La cabeza se me parte en dos. No he podio dormir y estoy agotado. Ahora lo único que puede reconfortarme es ver la encantadora silueta de cierto demonio.
Lo encuentro muy concentrado en su tarea y eso me da unos segundo para observar. Mi pequeña serpiente blanca sigue tan hermoso como lo recuerdo. Ahora que esta bajo mi vigilancia su cuerpo esta volviendo a ganar peso, lento pero efectivo; hasta el color a vuelto a sus mejillas y labios.
Niego con la cabeza. Recuerdo su respuesta a mi tonta pregunta, su vergüenza, el tono rosa que contrasta con su piel demostrando su sonrojo..
Todavía no le he contado sobre el a mi abuelo, y una parte de mi se alegra de no haberlo hecho porque ahora estaría como loco detrás de Alice. Ya puedo imaginarlo con su aura floral mimando y regañandome o incluso podría ser peor. Definitivamente esta lejos de la realidad, no se lo dire.
Suspiro. Antes de soltar cualquier palabra de mi boca tengo que resolver estos malditos papeles que no dejan de acumularse y apilarse a toda hora sobre mi escritorio a este ritmo moriré antes de poder terminar; todo esto gracias a esas jodidas ratas, cuando pensaba que ya los tenia controlado no dejan de multiplicarse y joderme a cada segundo. Tendré que mandar a Azazel y quizás a Gaap para que empiezen con la caceri. AHHH! estoy cansado.
Miro de reojo una vez mas a Alice, quien ahora se encuentra bostezando y recostandose sobre su escritorio. Rio entre dientes y una tonta pero interesante idea pasa por mi mente. Me siento un completo imbécil. Bueno, esto va a ser divertido. Me sorprenderia saber de lo eres capaz de hacer Alice, déjame ver hasta donde llega tu deseo. [chasqueo los demos y mi magia se activa]
— Shh
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Me acerco con cuidado hasta el escritorio de Alice, no quiero despertarlo de su sueño. Según el informe de Purson, agregando los reportes de sus compañeros, ya lleva un par de días quedándose dormidos en horas de trabajo. Me pregunto que estarás haciendo. Sus largas pestañas tiemplan dormidas; y su boca se encuentra un poco abierta, lo suficiente para dejarme ver sus filosos colmillos blancos. Estiro mi mano y le aparto un mechón de su cabello que cubría su hermosa cara y acomodarlo detrás de su oreja. Lo veo fruncir el ceño y murmurar.
— Mmm..Vete..
— ¿Y si no lo deseo? — susurro y sonrió.
— ¡Carajo!..
— Lamento despertarte, mi hermosa serpiente blanca...
— No podías dejarme dormir un poco mas.
extiendo mi brazo y toco con mi dedo su frente. — Estabas frunciendo el ceño.. ¿Estas molesto?.
— mmm — Alicia, desvió su mirada hacia un costado.
— Alice.. mi hermoso Alice.. puedes decirme lo que te molesta. — ¿Qué estas ocultando?. Paso mi mano por su mejilla y me detengo a la altura de tu mentón, lo sujeto entre mi dedo pulgar e indice y hago que vuelva a mirarme.
— Esta bien,no me lo digas. Pero Alice, déjame decirte que te extraño. Tú también ¿verdad?— Su cuerpo se estremece, su labio tiembla, sus orejas se ponen rojas que me dan ganas de morderlas; se remueve en su asiento y junta sus piernas. — No puedes mentirme Alice. Tu cuerpo te delata. Te haz puesto rojo, y tu respiración ha cambiado; ademas de te haz puesto tenso y estas apretando tus muslos.
— N-no.. Mis muslos ¿Como lo notaste?
— Como no reconocer las reacciones que causo ante mis demonios, ademas de años de experiencia, Alice. — No tiene idea lo que provoca el solo hecho de oír su respiración entrecortada sobre mí. Y también lo excitante el saber que tengo el mismo efecto provocar sobre él.
Alice, titubea y aparta la mirada. Empecemos un poco de diversión. ¿Como reaccionaras a esto?. Rodeo el escritorio de Alice y avanzo hasta su asiento. El rostro sonrojado y avergonzado de Asmodeus es un deleite para la vista. Apoyo mi rodilla sobre la silla en el poco espacio creado por la separación de sus piernas, de un empujón lo apoyo sobre el respaldo de la silla; le sujeto las manos y los levanto hasta la altura de la cabezo. ¡Joder! lo tengo bajo mi control.
— Iruma..
— Di que si, Alice. Déjame probarte una vez mas... — dejame comerte..
Lo veo acceder a mi petición asintiendo con la cabeza. Perfecto. Le agarra del pelo mientras sus labios buscan los míos y los encuentra. Pruebo su boca. ¡Carajo!. esto es tan delicioso como lo recuerdo. Alice, ¿ me odiarías si te encerró solo para mí?. Le agarra de la barbilla y meto la lengua.. Exploro, saboreo. Este magnifico demonio responde al beso. Todo lo que esperarias del hijo de la gran Amarillis.
— Eres..tan.. delicioso..Alice — murmura contra mis labios.
Extasiado. Me aparta de el y me mantengo a una distancia fuera de su alcance. Esto es peligroso, pero al mismo tiempo quiero mas.. mucho mas.. Lo observo y tiene la respiración agitada, yo igual.. Paso mi lengua por mi labio inferior y saboreo la delicia dejaba en ellos, y sonrio. Aclaro mi mente. Debería de dejarlo hasta acá, la presencia de demonios acercándose es una molestia.
— Alice.. esta noche no te dejare escapar.. — [chasqueo los dedos andole final a mi magia]
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—Tks..
— Vamos Azu azu o llegaremos tarde. Iruma-sama nos espera.
— Esto apesta.