Capítulo IV

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La canción de "Tacones Rojos" estaba de fondo, veía a Greco junto a Gustabo, también a mi familia, los agentes del FBI que estaban a mi cargo.  Todos estábamos disfrutando de la fiesta.

Un suspiro de molestia se escuchó a mi lado, giré mi rostro de inmediato en su dirección, observando su mano acariciar su gran vientre sobre la camisa azul de jeans.

- ¿Está todo bien? - únicamente asintió, coloqué mi mano acariciando su vientre y esparciendo mi aroma a pino sobre mi omega.  Sonreí al sentir como el bebé detenía sus movimientos intranquilos para descansar más sosegado en el vientre de su madre.

Le sonreí alzando la vista para mirar su rostro, cuando la alarma del celular empezó a sonar despertándome.  Moví la mano buscando el aparato tratando de silenciarlo.

Solté un suspiro, extrañado por el raro sueño que había tenido.   Iba a ser padre, el omega junto a mí estaba de encargo y su vientre estaba completamente hinchado.  Era la primera vez que tenía esa clase de sueño.

Sin darle más vuelta al asunto, me aliste para dirigirme a la sede. Avisando por la radio que entraba de servicio cuando me encontraba en el estacionamiento del edificio.

Camine por el pasillo hasta los vestidores, encontrándome a Volkov cambiándose de ropa y percibiendo un sutil aroma a manzanas junto al suyo.

- Hola V.  ¿Quién es el alfa?. ¿Le conozco? - le cuestione.

- Horacio, mmm, es un enfermero.  Trabaja en urgencias en el hospital.  Nos ha atendido en muchas ocasiones - me respondió mientras se colocaba la bandada sobre su rostro para cubrirlo.

- Ya, me alegro por ti V - no pude evitar que mi voz saliera un poco desanimada.

- H, no te desanimes, si yo encontré a mi pareja, a los 39 años siendo diez años mayor que tú, estoy seguro que tú también lo harás.  No te desesperes esas cosas suceden cuando tenga que suceder.  No antes ni después, sino en el momento justo - escuché sus palabras atentamente, mientras me colocaba la bandana de calavera, saliendo de los vestidores para ir a patrullar.

No es que no hubiera tenido una pareja anteriormente, si las había tenido, pero esas relaciones terminaron.  Un omega que decidió irse, aún no estaba listo para el compromiso y un beta Willy asesinado en la mafia que me infiltre.  Logré capturarlos a todos, lo hacía por él.  Sólo a Dominic no lo asesine yo, lo encontramos con un disparo en la frente y una nota en su pecho en italiano.  "La palabra es lo primero".

Aún sentía la culpa carcomiéndome por no haber podido salvarle.  Ahora estaríamos juntos, hubiéramos formado una familia.  Las cosas no debieron suceder así.

- Ey...¿estás bien? - Gustabo me había sorprendido de pronto en el pasillo abrazándome con fuerza.  Le miré interrogante - Huele a madera de pino podrida.  Tú aroma está siendo muy intenso - no fue necesario decir absolutamente nada, él ya sabía el motivo de mi pesadez y mal humor.

Patrullaba junto a Volkov, atendiendo los avisos a los que la LSPD no pudieran acudir, sin embargo mi mente vagaba en el pasado y en los recuerdos con Willy.  En las cosas que aún recordaba, las promesas que no fueron cumplidas.  Volkov a mi lado no hacía ningún comentario acerca de mi silencio.  Escuché el llamado por la radio, tomando la misma para responder.  Una situación de rehenes en el Wazel News, encendimos la sirena para dirigirnos a toda velocidad al lugar.

Nos informaron de la situación, siete rehenes y tres sujetos armados con rifles de asalto e iniciamos las negociaciones.  Lo más importante era rescatar a las personas inocentes que estaban retenidos en la televisora.

Sentía la garganta completamente seca, se había tomado la última botella de agua después de varias horas de estar negociando, lograron rescatar a los rehenes, sin embargo los secuestradores los habían perdido en la persecución.

- Buen trabajó - de igual manera elogió a su personal, como Director del FBI, era algo que siempre hacía.  Además habían rescatado a los de la televisora sin ninguna baja.  Sólo el susto.

- Regresemos a la sede, pero antes paremos a buscar algo de comer.  Me muero de hambre - V quien estaba patrullando conmigo, se fue con los compañeros a la sede, mientras Blake se subía al asiento del conductor del patrulla.

Iba en dirección del burger shot, cuando se detuvo frenando de pronto - el badulaque central ya está abierto.  Llevaba varias semanas cerrado - gire el rostro a donde indicaba, observando que le habían cambiado el nombre "K-rule", le parecía un nombre curioso.  Aparte pude notar el toque italiano, por los colores del letrero y la pequeña bandera en la esquina de este.

Detuve mis pasos tan pronto entre en el badulaque, aspire el aroma que sentía en el ambiente.  Sutil pero embriagante que me llenaba los sentidos.  Mi lobo interior aulló de dicha.  Quién fuera el omega olía muy bien, a frutos rojos.  Me acerqué al dependiente, tratando de percibir si el aroma le pertenecía a él.  Clavitos de olor fue lo que percibí, un alfa.

Blake pidió un combo de hamburguesas con queso y refresco para ambos.  Yo me mantenía en silencio, escucharle hablar con el encargado.  Enterándonos de la apertura del lugar y el cambio de administración.  Tanto mi alfa como yo, nos sentíamos decepcionados al no poder encontrar al omega que buscábamos.  Me parece irónico que justo hoy que pensaba en Willy, se sintiera atraído por el aroma de un omega.  Si era cosa del destino o se lo mandaba desde el cielo, pues estaba agradecido.

Estaba decidido vendría todos los días, hasta encontrar al dueño a quién pertenecen ese delicioso aroma a frutos rojos.

Blake y yo estábamos a punto de retirarnos, cuando escuché la puerta de la entrada principal abrirse, pasó a mi lado, embriagándome de inmediato, mi rostro oculto por la bandana, buscó el suyo de inmediato.  Se encontraba de espalda en estos momentos, su cabello rubio corto, su espalda ancha, una cintura fina y unas caderas anchas.  Parpadee al verle girarse, mi lobo interior silbó de emoción al ver el rostro atractivo del omega.  Una nariz perfilada, la piel mucho más clara que la mía, unos labios carnosos junto a una barba bien cuidada. Sin embargo no podía ver sus ojos pues estos estaban cubiertos por unos lentes de sol completamente oscuros.  Sentí mucha curiosidad de que mirada se escondía debajo de ellos.

Su forma de vestir era elegante, una camisa celeste manga corta con tirantes, pantalón negro, zapatos, guantes negros en sus manos.  Un tatuaje de un cuchillo en el brazo derecho.  Me había quedado embelesado mirándole.

- ¿Necesitan algo? - nos cuestionó interrogante, sacándome de mis pensamientos.

- No, estamos bien - salimos del badulaque, apoyándonos en el patrulla para comer las hamburguesas.

- Su olor nos agrado - Blake paro de comer para mirarme, interrogante.

- El del omega del badulaque, nos gustó a ambos, a mi alfa y a mí.  Es el aroma más delicioso y embriagante que he podido sentir desde la muerte de Willy - mi vista se dirigió a observar los vidrios en la distancia, con la esperanza de volver a verlo.

- ¿Tú pareja?.  ¿Será él? -Blake volteo a donde estaba mirando.

- No sé si es mi destinado, sólo que su aroma nos agrada y realmente quisiera conocerlo más, tengo mucha curiosidad - nos acercamos a botar los papeles y el vaso de los refrescos vacíos en el basurero antes de marcharnos de ahí.

- Las hamburguesas estaban buenas - únicamente asentí, una sonrisa se formó en mi rostro bajo la bandana, ya tenía una excusa para regresar seguido para poder conocerle.

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Actualización, ya Horacio se encontró con Carlo.

Gracias por leer 💞

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