Capitulo. 21

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Nos íbamos a juntar con Clari a las 16:30 de la tarde.

Ayer por la tarde me llegó un mensaje de Clari diciendo que en el trabajo de lengua está con Sebastián y yo estoy con Salvador. Me molestó un poco porque fue un cambio de planes a último momento pero me alegraba en alguna parte poder ir a la casa de Salvador yo sola.

Hasta las cinco me iba a juntar con Salvador desde las dos de la tarde para poder hacer un poco de nuestro trabajo.

Ese chico me vuelve loca, ojalá que en algún momento hablemos de lo que nos pasa.

Estaba acomodando mi habitación cuando me llegó un mensaje de Clara.

—Amigaaa, escúchame, ¿querés que nos juntemos a las seis, así tienes tiempo de estar con Salvador?

Eso fue extraño. Pero la verdad es que no podía negar esa propuesta.

—Clarii, em... bueno dale no puedo negarte esa propuesta ¿pero por qué tanto cambió de repente? De un día para el otro me dijiste que estaba con él y no con vos en el trabajo de lengua.

—Ah no sí, sí lo qué pasa es que Sebastián me lo propuso y bueno como estamos empezando algo no quería decirle que no.

—Ah bueno, okey, esta bien, Como quieras.

—Gracias. Nos vemos a las seis.

No podía creer lo que había leído. Ella no era así, no me cancelaba los planes a último momento por un chico. Pero bueno, no importa sé que algo raro está pasando.

Ya me había cambiado y preparado para ir a lo de Salvador. Antes muerta que sencilla. Sinceramente no me gusta ir así nomás a la casa de un chico que me interesa. No voy a exagerar... claramente, me refiero a que no me gusta ir con jogging por ejemplo.

Escuché un ruido muy fuerte en la cocina. Llegué rápido a la cocina ya que mi habitación estaba muy cerca. No había escaleras de por medio.

Mi mamá estaba recogiendo los vidrios del piso, no estaba durmiendo bien últimamente.

—¿Mamá estás bien? ¿Qué te pasó?

No me escucho y eso que grité. Me estaba preocupando. Estaba muy rara desde hace un par de semanas cuando todos nos dimos cuenta como el padre de Clari miraba a mi mamá.

Exactamente por lo que le escribí el otro día a Clari diciendo que le tenía que decir algo también.

¿Me escuchaste?—dije en voz alta.

Cuándo me miró a los ojos tenía un aspecto muy preocupante. Tenía los ojos cansados, se noto que no había dormido hace varios días.

—Hola, sí, sí estoy bien—dijo.

—No, evidentemente no estás bien, me estás preocupando, de verdad te digo, no sé qué te está pasando.

—Hija, estoy bien en serio, sólo se me cayó un vidrio.

—¿Y el aspecto a zombie que tenés en la cara?

—Sólo estoy un poco cansada porque el trabajo me tiene loca.

sabía que mentía, sabía que tenía algo que ver con el padre de Clari, lo íbamos a averiguar. Lo digo como que me llamo Celeste Andalgo. No podía ver así a mi mamá.

Decidí callarme y no preguntarle nada más, no quería agobiarla ya que su estado era preocupante.

—Me voy a ir a la casa de Salvador pero te aviso que esta conversación no terminó.

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