Capitulo 11

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Comienza a escribir tu historia

Estuve toda la noche pensando y pensando en porque le había pasado esto a él.

De tanta bronca que le tenía a Julieta empecé a gritar y llorar a la vez, con el corazón latiendo a 1000.

Entró mi mamá rápidamente al cuarto.

Estaba tirada en la cama con las manos temblándome, llorando y otras emociones que no puedo describir.

Se subió a la cama y me abrazó muy fuerte.

—¿Por qué Julieta le tuvo que disparar? —le pregunté a mi mamá tratando de calmarme. Aunque sabía que no tenía una respuesta.

—Mi amor, no sé qué decirte, lo único que sé es que Julieta tiene un problema psicológico muy grave. Cuando me enteré que Julieta era la que le había disparado me contacté con la madre. Pide disculpas de parte de la hija. —Dijo

—Ninguna disculpa va arreglar lo que hizo, Sebastián puede morir y eso no lo arregla nadie. —dije angustiadísima.

—Lo sé. Pero todavía no digas nada porque puede ser que viva.

—eso espero. —conteste

—Trata de dormir ahora, mañana tenés un día largo. —dijo

—No sé si pueda pero lo voy a intentar.

—Está perfecto. Dormí lo que puedas. —dijo mi mamá.

Cuándo salió de la habitación volví a llorar y a pensar en un montón de cosas.

Por un lado me sentía culpable por todo lo que había pasado. Yo no le impedí que no se corriera. Pude haberle puesto el brazo con fuerza y empujarlo. ¿Por qué no lo hice? no lo sé. Pero por otro sabía que no era totalmente culpa mía, la mayor parte de la culpa la tenía Julieta.

Tenía los ojos hinchados de tanto llorar.

Por la noche solamente puedo dormir tres horas.

Cómo no quería ir con cara tan hinchada a la escuela intenté bañarme, aunque realmente no tenía ánimos de nada.

Cuando llegué a la escuela Celeste me estaba esperando en la puerta del colegio.

La abrace muy fuerte. Después de unos segundos de ese abrazo no pude aguantar más y lloré en su hombro nuevamente.

—¿Vos cómo estás?— le pregunté

—Y... como puedo. Me pegó fuerte lo que pasó. Es un gran amigo. A pesar de que no soy muy cercana a él porque... Hay que reconocer que las dos somos cercanas a un chico distinto, le tengo mucho cariño.

—Yo la verdad es que dormí solamente tres horas. No pude parar de pensar en toda la noche si fue mi culpa o no lo que pasó. —dije secándome una lágrima.

—No, Clara, no. No se te ocurra pensar eso porque te mato. Toda la culpa la tiene Julieta. Sebastián sólo te quiso cuidar como buen amigo. —dijo

—Es que si yo lo hubiese empujado por ahí la cosa sería distinta.

—Lo conoces a Sebastián mejor que nadie, sabes lo terco que es con vos. Lo empujes o no, él tiene fuerza... no se iba a correr.

Como no sabía qué contestar porque sabía que me iba a poner a llorar. cambie de tema:

—¿Julieta llegó? tengo varias cositas que decirle.

—No. La cobarde seguro no va a venir. —dijo

—No sabe lo que le espera. —dije.

Vimos llegando a Salvador por la puerta

Estaba decaído y con los ojos hinchados. Para él Sebastián es como un hermano.

Fuimos las dos rápido a abrazarlo.

A la que primero abrazó fue a Celeste claramente.

Cuándo terminó su abrazo Celeste le secó una lágrima con el dedo.

Después de mi abrazo nos pregunta a las dos:

—¿Dónde está Julieta? le quiero dar una buena lección.

—No llegó todavía y no creo que llegue. — dijimos.

No sentamos de a tres ya que sin él no somos pares.

Entró Rojas en el salón para darnos una clase de biología.

Pasaron 10 minutos hasta que entró Juan, el vicedirector

—Hola ¿chicos como están? —dijo. Clari vos en especial ¿cómo estás? —dijo mirándome. En tono bajito.

Desde entonces sabía de qué venía hablar.

No pude contestarle ya que me empezaron a temblar las manos.

Celeste me sostiene las manos y mira al director haciéndole una señal de que no era el momento.

Con Celeste nos entendemos muy fácil y no tuve que decirle gracias. Lo único que hice fue apoyarme en su hombro por unos segundos.

—Tengo que hablarles de algo muy importante —dijo el vice director

Los chicos hicieron silencio.

—Como Clara, Salvador y Celeste ya saben. Es algo relacionado con Sebastián Labarre.

—¿Qué le pasó? —preguntan la mayoría de los compañeros.

—Antes de dar la noticia quiero decir que Sebastián es un héroe. Porque gracias a lo que le pasó salvó la vida de la que todos conocemos, Clara.

Los demás empezaron a susurrar cosas.

—Puede dejar de dar tanto rodeo e ir al punto por favor. —dice Facundo. Otro amigo de Sebastián.

—Está bien, está bien. —contestó

—Sebastián recibió un disparo en el pecho ayer por la tarde.—dijo el vice director.

Cuando dijo eso nuevamente me puse a llorar.

—¿Qué? —dijeron todos casi gritando

—Lo que escucharon. Estaban ensayando en la plaza del agua para la película, cuando alguien le disparó. Su compañera Julieta. Ya está en un internado. Tranquilos chicos. —Dijo.

—¿En qué contexto pasó? —preguntaron algunos.

—Julieta le quería disparar a Clara. pero Sebastián se puso en el medio y lo evitó. Por eso decimos que es un héroe.

—Clara, entonces es tu culpa. No hiciste nada para que se corriera —dijo alguien que no logre identificar ya que estaba con la cabeza en mil pensamientos.

—Eh... Discúlpame cómo te atreves a decir eso. —gritaron Celeste y Salvador.

—No estabas ahí. No opines, te pido por favor. —dijo Celeste.

Si lo corrió, Sebastián no la dejó. —dijo Salvador.

—Ay bueno, está bien, está bien. —le contestó el compañero.

—Chicos. Basta. —Dijo el vice director.

—Lo importante que hay que saber ahora es que está en coma y hay que rezar mucho para que mejore. Clari o cualquier persona, cualquier cosa que necesiten me llaman. —dijo el vice director.

Se despidió y salió por la puerta.

Estuvimos los tres medio apagados toda la mañana. Ninguno de los tres habló mucho en los recreos.

Cuándo llegó la última hora supe que se acercaba algo. Voy a visitar a Sebastián en el hospital.

—Clari, cualquier novedad decimos. —Dijeron Celeste y salvador.

—Sí claro. si tengo fuerzas. —Conteste.

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