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_ MALDITA SEA EMILIO ¿¡¿QUE TE PASA?!? _ gritó el ojinegro logrando que ambos se separaran y lo vieran con el ceño fruncido. El oji-café abrió sus ojos de más, por primera vez sintió miedo de verdad.

_ ¿Diego? Yo.. Y-Yo no sé.. _ habló el oji-café mirando a la chica frente suyo y al ojinegro por turnos. Parecía desconcertado. Parecía desubicado de su tiempo y espacio.

_ ¡NO! ¡¡No necesito ninguna puta explicación de tu parte!! ¡¡Joaquín sí!! ¡¡Iré a contarle ésto YA!! _ escupió el ojinegro. _ Y ni se te ocurra volver a acercarte a él mientras yo viva. ¡Que quede claro joder!

Terminó diciendo, abandonando a la pareja en el pasillo. Habló de inmediato con Marijó, quién a pesar de no tener explicaciones, confió en su novio. Le dijo que ella se quedaría ahí y no habría problema mientras iba dónde Joaquín. Que no se preocupara por ella.

Diego prendió su celular y maldijo miles de veces al aire. Una foto de lo que había presenciado se mostraba en la pantalla. Desde el ángulo de la ventana, se podía ver a Emilio y a Karol claritos. Foto de paparazzis queriendo fama, seguro.

Lo más probable era que saliera la mañana del día siguiente, cuándo el chisme pudiera ser tendencia.

Maldijo por millonésima vez y se decidió a llamar a Joaquín antes de que viera la foto. Era tarde, pero eso no le importó. Era cuestión de vida ó muerte. Joaquín era su persona y no le mentiría. El ojimiel contestó luego de unos segundos.

_ ¿Di? ¿Qué pasa, todo bien? _ El ojinegro notó la voz cansada de su mejor amigo y maldijo a Osorio por hacerle ésto. No quería que sufriera más.

Había sido testigo de su relación, ó por lo menos estaba consciente de que Joaquín estaba completamente enamorado del cantante, que se quedarían juntos para siempre. Suspiró y se enfocó en lo importante.

_ Escúchame Joaquín. Necesitamos hablar, tienes que venir a la CDMX en el primer bus disponible. Si puedes ya, vente rápido. _ suspiró de nuevo nervioso. _ Escúchame y no juzgues lo que te pediré. _ Joaquín asintió al otro lado de la línea sin recordar que no se veían. _ Apaga tu Internet, sólo uses las llamadas normales. Y no hables con Emilio, no aún

Se podría decir que si cualquier otra persona le decía eso, el ojimiel hubiera dicho un retundo No, ó ¿Qué le pasa?. Pero era Diego. Era su persona. Si alguna vez tenía que esconder un cadáver, era a Diego a quién llamaría cómo refuerzos. Confiaba 100% en él, por lo que no cuestionó. Ya le diría todo.

Ahora sólo pudo preocuparse. ¿Porqué no podía hablar con Emilio? Tal vez le estaban preparando una sorpresa de pre cumpleaños y él no lo sabía. Pero el tono serio en la voz de su mejor amigo descartó esa idea.

De pronto sintió miedo ¿Algo le había pasado a Emilio? Empezó a sentir pánico, su respiración empezó a descontrolarse.

_ Está bien, voy para allá ahora mismo, pero Diego, por favor dime que no le pasó nada a Emilio _ el ojinegro suspiró. No podía imaginarse el dolor que sentiría su mejor amigo al momento de la verdad.

_ Si Joaquín, está bien, sano y a salvo. _ "Por ahora" se dijo mentalmente apretando sus manos en puños. Decir que estaba enojado era poco.

Joaquín colgó, se encaminó a buscar ropa que ponerse. Tomó la maleta que tenía ya lista para su viaje a la CDMX el día siguiente y salió de su departamento.

Para su suerte tomó el último bus que salía para la CDNX. Diego lo recogería en la estación.


Karol veía cómo el ojinegro salía por el pasillo casi transpirando humo por la nariz

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Karol veía cómo el ojinegro salía por el pasillo casi transpirando humo por la nariz. Volteó a ver al oji-café y éste seguía perdido, desconcertado. Con una mirada triste en sus ojos.

_ Ya se fué _ mencionó la castaña. _ Podemos seguir en lo que estábamos bebé _ se acercó nuevamente al oji-café y tomó sus manos. Se acercó a sus labios, Emilio reaccionó. Al fin.

_ ¿Qué? No no. Me tengo que ir ya _ se quitó a la chica de encima y llamó a su chófer. No podía conducir él mismo, no se sentía bien.

_ Pero Emilio... 

_ Dije que No joder _ la cortó el rizado antes de decir algo.

Emilio salió del pasillo buscando la salida. Apenas vió a su chófer, entró al auto. Apenas mencionando un Buenas noches para el hombre que conducía.

Llegó a su habitación en el hotel. Apenas pudo llegar al baño, dónde vómito todo lo que había comido ese día.

No estaba muy seguro de lo que había pasado. Terminó de jalar la palanca y se recostó en la pared del baño. Pronto sus ojos se cerraron. Emilio se había dormido.


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_ ¿Me vas a decir de una vez porqué tanto misterio? _ preguntó el ojimiel. Diego dobló en una esquina siguiendo su camino hacía su departamento.

Ya iban en el auto. Diego había optado por decirle todo en el departamento dónde podría controlarlo un poco más.

Aún estaba fuera de su alcance el imaginar a su amigo sufriendo de nuevo por una infidelidad. ¿Cómo era que Emilio sabiendo eso, lo hizo?

Ya había visto a su mejor amigo tocar fondo consigo mismo. Ser inseguro, sentirse que no valía, que no era suficiente ¿Porqué la vida le hacía revivir eso?

_ Espera a llegar al departamento, ahí te prometo que apenas entremos te diré _ Joaquín suspiró. No le quedaba de otra que esperar.

¿Porqué todo lo que tenía que hacer últimamente era esperar? Se cansaría en algún momento, lo sabía. Pero lo ignoró. Confiaba en su mejor amigo.

Volteó su mirada hacía las estrellas de esa noche. La luna aún estaba escondida, no iluminaba a nadie con su luz. Era luna nueva, supuso. Lo lindo era que a pesar de no verla, Joaquín sabía que estaba ahí. Se recostó en el vidrio. Aún mirando el cielo despejado.

Llegaron al departamento después de unos minutos. Joaquín entró, Diego luego de él, cerrando la puerta detrás suyo.

_ ¿Me dirás ya? _ el ojinegro asintió. Sentía muchos nervios. Él sería el responsable de quitarle la sonrisa y el brillo en los ojos que había recuperado su mejor amigo luego de tanto tiempo.

Sentía su pecho doler. Pero debía ser sincero, mucho más con Joaquín. Él merecía todo lo que pudiera darle. Así que se decidió finalmente y habló.




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Seguimos...........





Nos vemos AlbertXioW.

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