Olvidando el pasado

Capítulo XIX

Estaba pasando una de las peores noches de su vida. Por más que había intentado dormir se le hizo completamente imposible. En su mente solo se repetían las palabras de que ella cuidaría de Fernanda, mientras le obligaban a hacer cosas que no quería.

No solo era el peor omega que existía, también la peor madre. No estaba defendiendo a su cachorra. No podía protegerle de esa maldita asquerosa.

Cerré los ojos con fuerza para contener las lágrimas, mientras acariciaba el cabello de mi pequeña que en estos momentos estaba dormida en mi cama.

El celular sobre la mesa empezó a vibrar, quede sorprendido al ver que me llamaba mi fratello, pues aún no le había informado que estaba en problemas. Parece que al menos el destino se había puesto de su lado. Lo tomé para después levantarme con cuidado de la cama y caminar fuera de la habitación. 

- Toniiiiii - lo saludó igual que siempre, no quería avasallar a su hermano de una vez.

- Hola Carlo - quede sorprendido por lo frío de su saludo.

- Disculpa mi poca efusividad, pero las cosas no andan bien - fruncí el ceño.

- ¿Cómo que ha pasado?.  ¿Qué sucede Toni? - no pude ocultar la preocupación en mi voz.

- Recuerdas que te comenté que estaba expandiendo el negocio por varios lugares en Europa.  Pues llegue a la ciudad de Marbella, me establecí, adquirí un badulaque es mi tapadera y estoy distribuyendo las pirulas.  Por cierto tiene el mismo nombre El K-rule - le escuchaba atentamente, prestando atención a cada palabra.

- El punto es que existe una mafia, ellos son los dueños de la ciudad e inevitablemente he quedado trabajando para ellos.  En calidad supuestamente de socios, pero me mandan a hacer misiones para ellos.  En otras palabras he perdido un poco el poder de mi propio negocio.  La verdad quería un consejo, continuó como hasta ahora o pasó por alto las misiones y creó una guerra contra ellos que dudo mucho que pueda ganar sin ayuda de nuestro progenitor.  Tan pronto le pida ayuda, se dará cuenta que no tengo temple para ser jefe de mi propio negocio.  Se adueñara de él y pues regresaré bajo su yugo nuevamente - a medida que Toni hablaba mi  ceño se fruncía y la preocupación aumentaba.

- Lo de una guerra sabiendo que tienes la de perder no es una buena idea, pero en las misiones si reciben dinero e información, entonces que la compartan contigo.  Son socios, no eres su subordinado.  En ese caso habla con ellos, déjaselos claro sin necesidad de insultarles ni de ejercer presión con la casta.  Queremos lo mismo, tenemos los mismos objetivos, entonces trabajemos en conjunto por el bien de todos y del negocio.  Tú no te metas en mi negocio y yo no lo hago en el suyo.  ¿Qué drogas distribuyen ellos? - le cuestione.

- Distribuyen las armas a todas las organizaciones de la ciudad - quede en silencio, pues eso complicaba la situación.

- Entonces con mayor razón, si ellos tienen el negocio de las armas, proponles llegar a un acuerdo tú te encargas por completo de toda la logística de las misiones y ellos de informarte lo que necesitan y pueden darte una rebaja en el precio de las mismas.  Es un buen acuerdo. 

¡¡No puedes quedarte desarmado!! - le recalque.

- ¿Puedes confiar en alguien en esa ciudad?.  ¿Qué te sea leal a ti?. No a ellos o a mi padre. Ellos serían los ideales para que te ayuden en las misiones y no tengas que utilizar a los hombres de aquella organización al menos que sea estrictamente necesario - le cuestione, mientras pensaba en otra opción para ayudarle a mi hermano.  El siempre le había ayudado a él con su hija. Si ahora podía retribuirle un poco eso.

- Tengo un trabajador de mi entera confianza su nombre es José Heredia, mejor conocida como "José Perra" y también a un abogado Raúl Salinas.  Estoy buscando a otros trabajadores que puedan vender para mi.  Yo me encargaré por ahora Carlo.  Y seguiré tú consejo les hablaré del acuerdo.