Capítulo 389

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Lan Shiruo hizo un gesto con la mano y vació los almacenes, dejando una gran nota en la parte superior de una de las tiendas: "Si quieren sobrevivir, vayan a buscar refugio con Dragón y Fénix."

Luego, se marchó con elegancia. Desde ese lugar, llegar al territorio de Wang Xifa tomaba solo uno o dos días; no era un trayecto que pusiera en riesgo sus vidas.

El próximo destino del gran equipo era el territorio de Ma Hua, cuya situación era similar a la del territorio de Hong Zhengjun. El equipo, ya insensibilizado por la repetición de estas escenas, casi no sentía nada al enfrentarse a semejante miseria.

Por un lado, sí, eran personas dignas de lástima, sin comida ni agua, condenadas a contar los días hasta morir. Pero, por otro lado, tampoco lo eran. Los líderes codiciosos, aferrados al poder, preferían mantener a su gente en un estado lamentable antes que renunciar a su posición. No les importaba cómo sobrevivieran los que estaban bajo su mando; solo les importaba su propia superioridad. Y aquellos que eran liderados, temerosos de lo desconocido, preferían esperar la muerte en lugar de luchar por una oportunidad de vida, depositando todas sus esperanzas en otros, una muestra de su extrema ignorancia.

Estas eran elecciones que ellos mismos habían hecho. Pasar hambre y sed era algo que sabían que sucedería, y aun así, tomaron esta decisión. No podían culpar al destino o a la mala suerte; debían culparse a sí mismos por sus malas decisiones.

Dejaron otra nota y, sin hacer ruido, el gran equipo desapareció nuevamente.

¿Qué reacción tendrían Hong Zhengjun y Ma Hua al descubrir los suministros desaparecidos y la nota dejada? El gran equipo no estaba preocupado. No les importaba si estos hombres se atrevían a buscar una oportunidad en la base de Wang Xifa. La oportunidad estaba ahí; su supervivencia dependía de ellos.

Las personas inteligentes sabrían qué hacer.

No es que estos hombres fueran desalmados; desde que nacen, las personas luchan por sobrevivir. No se puede culpar a alguien por intentar vivir.

Después de resolver las cosas en este territorio, el gran equipo regresó a la base de Wang Xifa. Los otros seis grupos de poder fueron dejados de lado por el momento; el gran equipo no planeaba intervenir, pues sabían que Wang Zhe todavía necesitaba practicar y crecer.

Cuando regresaron, la batalla aún continuaba, pero estaba claro que las fuerzas de Hong Zhengjun y Ma Hua estaban al límite. Apenas tenían la fuerza para sostener sus armas.

Hong y Ma, que todavía intentaban encontrar alguna motivación para seguir luchando, se giraron y vieron al gran equipo observando tranquilamente desde la distancia. Sus corazones se hundieron. "¿U-u-ustedes por qué están aquí?"

Los compañeros sonrieron. "¿Y dónde más deberíamos estar?"

¿Seguirían luchando?

No querían rendirse, pero sabían que no podían ganar. ¿Qué hacer?

Lan Shiruo no esperó más. Lanzó una cuerda hecha de agua y ató a ambos como si fueran simples sardinas. No hubo resistencia, no más que si hubieran atado a dos peces muertos.

¿El resto intentaría resistirse?

El gran equipo los ignoró y les dejó una advertencia: "Los que se rindan, se unirán a nuestras filas; los que se resistan, morirán." Luego, se dirigieron al interior de la base.

Wang Xifa soltó una carcajada y abofeteó varias veces a Hong y Ma, liberando todo el resentimiento que había acumulado.

"¡Apúrense, los que sepan lo que les conviene, hagan fila y regístrense! A los que no, yo mismo los despacharé."

Estoy criando bebés lindos en los últimos días (2 Parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora