Viaje a la Tercera Realidad

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VIENNA — (Voz temblorosa, casi imperceptible). Ñañita...

ARDY — ...Ñañi... Hermanita...

MONETT — (Murmurando). ¿Tienen el mismo nombre?

FOREST — Son la misma persona... Por alguna razón, pudieron mantenerse separadas cuando una llegó al mundo de la otra... Es decir que esto de los viajes entre dimensiones no es nuevo para ellas...

BARRON — ¿Cómo es posible? Dos versiones de una misma persona coexistiendo en la misma realidad... ¿no debería causar una paradoja?

FOREST — Debería... Y quizás así ocurrió... Tal vez fue lo que provocó que ambas fueran arrastradas a una tercera realidad... Cuando las devolvamos a su mundo, cada una volverá al propio, y se resolverá de esa manera la paradoja...

MONETT — ¿Y el contacto ya hecho? Si regresan a sus realidades siendo conscientes de la existencia de la otra... siempre quedará esa grieta...

FOREST — ...Les podría quedar la sensación de haberlo soñado todo... De esa forma, la transgresión quedaría como una herida menor, que irá sanando en medida en que vayan olvidando el "sueño"...

Mientras FOREST habla, la atención de BARRON se desvía a los detalles en su piel; el musgo y la corteza siguen creciendo por su cuello y rostro, llegando a las mejillas.

BARRON — (Asustado). Forest...

El brujo le mira unos segundos; los músculos de su mano y cara se contraen repentina y dolorosamente, dejándole reducido en cuclillas, quejándose a gritos cada vez más ahogados.

MONETT y BARRON exclaman alarmados al mismo tiempo, bajándose a atenderle.

VIENNA — ¡POR DIOS! (Alterada). ¡MONETT! ¡Dijo que tú podrías tener alguna Piedra Terrestre!

MONETT — (Frustrada). No... ¡Me quitaron todo lo que traía en el bolso! ¡Lo perdí todo!

VIENNA — ¡JODER! ¡¿Y ahora qué?!

De rodillas junto a FOREST, con el pecho casi sobre el suelo, BARRON junta su cabeza a la de este, sujetándole la mano.

BARRON — (Susurrando con voz temblorosa). ¿Por qué te dejaste estar así? ¿Ahora qué...? Aguanta, por favor...

A su alrededor, la gente observa la escena con el espanto natural de semejante circunstancia.

BARRON — Tenemos que llevarte con Venedicto... Él debe tenerlo todo... Se va a enterar... Lo voy a... (Golpeando la silla). ¡LO VOY A MATAR!

Las chicas contemplan en silencio la rabia del joven.

BARRON — (Intentando levantarle por el torso). Aguanta... Aguanta...