cintura, colocó su otra mano en la mejilla del ojimiel. Joaquín puso su mano en el pecho del cantante y le dió una gran sonrisa, que le permitía a Emilio apreciar las arruguitas que se le formaban en sus ojos. Sonrió inconscientemente y unió su frente con la del castaño.

_ Gracias Joaco _ suspiró y unió sus labios en un suave y lento beso. Nada apresurado, algo significante, apenas para sentir los labios de Joaquín contra los suyos en un movimiento suave y preciso.

Se separaron por falta de aire y el ojimiel giró con su mano el picaporte de la puerta del camerino detrás suyo. El cantante apartó su mano de la cintura y buscó la mano de Joaquín, entralazó sus dedos y lo dirigió hacía dentro de la puerta.

El pelinegro los esperaba sentado en el sillón con su celular. Al escuchar pasos acercándose, alzó su cabeza, contemplando la imagen frente de sí. Dirigió su mirada a las manos entrelazadas y sonrió levemente. Se levantó de su asiento y corrió a abrazar al rizado. No había tenido oportunidad de saludarlo.

Sin soltar la mano de Joaquín, Emilio le correspondió el abrazo con la mano libre. Ambos amigos sonreían cómo tontos en medio del abrazo. Al fin se separaron, Sian volteó a ver al castaño en frente suyo y le sonrió en forma de saludo, a pesar de haberlo visto hace apenas unas horas, a lo que Joaquín le correspondió con el mismo gesto.

Emilio carraspeó un poco y ambos dirigieron su mirada al rizado. _ Sé que ya se conocieron, y tal vez no cómo quería que pasara, pero no los he presentado oficialmente y quiero hacerlo, es importante para mí

_ Joaco él es Sian, mi mejor amigo desde siempre, es prácticamente mi hermano _ dijo mirando con orgullo al pelinegro a su lado.

_ Y Sian él es Joaquín, mi novio, el chico lindo del concierto del que te hablé _ dirigió ésta vez su mirada al ojimiel con un brillo en ella. El castaño había sentido de nuevo esos aleteos, aunque saber que eran ya una pareja, escuchar a Emilio decir que era su "novio", era una sensación incapaz de describir. _ Espero que se conozcan y que se lleven bien, ambos son importantes para mí _ dijo finalmente y el pelinegro y el castaño compartieron sonrisas.

Las calles de París eran circuladas por miles de automóviles por toda la ciudad. La arquitectura de las casas, apartamentos, incluso los centros comerciales, eran de algún modo romántica, los autos pasando por éstos lugares, sólo complementaba la imagen entera de la gran ciudad de París.

El sol apenas tenía unas horas de haber salido. Era ese calor mañanero, que acariciaba la piel cómodamente. Esos rayos de luz que su intensidad era la más tolerable del día. Se podía oír el habla de las personas alrededor, el ruido de los autos en movimiento, la fuente de agua en medio del parque, y hasta ciertos pájaros cantando al ritmo de la brisa que los acompañaba, abrazándolos con su dulce frescura.

El ojimiel miraba por la ventana del vehículo, admirando el cómo funcionaba la ciudad del amor en apenas unas horas de aparecer el sol. Emilio a su lado, con sus manos entrelazadas, dándole pequeñas caricias.

Habían despertado esa mañana, con emoción innegable en sus rostros. Con más ganas que nunca de desayunar y prender viaje. El cantante había decidido que ese día irían al Louvre, irían a almorzar y luego irían a la Torre Eiffel justo a la hora cuándo el sol se escondía poco a poco del cielo, con diversos colores acompañándolo en su despedida. Y al final, terminarían su día con una noche tranquila de películas.

Aún no tenía planes para el siguiente día, pero sabía que ya se le ocurriría algo. La creatividad o el "que hacer" en París, no era un problema, siempre había actividades hermosas que hacer.

El cantante miró a su chico a su lado. Admiró la sonrisa y la emoción que irradiaba al ver todo por la ventana, sonrió mostrando sus hoyuelos y con suavidad levantó sus manos entrelazadas y dejó un casto beso en la mano del ojimiel.

Joaquín lo miró cuándo hizo eso, sonrió y apoyo su cabeza en los hombros del oji-café. Dirigió su mirada a sus manos entrelazadas y no puedo estar más feliz.

Estaba con su ya novio, en la ciudad del amor, conociendo lugares al paso del crecimiento de su relación, regalándonse aventuras juntos, era imposible no estar feliz...

Buenas aquí les dejo nuevos capítulos.

Espero les gusten.....

Nos vemos AlbertXioW.