La mañana había sido bastante atareada en el badulaque. La mayoría de los servicios públicos de la ciudad, pasaban bastante temprano, tanto los que estaban por entrar de servicio como los que estaban terminando sus turnos nocturnos.
Lo que me pareció completamente extraño es que los federales no hubieran aparecido hoy por la tienda. En especial Horacio, hasta ahora no había faltado ningún día sin venir.
No era tonto había notado el interés de Horacio en él y sinceramente no sabía explicar porque eso no le incomodaba como en otras ocasiones anteriores cuando otras personas mostraron interés. Al contrario podía sentir lo a gusto y cómodo que se sentía su omega en compañía del alfa. Incluso sentían curiosidad en conocer cómo era, pues hasta ahora siempre llevaba gorra y la bandana de calavera.
Mi mirada oculta por los lentes de sol, observó a las dos mujeres que se acercaban a la tienda. No recordaba a verlas visto por aquí anteriormente, lo recordaría pues una de ellas saltaba a la vista.
Le observó de manera disimulada, llevaba el cabello recogido en una trenza en la espalda, un corpiño negro, falda corta, medias negras y botines. Su compañera llevaba el cabello suelto, un pantalón corto amarillo y una camiseta blanca sin mangas.
- Buenas - saludaron ambas y les regresó el saludo.
- ¿Quiero hablar con el encargado?. ¿Podría llamarle por favor? - asentí, para hacerles saber que yo soy a quien buscan.
- Mi nombre es Tiffany Thompson, trabajo en el Lifeinvader, ahora mismo tengo en mano un proyecto de un reality show y estamos en busca de patrocinadores. Es muy sencillo ustedes contribuyen con cierta cantidad de dinero, como patrocinio para el premio final que será entregado al ganador del programa y nosotros nos encargamos de toda la publicidad de su local dentro del reality y en comerciales mientras se está transmitiendo el programa - la propuesta parecía interesante.
- Me llamó Carlo DeLucca soy el encargado del badulaque. ¿De cuánto dinero estamos hablando exactamente? - les cuestione pues llevaba pocas semanas abierto.
- Son 10,000k. Si acepta, mi abogado se encargará del contrato y cuando esté listo le informaré para que pueda acercarse a firmarlo en mi oficina - no pude evitar hacer un gesto de frustración.
- Bueno existe un problema, llevo pocas semanas que reabrimos y no cuento con esa cantidad de dinero en estos momentos todavía - le expliqué.
- ¡¡Ohhhh!!.....es una lástima. Harper puedes verificar en la lista el siguiente sitio al que iremos. Ya salgo en un momento - la otra chica asintió saliendo del local dejándonos solos.
- De todas formas, existen otros programas, podemos revisarlos y empezar a hacer negocios. He visto que es un lugar limpio y cómodo. Además tiene bastante clientela es muy popular - se acercó hasta mi que estaba apoyado contra el mostrador.
Su zapatos chocaron con los míos, su presencia había invadido por completo mi espacio personal, puso su tarjeta en el bolsillo de mi camisa y trato de acercarse a oler mi cuello para saber a qué casta pertenecía.
- ¿QUE HACES? - no pude evitar alterarme, alejándome con el ceño fruncido y crucé los brazos sobre mi pecho.
Realmente lo que más me molestaba era aquello, sabía de inmediato que era un alfa, pues son los únicos que tenían ese estupido comportamiento. Los omegas y los betas no andamos oliendo los cuellos de los demás.
- ¿Un omega?. Sinceramente no lo aparentas Carlo. Estaba segura que eras un alfa, pero vaya sorpresa y una sonrisa se presentó en su rostro.
- ¿Algún problema?. ¿Un omega no es capaz de llevar un badulaque? - me puse a la defensiva
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Olvidando el pasado
FanfictionCarlo Gambino, un omega despreciado por su padre debido a su condición. A causa de unos acontecimientos desafortunados, para el jefe de la mafia Gambino su hijo había deshonrado a la familia. Abandonado, traicionado y con una hija emprende un viaje...