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Luego de una serie de abrazos y una larga conversación para ponerse al día; habían decidido ir a comer a una cafetería simple, en el centro de la CDMX, cerca del Palacio.

Joaquín había llegado a México esa misma mañana. Su mejor amigo se había encargado de recogerlo en el Aeropuerto. Se quedaría en su casa hasta el siguiente día, dónde viajaría finalmente a Acapulco.

Podría haberse ido directamente a su ciudad natal, pero extrañaba a su mejor amigo y un tiempo juntos era necesario.

Diego le agradeció a la camarera, quién dejaba su orden en la mesa. Joaquín le sonrió, tomando su taza de té con cuidado entre sus manos.

_ Tal vez podríamos salir el siguiente Viernes, yo vendría a la CDMX y nos iriamos de fiesta _ dijo emocionado el ojimiel, dejando la taza en la mesa.

Diego frunció su ceño en un intento de hacer memoria. _ Lo siento Joaco, ese viernes Marijó y yo iremos a una fiesta de una de sus amigas _ Joaquín hizo un puchero, viéndose increíblemente tierno.

Marijó era la novia del peligris. Una cantante a decir verdad, que apenas empezaba su carrera en la industria de la música. Se había hecho algo famosa por un cover suyo en redes sociales y desde ahí le habían ofrecido grabar un álbum entero y había estado trabajando en él los últimos meses.

A pesar de su inicio en la música, Marijó tenía fieles amigos que se consideraban "famosos". Igual, a Diego no le preocupaba mucho asistir a fiestas con celebridades. Él era una persona totalmente despreocupada y libre en la vida.

Joaquín realmente quería ser un poco cómo Diego. Le hacía falta un poco de despreocupación en su vida.

_ Está bien, podemos ir otro día. Y podríamos invitar a Enmanuel _ recibió un asentimiento acompañado de una sonrisa de parte de su mejor amigo.

Su celular vibrando tomó toda su atención. Lo miró para averiguar quién era y una sonrisa se formó en sus labios, era Sian.

Se disculpó con Diego un momento y tomó la llamada. Un ojiceleste algo desesperado, dramatizaba por la otra línea. Joaquín rió suave y recordó el momento de la despedida con el pelinegro.

Le había prometido escribirle todos los días y llamarlo de vez en cuándo para contarle todo lo "bueno", cómo Sian le llamaba, a los últimos chismes en la industria. Era un total chismoso y así había aprendido a quererlo.



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Inicio del Flashback-

_ ¿!¿! Y ahora con quién pasaré mis días Bondo??!?! ¿!¿! Entiendes que estaré solito?!?! ¿!¿! Con quién haré mis aventuras y paseos, ah??!? _ dramatizaba el pelinegro, mientras abrazaba con fuerza al ojimiel contra sí. Joaquín a cómo pudo rió, amaba lo dramático que llegaba a ser su amigo.

Free // Adaptación EmiliacoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora