Capitulo 34

4 0 0
                                    

perspectiva Celeste

Era imposible, mi mamá me lo hubiera dicho, somos cercanas, ¿cómo puede ser que me haya mentido descaradamente? en algún hueco de mi corazón, intentaba entenderla, pero en este momento en lo único que puedo pensar es como de un día para el otro, Clara, mi mejor amiga... se convirtió en mi hermana.

Se que no se merece que le haya dicho eso, no tiene la culpa, pero es algo que odio de mí, cuando me pasa algo así, no controlo lo que digo, muchas veces la lastime por no poder controlarme... Me arrepiento, pero en este momento no tengo ganas de hablar con nadie.

Mediante mis pensamientos me trasporté a otro mundo... me desconecté, tanto que ni siquiera me había dado cuenta de que Salvador estaba al lado mio.

No dije nada, hasta que llegamos a mi casa.

—Eh... si queres anda a tu casa, yo estoy bien sola.

—Ni loco, estás pasando por un mal momento, no quiero dejarte sola.

—Está bien, como quieras.

Me senté en el sillón, ese, el cual tuve tantos momentos lindos con ella... Tal vez este año no vino muchos lunes a mi casa, pero, tengo recuerdos de años anteriores. En este sillón compartimos risas, lágrimas por alguna película, confesiones amorosas, entre muchas otras cosas. Esa persona que tenia enfrente, era mi hermana, nunca lo supe.

—¿Cómo estás? —me pregunta Salvador sentándose en el sillón junto a mi.

—No lo sé, creo que estoy confundida, ni siquiera sé lo que siento.

—Entiendo. ¿Queres que te haga un té? te va a hacer bien para relajarte, estás tensa.

—No, ¿sabes lo quiero? ir para atrás en el tiempo y que esto nunca hubiese ocurrido. —Sollocé—No entiendo nada.

Salvador me sujetó el rostro, limpiandome con el dedo una lágrima.

—Sos bellisima cuando lloras, pero no me gusta verte así.—me dio un beso en la frente.

—Esuchame, todo va a pasar... Lo que te va ayudar a solucionar esta confusión es hablar con Clara.

—Lo que pasa es que no me atrevo ni siquiera a mirarla... ¿como le voy a comparar con el padre? le dije que por ser la hija no quería tener nada que ver con ella tampoco.

Me abrazó... entre sus brazos dije:

—¿Cómo puede ser que le haya dicho eso a ella?

—Estabas en un momento de mucho estrés, es normal decir cosas que no pensamos.

—No se si lo va a entender, pero de todos modos ¿ahora que hago?—dije cuando el abrazo terminó.

—Ahora lo que vas a hacer es dormir un poco y despues ves si estas lista para hablar con ella.

—M... bueno pero ¿se puede saber donde voy a dormir?

—¿Cómo que dónde? en este sillón arriba mio

siempre jugamos a eso, sabía que lo iba a decir.

me reí y me acomodé.

Mientras estaba acostada, Salvador me tocaba el pelo y me acariciaba el cuello.

Entre tantos movimientos como esos me quedé dormida placenteramente.

Me desperté sobresaltada porque no sabia cuanto tiempo me habia quedado dormida.

—Hola mi amor. ¿estas mejor?—me preguntó Salvador

—Un poco, ya no me duele la cabeza

—Me alegro... me parece que es momento de que hables con Clara

Nosotros: InseparablesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora