Bueno, continúo, dejando de lado un poco el tema del colegio, considero adecuado resaltar otro detalle en mi vida que terminaría por determinar lo que soy ahora: me encantan las peleas. Recuerdo con nostalgia y alegría las veces que mi padre me llevaba a cada Torneo Mundial de las Artes Marciales que se llevaban a cabo en Isla Papaya, donde pude presenciar numerosos combates llenos de emoción y frenetismo; dentro de todo, él me empezó a llevar desde que era un bebe (Torneo N° 21, específicamente), pero recién me empezó a fascinar dicho evento desde su edición N°23, cuando tenía 8 años, instancia en la cual terminaría por conocer a un guerrero que me marcaría para siempre, Son Goku, quien con un gran esmero y dedicación se terminaría por consagrar como el ganador en esa oportunidad. Tras el evento, yo me volví un acérrimo fan de esta disciplina y, por consiguiente, le pedí a mi padre si me podía inscribir en algún cursillo de esa índole (aún no reconocía del todo los problemas económicos que teníamos), pero me dijo que no había suficiente dinero; sin embargo, para mi fortuna, él tenía cierto conocimiento al respecto, por lo que se convertiría en mi maestro de artes marciales durante mis tiempos libres (esto sin olvidar mis deberes y objetivos que tenía como estudiante, claro está).
Pasaron los años, mi papá envejeció, los problemas en mi vida social se incrementaron y mis metas que me proponía académicamente eran más exigentes, esto provocó que ya no me enfocara demasiado en la práctica de estas artes, pero siempre intenté en darme un tiempo para seguir entrenando por mi cuenta y aumentar mis habilidades de pelea, algo que terminaría por dar frutos (no es por alardear, pero con todo lo que aprendí siento que podría derrotar con bastante facilidad a Piccolo Jr., quien fue en su momento el rival de mi ídolo Goku en Torneo Mundial).
Luego de estas partes clave de mi vida que se desarrollaron de forma paralela, acabé la escuela e ingresé a la universidad para estudiar ingeniería biomédica, una carrera la cual siempre quise estudiar, pues es la unión de dos carreras bastantes relacionadas con el campo de la ciencia. Al principio me costó un poco seguirle el ritmo a los maestros de dicho instituto, pero con una gran dedicación de parte mía conseguí el grado de maestría en dicho campo de estudio; a causa de mi destacado desempeño, recibe una gran recompensa dada por una compañía que, pese a no ser tan de mi agrado en estos días, debo de agradecerle: la Corporación Capsula, liderada por Bulma Brief (no sé por qué, pero su cara me hace recordar a una chica que acompañaba a Goku en sus peleas), quien me daría un avanzado equipo tecnológico para reforzar mis capacidades intelectuales y crear nuevos aparatos que puedan ayudar a mejorar el mundo.
Una vez culminado mis estudios y con los beneficios dados por la Corporación Capsula (la cual a su vez me dio un poco de capital para abastecer mis necesidades), yo junto a mi familia nos mudamos hacia las afueras sur de la Capital del Oeste, ya que como ingeniero biomédico necesito de un lugar más amplio para continuar con mis investigaciones, además de recuperar algo de tranquilidad tras el harto estrés que tuve en todos estos años. Todo era paz y tranquilidad para mi persona, hasta que una serie de eventos desafortunados y a la vez místicos terminaron por dar un giro de 180 grados a mi vida.
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Dragon Ball Super GT: Los Guerreros de la Nueva Era - Goten y Trunks
ActionHan pasado dos años desde la derrota del Monstruo Buu, la Tierra vive tiempos de paz y los Guerreros Z han aprovechado para descansar y/o entrenar para ser mejores peleadores. En medio de esta efímera tranquilidad, un enigmático e inesperado enemigo...