La tranquilidad es efímera. Ahora ya no tengo solo a Alices, otros tres pequeños demonios se han unido en esta vida. Mi aliento, latidos y futuro es para ellos.
Los asesinos derrotados han dejado tras de ellos un rastro claro que los lleva a Kirio, ahora ya tengo lo suficiente para agarrarlo. Se mas que nadie que debo actuar rápido para proteger a mi familia.
Convoca a mis guardias y les ordena que preparen una misión para eliminar a Kirio de una vez por todas.
— Yo mismo me unirá a la misión.
Decidido a enfrentar mi pasado y poner fin a la amenaza que me ha pesado durante tanto tiempo. Emprendiendo una misión para cazar a los seguidores de Kirio y restaurar la paz en el Inframundo.
Llegamos al palacio donde Kirio se quedaba, un edificio imponente y oscuro que parecía absorber la luz a su alrededor. Se podía sentir la presencia de algunos de sus seguidores, y sabíamos que estarian allí, esperándonos. Pues ya sabían el riesgo que significaba tocar a mi serpiente.
Con un grito de batalla de Sabnock, irrumpimos en el palacio, con nuestras espadas en mano. Los seguidores de Kirio nos rodearon, pero Sabnock junto a Ameli y opera los detuvieron. Luchamos con una ferocidad que nunca se había mostrado antes, nuestras espadas cortando a través de la multitud como un cuchillo caliente a través de la mantequilla.
Los pasillos, salones y todo palacio se convirtió en un matadero, con sangre y cuerpos por todas partes. Luchamos sin descanso. La ira y la sed de venganza me impulsaba a seguir adelante.
Finalmente, después de lo que pareció una eternidad, me detuvo en el centro del palacio, rodeado de los cuerpos de los seguidores de Kirio. El palacio estaba en silencio, excepto por el sonido de la sangre que goteaba de las paredes.
Miró a mi alrededor, mi pecho jadeaba con la fatiga. Había terminado.
plaf! plaf! plaf!. Kirio aplaudía con una sonrisa de satisfacción y excitación. — Fabuloso!. Iruma- sama eso fue muy excitante. Ah!.. me encanta verte en este estado. Este es tu verdadero yo. Dime, ¿No se encuentra satisfecho tu demonio interior?.
Solté mi espada y avance hasta Kirio. Apreté mi puño y me abalanzo sobre su cuerpo. Golpe tras golpes iban hacia su rostro, estoy segado por la ira y solo puedo escuchar su molesta risa.
— IRUMA!— es la voz de Ameli.
Me detuve, frustrado y enfurecido. No podía matarlo, pero tampoco podía dejar que siguiera libre para hacer daño. Así que tomó una decisión. Me levanto del cuerpo de kirio.
— Encierren a Kirio en un palacio aislado, donde no pudiera hacer daño a nadie.
Clara se acerca, y de su magia saca un pañuelo de los bolsillos. Me toma de las manos y limpia mis puños de la sangre dejaba por aquel demonio. — Todo esta bien, todo esta bien.. Iruma-sama hizo lo correcto.
Con la ayuda de las coronas, se construyó un palacio alejado, rodeado de murallas altas y protegido por hechizos. Se llevó a Kirio al palacio y lo se lo encerró allí, asegurándonos de que no pudiera escapar.
— No pienses que has ganado. Tuviste la oportunidad de terminar con todo, pero no tuviste las agallas de niño y ahora mucho menos de grande. Aun sigues siendo aquel mocoso que engañe y lo seguirás siendo.
— Sigues respirando por la maldición..
— No. Sigo respirando porque me necesitas.
Así dejó a Kirio en el palacio, rodeado de la oscuridad y la soledad. Sabía que la maldición que nos unía todavía existía, pero también sabía que había encontrado una forma de mantenerlo a raya.
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Paso el tiempo, Iruma, sabiendo que Kirio todavía era una amenaza, decide enviar a Kalego y opera a para proteger a sus hijos en secreto, turnándose con purson y sus hombres.
quienes se encargan de vigilar a los bebés desde las sombras. Asegurándose de que estén a salvo y felices.
Un día, mientras Alice está ocupada en la floreria, los demonios liderados por Purson, se encuentran en una misión para proteger a los tres bebés de cualquier peligro. Sin embargo, pronto descubren que los bebés no son tan indefensos como parecen.
Mientras Kalego y Opera están de guardia, los bebés comienzan a jugarles travesuras. Uno de los bebés, el más travieso, se escapa de su cuna y comienza a gatear hacia Kelego, que está sentado en una silla, vigilando. El bebé se sube a la pierna de este y comienza a tirar de su cabello, haciendo que Opera se ría.
Otro de los bebés, la bebé más curiosa, comienza a explorar el cuarto y se encuentra observando como la cola de opera se balance de lado a lado. Esta se lanza sobre la cola y comienza a morderlas. Opera se eriza y pega un salto. La bebé se ríe y aplaude. Kalego suelta una carcajada,luego se trata de calmar, pero no deja de templar.
El tercer bebé, el más tranquilo, se queda dormido en brazos los brazos de kalego. ¿Como llego allí?, todavía sigue siendo un misterio, pero de repente se despierta y comienza a llorar. Los dos demonios entran en pánico y se apresuran a calmarlo, pero pronto descubren que el bebé solo quería jugar con uno de los perros invocados de kalego.
Los dos demonios sombras pronto se dan cuenta de que proteger a los bebés no es tan fácil como pensaban. Los bebés les juegan travesuras y los mantienen en vela, pero a pesar de todo, parece que poco a poco van siendo domados por ellos y disfrutando de su compañía.
{Todo esto es observado por Opera desde las sombras y que pronto sera reportado a Iruma.]
Esto es solo el comiendo de las aventuras de kalego junto a los tres diablillos.