DOS

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Gracias a que Chanyeol había inventado un montón de cosas en su hoja de vida, lo habían contratado y ahora ya podía poner las cosas reales y quitar las de mentira, eso había sido un jaque mate al sistema de desempleo de ese país, al menos hasta que tuvo que conseguir un trabajo relacionado con lo que había estudiado en la universidad y no solo un puesto como cajero en un restaurante o como mesero, pero estaba acostumbrado al trabajo y menos mal que lo habían reconocido, porque sus trabajos anteriores habían sido solo para poder comprar tonterías, mantener ciertos gustos de adolescente y todo eso, pero ahora era un trabajo real, de donde saldría dinero para una renta, comida, agua, luz, gas y todo eso, así que no había mentido y al menos había sido contratado.

No esperaba mucho, creía que sería como otras empresas donde lo habían considerado sobrecalificado o directamente no lo habían considerado siquiera, su padrastro siempre decía que no había que cantar victoria hasta que tuvieras puesto el gafete de empleado y ese día, se lo entregaron, fue como ganar una moneda de oro, y estaba contento, aunque en su foto se veía terrible, no le habían dado tiempo de sentarse correctamente en la silla, cuando la mujer que tomaba las fotos, se la tomó antes de tiempo, así que parecía que estaba ebrio en su fotografía, pero al menos tenía un gafete de empleado y eso ya lo hacía feliz.

No había sido al azar pedir trabajo en esa compañía, había muchas razones por las que había querido entrar a una empresa de ese nivel, pero sobre todo, había una que era muy importante y es que había escuchado que el jefe del departamento al que estaba aplicado, era un omega y no cualquiera omega, era el publicista, Byun Baekhyun. Había salido en un par de revistas y tenía entrevistas en línea, pero no solo era lindisimo, también era súper intimidante, nunca había visto un omega así, estaba fascinado cuando lo había encontrado por casualidad en línea, era una persona realmente increíble y era su mayor admirador, era una pena haber cometido un error ante él apenas y lo había visto.

Chanyeol había olvidado que entre tantas copias que tenía de su curriculum por estarlo enviando a todos lados, había enviado uno al que le había escrito una receta detrás a la empresa donde trabajaba Byun Baekhyun y cuando había preguntado si se los iban a devolver, Baekhyun lo había mirado raro y luego había salido corriendo, seguro que estaba impresionado por esa estupidez y por eso, en el descanso que le habían dado en medio del recorrido de la empresa, terminó yendo al baño a golpearse la frente y llamarse tonto frente al espejo, ahora seguro que Baekhyun pensaba que era un inepto.

Lo peor de todo, es que las imágenes en línea y los videos, no le habían hecho nada de justicia al pedazo de belleza que era Byun Baekhyun, no muy alto, con el cabello peinado por la mitad, ando ondulado, un rostro fino y unos ojos que no dejaban de rodar por nada, Baekhyun parecía hacer eso de manera involuntaria, así como pasarse la lengua por los labios, era precioso, perfecto y Yeol de solo recordarlo parado unos segundo al frente de él, se sonrojó y término de cuclillas en el piso del baño de empleados, tratando de calmar su corazón, porque era obvio que eso estaba mal por dos cosas, Baekhyun era su jefe ahora y había escuchado rumores raros que de que Byun, solo se acostaba con los de su clase, otros omegas, pero no estaba impresionado, alguien como él, imponía mucho y seguro que era irresistible entre los de su clase, pero Chanyeol había sentido que esa había sido una señal, era amor a primera vista y eso también era un caso perdido en su caso, tenía todas las de perder aun sin haber empezado un juego en serio.

Pero había sido extraño, había sido como sentir que algo le quemaba el pecho y aunque había salido con un par de personas, en realidad nunca había sentido eso, o quizás era el miedo y la ansiedad que sentía, quién sabe, pero Byun Baekhyun le había provocado algo más que miedo y ganas de orinar cuando lo miró por más de cinco segundos con esa mirada filosa que se cargaba en esos ojos de cachorro, había sido algo que nunca había sentido y que ahora le estaba dando miedo.

Anti-Instinto y otros principiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora