Capitulo 33

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Al día siguiente a las 10 de la mañana, había decidido llamar a mi mamá. Ayer no me atreví. Estaba muy angustiada y tal vez no manejaba la situación como se debía.

Todavía me cuesta creer lo que pasó, no tengo pruebas, pero tampoco dudas. ¿Cómo era posible que el expediente de la denuncia que había hecho Milagros esté, justo, en el cajón de mi papá? Mucha coincidencia.

-¿Estás lista para llamarla? -me pregunta Sebastián.

-Sí... Tenemos que darle cierre a este misterio. Nos va a ayudar bastante que mi mamá sepa.

-Sos muy valiente. Sé que es difícil todo esto.

-Gracias mi amor, es que ya para mí no es difícil. Me cansa todo esto. Quiero saber de una vez qué es lo que pasa. Estamos hace tres meses.

-Estoy orgulloso de la mujer que sos. Fuerte.

Le sonreí y llamé a mi mamá. Lo puse en altavoz.

-Hola Clari. ¿Cómo está mi princesa?

-Preocupada...

-¿Algo con tu papá? ¿Qué descubriste?

-Nadie está escuchando la llamada, ¿no?

-No... Estoy en la calle. Decime.

-Ayer los chicos encontraron algo en su cajón. Una denuncia... Y creo que es de Milagros hacia papá.

-Ya nada me sorprende... ¿Pero por qué? ¿Sabés?

-Esa es la parte más difícil... Em... Por abuso sexual.

Tragué saliva para deshacer el nudo en la garganta.

-Increíble... Me cuesta creerlo, pero después de sus comportamientos, no lo veo imposible.

-Yo tampoco, pero me duele. No sé ni lo que vamos a hacer.

-Se me acaba de ocurrir algo... Es arriesgado, pero vale la pena -dijo.

-Voy a invitar a Milagros a comer, tu papá hoy llega a las dos de la tarde, porque es sábado. La voy a invitar antes de las dos, y cuando se encuentren, voy a hacer como que voy al baño y los voy a dejar solos.

Sebastián me miró.

"Es muy arriesgado, le puede pasar algo". -pensé.

-Ma... Es demasiado arriesgado. Es un hombre violento. Si ve que estás escuchando, te puede hacer algo.

-No le tengo miedo, tranquila. Sé sus más oscuros secretos, así que lo puedo amenazar.

Suspiré.

-Esta bien... Pero si podés, grabá la conversación... Tal vez nos sirva.

-Dale, gracias por confiar en mí.

-Tené mucho cuidado. -dije antes de cortar.

Apoyé el teléfono en la mesa. Me agarré el rostro con las dos manos y Sebastián me abrazó.

-Tengo una buena corazonada... Hoy descubrimos qué es lo que está pasando. -dije.

-Yo también siento lo mismo -dijo.

-Estoy muy nerviosa.

-Lo sé... Pero escuchame, tengo una película que podríamos ver, salió hace poco, "A través de mi ventana". ¿La conocés?

"Nonononono, esa película nooo"-pensé. Apreté los dientes para no decir nada y dije:

-Dale.

-Sentate en el sillón, ahí vengo. -dijo.

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