Estoy criando bebés lindos en los últimos días (2 Parte)

Capítulo 220

Pero no sé si la persona que se llevó a Le Bao es la mano negra detrás de la destrucción de las aldeas, o la persona que enloqueció en beneficio propio.

La mano negro detrás de las escenas por el momento no necesita preocuparse, ya que no sera decapitado directamente, entonces tiene que vivir un corto período de tiempo, sólo tardarán más tiempo en encontrarlo.

Pero si es para el beneficio de la gente es difícil de decir, al final del primer año del fin del mundo, decin que los niños nacidos el día del fin del mundo su cuerpo tenía anticuerpos que pueden curar el virus y la noticia desencadenó una ola enorme, muchas bases, individuos y grupos buscarón frenéticamente niños para hacer experimentos, algunos incluso buscaron niños de alto nivel para adquirirlos. Mucha gente se gana la vida con esto, robando y desvalijando a niños de la edad adecuada para lucrarse y es imposible impedírselo.

Estamos a mediados del segundo año del fin de los tiempos y es el momento en que esta tendencia prevalece, y no se apagará hasta el final del segundo año del fin de los tiempos, cuando la investigación ha sido infructuosa, dejando a la mayoría de la gente muerta en el agua y el desgaste es enorme.

Desde que abandonó Ciudad de Piedra, Lan Shi Ruo ha tenido mucho cuidado en proteger a Le Bao, aunque ahora no se diferencia demasiado en tamaño de un niño de dos años y es inevitable que a alguien no le importe. Lo cual no esperaba, pero aun así alguien se había aprovechado de la situación.

La joven pareja se inclinó el uno junto al otro, sin hablar, su conciencia consciente del espacio, segura de que Le Bao era lo bastante listo como para meterse en él en cuanto tuviera ocasión.

Por la noche, el gran grupo se detuvo en un lugar apartado, Lan Shi Ruo, Ao Cheng Yi y se despidierón y entraron en el espacio, vigilando, esperando a que apareciera Le Bao.

El pequeño Le Bao se despertó en un espacio cerrado y abarrotado, mal ventilado y oscuro, con sólo una pequeña rejilla de ventilación en la parte superior. Le Bao era bajito y no podía alcanzar la rejilla de ventilación ni ver el exterior, por lo que sólo podía utilizar su aún no recuperada y única energía mental restante para explorar lentamente.

Después de ver la situación, no se atrevió a moverse y sacó la lamparita de pato amarillo que le había hecho el tío Guo Zi, para dormir por la noche, la luz era tenue y tenue, y miró a su alrededor, estaba en un carruaje, al lado de muchos niños de su misma edad, y no sabía si estaban dormidos y no se movían.

Cuando oyó un alboroto fuera, se apresuró a guardar su patito amarillo y se quedó quieto.

Su corazón latía con fuerza y tenía miedo. Antes tenía perros, pájaros, compañeros, padres, tíos y tías, no temía a nada, pero ahora sólo se tenía a sí mismo.

Le entraron ganas de llorar cuando se le calentaron los ojos, así que se los secó apresuradamente con sus manos regordetas, era demasiado grande para llorar.

Estaba tan triste y compungido que lanzó un grito.

El niño estaba muy sucio, con lágrimas, mocos y sudor por toda su gorda cara, blanca y negra. "Cariño, Le Bao, me has dado un susto de muerte, ¿te has hecho daño? ¿Estás herido? ¿Tienes miedo? Lo siento Lebao, es culpa de mami, mami no te cuidó bien, lo siento Lebao, bebé de mami".

Madre e hijo se abrazaron y lloraron desconsoladamente.

Ao Chengyi abrazó a madre e hijo, les dio dos besos a cada uno, sonriendo tranquilamente, era bueno que estuvieran bien.

Después de llorar durante media hora, Ao Chengyi temió que la madre y el hijo lloraran, así que se apresuró a consolarlos: "Vale, si lloras más, se te hincharán los ojos y enmudecerá la voz.