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La ultima luz de todos los colores del sol se pintaba en cada pequeño espacio de Acapulco. El clima pronto sería un total congelador sino se llevaban prendas suficientes.

Por suerte, el ojimiel tenía una camisa manga larga y un hoddie encima y una más en el auto por si el frío no era totalmente soportable.

Las calles de Acapulco a esa hora, eran normalmente transcurridas por las personas que salían de su trabajo al anochecer. Joaquín agradeció volver al trabajo hasta el viernes. Ese día, un jueves; cuándo el sol se despedia de todos y la luna se abría paso sola llegando a iluminar la noche con su blanca luz. Textos lo había convencido de ir con él y con su novia, ahora futura prometida, a cenar.

También le había prometido que en los poximos dias le iba a ayudar a conseguir un anillo de compromiso perfecto. Algo que sólo generaba felicidad y emoción en el ojimiel.

Se imaginaba el momento en el que él y Emilio finalmente decidían prometer su amor frente a sus seres queridos, a la luz de la luna, quién había sido el testigo de cada momento importante para ambos.

Se emocionaba sólo con pensarlo, porque sí, él si planeaba casarse con Emilio. Lo creía posible, despues de todo estaba tan enamorado de él que era imposible imaginar su vida sin él.

Esperaba que ese día llegara algún dia...

El pelinegro suspiró frustrado, siendo arrastrado por medio del centro comercial

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El pelinegro suspiró frustrado, siendo arrastrado por medio del centro comercial. No sabía en qué momento se había metido en esa situación, él y su gran bocota.

_ ¿En qué me metí Diosito? _ preguntó casi gritándole al cielo.

_ Fué una excelente idea Sian. Tengo al mejor amigo del mundo, eso lo sé _ dijo el rizado mientras arrastraba al ojiazul con él. Sian sintió una sonrisa en la comisura de sus labios, agradeció que el oji-café no la hubiera visto.

_ Ésta te la dejó pasar, pero no por tí, oh no. Por Joaquín, él lo merece _ Emilio lo miró indignado, con una ceja alzada.

_ Entonces déjame ver si entendí _ aún seguían caminando, tenían que llegar a la tienda antes de que la cerraran. _ ¿No lo merezco yo? ¿Tu mejor amigo en la vida? ¿Pero si Joaquín es MI novio? _ recalcó las ultimas palabras.

_ Bueno, ese chico le devolvió la sonrisa a mi mejor amigo. Claro que se lo merece _ Emilio sonrió ante el comentario. Sian cuándo quería serlo podía llegar a ser muy tierno y cursi.

_ Ven, aquí es _ dijo tomando al ojiceleste del brazo y entrando a una joyería.

_ Buenas, ¿se les ofrece algo? _ preguntó amablemente una chica detrás del mostrador.

_ Ehhh... Si_ el oji-café carraspeó un poco. _ Un encargo para Emilio Osorio. La chica empezó a buscar en su computadora los registros. _ Llamé ésta mañana, me dijeron que lo tendrían listo para las 5 pm

Free // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora