Capítulo XVIII

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Podía sentir aquellas caricias delicadas sobre su cabello y besos en su mejilla.

- Carlo cariño. ¿No tienes hambre? - abrí los ojos soñoliento, la verdad si estaba hambriento. Desconocía que hora era, lo último que había comido era el desayuno.

- Si tengo hambre - me giré para darme la vuelta sobre la cama.

Mi cuerpo entero se estremeció, estaba adolorido, incluso en lugares que no pensé que me podían doler. Traté de levantarme y caí de vuelta a la cama bufando de frustración.

- Tranquilo con calma, te ayudaré - le miré frunciendo el ceño.

- Puedo caminar solo. Nada más necesito unos momentos para reunir fuerza y levantarme. No es necesario que me cargues como un omega desvalido - sus ojos bicolores me observaron arqueando una ceja.

Volví a intentarlo, poniéndome de pie, maldiciendo al sentir que dolía.

- Que orgulloso eres, te voy a ayudar aunque no quieras - me alzo en sus brazos, no pude evitar que el sonrojo me invadiera mientras caminábamos al baño.

Me colocó con cuidado dentro de la tina para después acuclillarse abriendo la llave del agua. Pude sentir el agua tibia y me relaje.

Horacio se sentó detrás mío, quede entre sus piernas, me recosté sobre su cuerpo apoyando mi espalda sobre su pecho y acomodando mi nuca en la base de su cuello.

- ¿Mejor?. El agua caliente ayuda a relajar los músculos. También los del.....tú entrada te debe estar agradeciendo que el agua está tibia - pero no dije nada, en estos momentos algo estaba dando vuelta en mi cabeza.

- ¿Cuántos omegas has traído a ese cuarto tuyo?. Está lleno de vibradores, fustas, lubricantes y muchos juguetes sexuales. ¿Me acostaste en la misma cama donde te lo follabas? - deje de apoyarme en su cuerpo para mirarlo.

Horacio se sobresaltó al escuchar mi pregunta y al ver mi mirada fija en él.

- A ninguno. No traigo omegas desconocidos a mi casa ni mucho menos a mi cuarto. El último fue a Willy, aunque el no era omega sino beta, era un agente de la LSPD, primeros fuimos amigos, después pareja. Una mafia en la que me infiltre le asesino y después de él no había tenido pareja hasta ahora. Eres el primero que duerme aquí después de lo que sucedió con él y que hiciera una remodelación de la habitación - escuché como la voz se le hacía mucho más baja.

- Lo siento, no quería que recordaras eso - me sentí algo incómodo, pues no era la primera vez que escuchaba algo como eso. En Italia su hermano por órdenes de su padre asesino a la pareja de un policía que no quiso recibir el dinero que le ofrecieron para ser corrupto.

- No tienes que disculparte. Yo quiero que conozcas todo de mi y yo quiero conocer todo de ti. Que no haya secretos entre nosotros - tuve que controlarme para no demostrarle el pesar que sentía de oír sus palabras y saber que tenía que engañarle.

- ¿Desde entonces no has estado con nadie? - prefería cambiar de tema.

- Bueno no del todo......hace varios meses atrás conocí a un omega que daba clases de zumba en el gimnasio. Su nombre es Camilo, pues coqueteábamos entre otras cosas, pero terminó enredado en unos problemas legales y no volvimos a vernos. No lo traje aquí ni nada. No todos con los que he tenido algún coqueteo es que he salido con ellos. Incluso fui a un evento de San Valentín en la ciudad y recuerdo que me miraron como le llamé "me embarazan con la mirada", me puse muy nervioso e incómodo. Salí huyendo como un cobarde, escuchando la frustración de mi lobo interior - no pude evitar reírme al escuchar aquello.

- A mí no me importa los estereotipos de las castas que si un alfa no se comporta así o un omega debe ser sumiso. Yo solo quiero ser Horacio, soy un alfa dominante si, muestro mis sentimientos también, eso no me hace menos Alfa - me acerqué a él después de escucharle acurrucándome en su pecho.

Olvidando el pasadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora