Capitulo 35

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perspectiva de Clara

Eran las 10 de la mañana cuando me desperté.

iba a ser un día alocado... Milagros todavía no sabía nada, pero hoy teníamos pensado hacer la denuncia contra mi papá.

Si alguna vez me preguntan si me afecta todo esto diría que no... hace poco apague todo tipo de sentimiento que podía sentir hacia su persona.

Me quería ir a bañar antes de desayunar, necesitaba liberar estrés.

Sebastian todavía dormía, así que me moví despacio para no despertarlo.

Cuando entré a la ducha me puse a pensar en muchas cosas...

Dentro de dos días es el cumpleaños de Sebastian y habíamos quedado con Celes y Salvador que ninguno de los tres le iba a decir feliz cumpleaños.

Eso me iba a doler pero es por una buena causa... íbamos a hacerle una fiesta sorpresa. Tenía que preparar todo.

Ya iba a tener tiempo para pensar en eso... hoy me quería concentrar en hablar con Milagros.

después de veinte minutos salí de la ducha... rápidamente me di cuenta de algo.

Me había dejado la ropa en el cuarto.

"Santa madre de Dios" —pensé. Me puse nerviosa no por el hecho de que me podía llegar a ver en toalla sino porque lo podía llegar a despertar.

Me puse la toalla lo mejor posible y salí del baño.

entré al cuarto despacio pero ya estaba despierto usando el celular.

—Buen día —dije en voz baja.

—Buen di... Apa ¿de que me perdi? te queda muy bien esa toalla roja.

Me puse más roja que el propio color rojo pasión que yo siempre uso.

Suspiré.

—Solo vine a buscar mi ropa, que me la olvidé y vuelvo al baño.

—Por mi cambiate aca, no tengo ningún problema... es un hermoso paisaje. —dijo mirándome con una pequeña sonrisa.

Me reí y le lancé una almohada lo más fuerte que pude.

—Auch, eso dolió, me la tiraste muy fuerte.

—Sorry, pervertido—dije saliendo de la habitación

—¡¿Alguna vez te dije que te ves muy linda cuando te pones así?!

—Sí, vos también sos muy lindo cuando intentas provocarme—dije un poco fuerte para que me oyera.

No sé como explicar el sentimiento que me causa cada vez que me hace este tipo de comentarios.

Ya en el baño me coloqué una remera roja y un pantalon negro. Arriba de la remera me puse una campera de cuero.

En los pies me puse unas zapatillas. En el pelo no me hice mucho... me lo peine y me hice una media colita.

Cuando salí, Sebastian ya estaba desayunando.

—Buenos días a mi pervertido

—Buenos días señorita.

—¿Cómo dormiste? —dije cuando me senté.

—Muy bien, ¿y usted? ¿cómo están las cosas con Celeste?

—Ah, sí, no llegué a contarte porque estabas dormido... Creo que bien, creo que nos cuesta aceptarlo pero de a poco vamos avanzando.

—Me alegro mucho. Se lo merecen.

—Yo creo que sí.

Justo en ese momento sonó mi celular.

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