Me arden los ojos. No he pegado ojo en toda la noche y el trabajo se a triplicado. Ahora me encuentro en una reunión con Ameli a través del artefacto de comunicación.
- No hay nada.
- Explica. - ordeno entre dientes.
- No hay forma que un grupo tan grande no haya dejado ni un rastro. No importan que tan buenos sean estos demonios es demasiado extraño. Tal parece que sabían con anticipación sobre nuestro asedio sobre su campamento.
- No digas tonterías. Tiene que haber algo. No pudieron desaparecer en el aire. - gruño. - Si no están allí entonces deben estar por los alrededores. Divide el grupo entre cuadro y registren todo el área.
- Así se hará. Le informare con mas detalle apenas encontremos algo.
- Encuentralos Azazel, no podemos dejar que las ratas sigan con vida. No me decepciones. - Corto la comunicación.
¡Maldita sea!. ¿como se nos pudo escapar?. Desde el sabotaje que se evito en prisión, no he podido descansar ni una noche. Ademas desde que han puesto un ojo sobre Alice le he pedido a Soi que aumente la custodia sobre su alrededor. El recuerdo del primer intento de atentado sobre Alice en el día que salio con Amarillis me viene a la mente inoportunamente. ¡Joder! Si tan solo pudiera poner mis manos alrededor de su cuello, no lo dejare ir esta vez... Respira Iruma, piensa con claridad como continuaras. Debe haber un modo. Me tumba sobre el respaldo de mi asiento y me paso ambas manos por la cabeza... Con la apertura de la puerta la suave brisa con el refrescante olor a dulce inunda la habitación. Es inconfundible no reconocerlo.
- Alice, ¿Qué piensa del matrimonio? - suelto.
Le tiembla el labio y se sonroja..
-No lo se, aun no lo he considerado.
- [...] Qué pasaría si viene algún demonio y te lo propone ¿aceptarías la propuesta? - le sigo. Te estas adelantando mucho iruma.
- No lo se, tal vez lo consideraría. Claro, siempre y cuando dependa del demonio que me lo proponga.
- ¿Tal vez? - tengo una minima chance. Bien. Sonrío para mis adentro. Apoyado sobre el respaldo de mi silla, cruzo mis brazos y frunzo el ceño.
- Me negare.- Su labio vuelve a temblar.
- ¿Por qué?
- No es el momento y no estoy interesado.
- ¿Y si fuera mía? - Quien no estaría interesado en un demonio que lo tiene todo. Es hermoso, inteligente y con una inocencia atractiva. Pero la pregunto del millon es ¿cuanto tiempo tardara en ser notado por otros?..
El se sonroja y sube ligeramente las manos hasta su estomago. Hace que tenga ganas de reir. Veo que sus dedos tiemblan, pero su mirada no baja. Impresionable. Sus ojos me recorren el cuerpo y yo me pongo tenso.
- Y-yo me negar... -
Interrumpiendo mis pensamientos, no quiero que termine su frase. En este espacio tan reducido tengo plena conciencia de su persona. La emanación de su dulce perfume me invade mis sentidos. Solo una vez, caeré en el deseo. Me levanto de mi asiento y camino algunos pasos hasta su posición. Rodeo su cintura con un brazo y atraigo su cuerpo hasta el mio.Le sujeto de la barbilla y mis labios buscan los suyos hasta unirse en un beso. El gime en mi boca. Tiene la respiración agitada. Lo llevo hasta los sillones y en un instante lo tengo arriba de mí apoyado sobre mis muslos.
- Piensalo Alice...
Tengo la voz ronca por el deseo. Ebrio de su fragancia y de su sabor. Baje mi mano que estaba sujeta a su cintura, hasta la altura de su cadera y meto la mano por debajo de su camisa. Cerro sus ojos y parece disfrutar de esta sensación. Soy codicioso cuando se trata de Alice, no quiero que otro demonio tenga lo que yo ya marque como mio.
- I-iru..
Con suavidad, lo empujo al sillón hasta quedar debajo de mí. Me enderezo. Es hermoso, quiero desnudarlo y excitarlo hasta el punto donde su encantadora mirada inocente sea de la misma lujuria. Me inclino sobre él y le levanto un poco mas la camisa, ahora le recorro entre besos la cadera hasta el vientre donde dejo pequeñas marcas de mordidas.
- I-iruma... - jadea entre suplicas Alices.
- Tu me perteneces Alice..
Coloco sus manos sobre mis hombros y antes de poder continuar con la diversión, esta se ve interrumpida por mi querida dama de hielo la Señorita Chima. Su gélido aire es indiscutible. [Gruño] Tendré que dejarlo hasta aquí por ahora. Me enderezo y empiezo a acomodar mi ropa.
- Adelante - digo. Miro de reojo a Alices que en instante ya se habia alistado y actua como si nada. Quiero molestarlo un rato mas.
- Disculpe la interrupción su majestad. El señor Ami Kirio ya esta aquí.
- Tks. Dile que pase. - ¡Mierda! justo ahora tienes que aparecer. Suspiro. Tranquilo Alices todavía se encuentra aquí. Me doy la vuelta y tratando de lucir lo mas tranquilo le acaricio la mejilla. - Sera mejor que regreses ahora y pienses en una respuesta. - le murmuro. No quiero que Alice se tope con ese tipo.
- [...]
-mmm
La puerta se cierra una vez Alice cruza por ella.
- Que lindo es.. ¿Te molesta si lo invito a tomar té?
- Tenia entendido que te había dejado en claro que no tienes permitido pisar aquí.
- Que cruel eres. Recorrí un largo camino hasta aquí. Te he extrañado Iruma..
-[..]
- ¿Ya te haz olvidado de mí?...
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[Recuerdos y un futuro confuso]
Espero que estén preparadas para lo que se viene.
Dulces pesadillas demilectoras.
atte.L.S