Capítulo 7A: La pesadilla Ozaru - La Batalla Final (Desenlace y fin)

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Keikai, tras presenciar la transición de Goten a un mono gigante, se quedó anonadado.

- Esto es increíble, nunca en mi bendita vida pensé que vería una transformación como esta, considerando que esto se podría llamar involución porque nosotros evolucionamos de los monos. Sé que algo arriesgado, ya que ahorita se está comportando como un primate normal y sin razonar, pero podría hacerle una entrevista para documentar su experiencia, de todas formas soy muy resistente *se acerca* ¡Es impresionante, chico!, me has dejado con la boca abierta, jamás creí contemplar una mutación así, cuéntame, ¿Cómo te sientes en estos momentos ahora que eres un mono? ¿Tu inteligencia y percepción de la realidad ha cambiado o sigues pensado como un ...? – no logró culminar, pues recibiría un duro puñetazo del monstruo, haciendo que salga disparado muy lejos –

Definitivamente, todo lo ocurrido ese día carcomió y alteró mucho la personalidad e intelecto de él, ya que el antiguo Keikai (previo al combate principal) desde un inicio no habría intentado dialogar con un ser desconocido con normal tranquilidad, sino que esperaría el momento indicado para fulminarlo; si bien esto último lo cumplió considerablemente al final, tuvo que recibir de forma obligada su merecido para entenderlo.

- ¡Guau, Goten, eso estuvo increíble!, estaba deseando eso desde que comenzamos a pelear con ese payaso, de verdad has superado mis expectativas, bro.

- ... GRR ... GRR ...

- ¿Bro? ... ¡¡¡Ah!!! – Trunks se sorprendió, puesto que su amigo, una vez estando cerca de él, se dispuso a realizar lo mismo que hizo con el científico; por fortuna, estuvo atento y lo esquivó – Hey, ¿Qué te pasa? ¿Por qué hiciste eso?, si te dije que lo hiciste genial ... Oye, ¿Me estás escuchando?

Pese a los intentos de comunicación del mayor, el Ozaru persistió en sus ataques; aunque Trunks logró contrarrestar varios de estos, acabaría por recibir uno.

- ¡Auch, eso dolió! ... ¡Goten, sé que me estás escuchando! ... ¡No te quiero hacer daño, coopera!

Pero el menor no le hizo caso alguno, pues estaba siendo controlado en su totalidad por la transformación Ozaru, la cual, al igual que el resto saiyajines criados en la Tierra, jamás recibió entrenamiento para controlarla (algo entendible, debido que tanto a él como su amigo nunca les creció la cola de manera natural). Posterior a ello, el mayor de los niños, tal como dijo, simplemente se concentró en esquivar la mayor cantidad de movimientos del otro con el afán de cansarlo y así intentar razonar con él; sin embargo, a pesar de hacerlo perfectamente durante varios minutos, acabaría por recibir numerosos impactos del simio, haciendo que se le colmara la paciencia.

- Ya es suficiente ... amigo, tal vez no me entiendas, pero estoy muy seguro de que sigues ahí dentro ... si te tengo que lastimar un poco para recuperarte, ¡Entonces lo haré!

Y así lo hizo, dado su menor tamaño y peso, pudo conectarle una seguidilla de golpes al Ozaru en todo su cuerpo, existiendo una variación en el destino de los mismo para evitar ser muy predecible, primero comenzó por la cabeza, después por las piernas, el torso, los brazos, la espalda, etc. No obstante, pese a que el mono hacía gruñidos y sonidos de molestia, en realidad las acciones de Trunks no le ocasionaban demasiado daño a este, simplemente lo hacían enojar más; por tal motivo, la criatura monstruosa daría un estruendoso grito, el cual generaría ondas que acabarían por empujar al pequeño. Las esperanzas eran casi nulas, el monstruo en verdadera una bestia descontrolada que no iba a parar; asimismo, estas últimas se empezaron a desvanecer más cuando la criatura atraparía al saiyajin con ambas manos y empezándolo a apretar (exactamente igual como Vegeta lo hizo en su primer enfrentamiento con Goku).

- ¡¡¡Ah!!!, esto es inútil, mis ataques no te han hecho nada ... pero no puedo permitir que acabe así – dijo el chico mientras se aguantaba el dolor causado por el agarre de la bestia – Goten ... por favor ... detente ... mírame bien, soy yo, Trunks ... tu mejor amigo, lo hemos sido siempre desde que tengo memoria y lo seguiremos siendo si me dejas de lastimar ... yo ... te quiero mucho ... no te puedo perder, no de esta forma.

Para su fortuna, al parecer este emotivo discurso ayudó a que el menor transformado comenzara a calmarse, reduciendo la fuerza que ejercía en su compañero, así como mostrarle una mirada más tranquila, dándole a entender que había recuperado en parte la cordura.

- ¡Sí, sabía que regresarías! – gritó con mucha emoción y alegría.

Sin embargo, la calma fue efímera, pues Keikai arruinaría el momento lazando un potente rayo directo al ojo del menor (justamente lo mismo que le ocurrió al príncipe saiyajin), ocasionado que se alocara nuevamente.

- ¡Maldito idiota, ¿Por qué ahora? ¿Acaso no viste lo complicado que fue tranquilizarlo?! –se dispuso a confrontar y finiquitar al doctor de una buena vez, pero fue repelido por el mismo, quien le lanzó otro gran ataque, haciendo que saliera propulsado hacía unos escombros -

Dragon Ball Super GT: Los Guerreros de la Nueva Era - Goten y TrunksDonde viven las historias. Descúbrelo ahora