Capítulo I

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<<Hace 7 años atrás>>

El silencio reinaba en estos momentos en la casa, mientras no se cruzara con su padre, teníamos un ambiente tranquilo.

De seguro estaba reunido atendiendo los asuntos de la mafia Gambino. Mafia en la que por supuesto no tenía cabida alguna, por ser omega.

Desde muy pequeño le entrenaron junto a Toni, para ser la mano derecha de mi hermano, pues al ser él el primogénito es el próximo heredero de mi padre. Recibí entrenamiento de armas, defensa personal, estudios en los mejores colegios de Italia. La familia y la palabra es primero, pero todo eso quedó truncado cuando las pruebas indicaron que era un omega.

A pesar de que los tiempos han cambiado, ahora ya no son la raza débil, tenemos voz y voto para tomar nuestras propias decisiones, estudiamos y trabajamos en cualquier ámbito, pues aún existe la discriminación. Para muchos alfas ellos siguen siendo superiores y uno tan tradicional como mi padre el "Gran Dante Gambino", yo no tengo derechos por ser omega. Tan pronto supo de mi casta, empezaron los malos tratos, para él no soy más que una escoria que solo sirve para dar desendencia y estar bajo el nudo de un alfa.

Sino había sido tirado a la calle de inmediato fue gracias a mi hermano y a la mamma. Toni siempre intervenía. Incluso ambos consiguieron que mi padre continuará pagando mis estudios en la mejor universidad de Italia, junto a mi fratello.

El llamado en la puerta me saco de mis pensamientos, giré mi rostro con una sonrisa.

- Carlo, ya pensaste ¿qué dulce quieres este año para tú cumpleaños?. Mira que es el otro fin de semana. No me importa que salgas con tus amigos de la universidad, yo igual te haré un pastel - no pude evitar suspirar.

- Prefiero esperar a que vuelva Toni de su viaje que le mando mi padre. Me rehuso a hacer algún tipo de celebración sin mi hermano. Y el dulce pues uno de melocotón con fresas está bien - ella sonrió asintiendo.

No importa si ya iba a cumplir 19 años, su madre siempre le haría un pastel y era inútil discutir contra eso.

Fruncí el ceño al ver por la ventana un carro acercarse a la casa. Observe a uno de los trabajadores de mi padre bajarse para dirigirse hacía acá.

- Llegó Rafaello - continue mirándolo detenidamente. - ¿Con tú padre? - negué pues venía sólo.

Venía a buscar unos documentos que necesitaban. Le acompañe hasta el despacho, disimulando todo lo que podía la molestia que me ocasionaba tenerlo ahí. Tan pronto nos quedamos solos y cerré la puerta se acercó a mi devorando mis labios.

- Pensaste en lo que te dije. Sabes lo mucho que me encantas. Déjame marcarte y anudarte en tú próximo celo. ¿Cuánto tiempo llevamos saliendo?. Dos años y he esperado pacientemente. Además la diferencia de edad no es tanta, son solo diez años. Vamos bebé entrégale esa prueba de amor a tú alfa - su nariz acaricio mi cuello con dulzura y me volví sumiso a su caricia, ladeando el cuello, para que me besara donde estaba la glándula.

- Rafaello, yo si lo he pensado - guarde silencio pues mi madre se acercaba y me separé de inmediato.

Me crucé de brazos, mientras buscaba los papeles, cuando los tenía me observó para después terminar despidiéndose y nuestra conversación quedó inconclusa. Mi madre me miró algo confundida, pero traté de desviar su atención.

No le di más vuelta a eso por ahora, tenía que concentrarme en el trabajo que tenía que hacer con mis compañeros para presentar en la universidad.

Unas horas más tarde, la tensión en la mesa era un ambiente asfixiante. Sabía que la mamma trataba de hacer el intento que mi padre y yo nos lleváramos mejor, pero eso era imposible. Al menos hasta que dejará sus ideas arcaicas.

Olvidando el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora