Olivo [Iruazz]

#008

Despierto con la respiración agitada, jadeando en busca de aire y mirando a mi alrededor.  Pensar que creí que tenia controlada mis pesadillas. Quizás solo tenia una o dos cada dos semanas, todas repitiendose.. noche tras noches.

Desde que desapareciste. 

Cuando estabas a mi lado, no, desde que te metiste en mi camino. El cielo teñido de oscuridad antes mis ojos comenzaba a aclararse poco a poco y el aire frío que me rodea dejaba de ser tan tenso con solo una conversación que me hacía reír. Te necesito mas de lo crees, en mi vida, en mi cama. en mis mañanas.. 

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— Que lindo es.. ¿Te molesta si lo invito a tomar té?

— Tenia entendido que te había dejado en claro que no tienes permitido pisar aquí.

— Que cruel eres. Recorrí un largo camino hasta aquí. Te he extrañado Iruma..

—[..]

— ¿Ya te haz olvidado de mí?

— Di lo que tengas que decir y lárgate. 

— Kya!.. tan lindo como siempre..  — dice kirio — Así que ese es el famosito demonio.. juju 

 — No te metas.

—  Vas he estado aburrido últimamente. Solo dejame jugar un poquito. Prometo no romperlo a él y a la pequeña cosa.

 — ¡Kirio!..ponles un dedo y te arranco todos los tuyos.

— Mirate. No puedes hacer feliz a nadie. 

Me acaricia la mejilla y me recorre la mandíbula con los dedos. 

— Mira como rompo esta frágil ilusión.  — me susurra

No puedo moverme.¿ Magia? ¿cómo?  Las manos de kirio pasan por detrás de mi cabeza y acerca su rostro hasta el mio, sus labios se encuentran con los míos. Esto es lo que buscaba. Me revuelve el estoma el solo toque de otro demonio que no sea mi serpiente, esto me hace sentir repulsivo. [Ya basta]. El ruido de carpetas al chocar contra el suelo hace que Kirio me suelte y sonrie. Levanto la vista y veo a Alice de pie con una expresión de decepción en la entrada del despacho. Me mira con los ojos muy abiertos y el rostro tenso. [Mierda]  Vuelvo a tener control de mi cuerpo. 

— ¿Que mierda me has hecho?

—  Avivar el avispero. ¿No es hermoso?

— Te matare ahora mismo —  mis manos se encontraban alrededor de su cuello. 

— Esa es la mirada.. vamos hazlo —  decía entre murmullos — Te arrastrare conmigo a la muerte. Recuerda somos uno mismo...

— ¡Joder!..

— Ja ja — *tose* — Estamos unidos..  Tu y yo hasta el final del infierno. 

—  ¡Lárgate!..

No puedo apartar los ojos de la puerta. Su cara, la forma en que sus largas pestañas rosa aletean y proyectan una sombra sobre sus palidísimas mejillas. No acierto a encontrar palabras. No tengo nada, tan solo un hueco vacío en el interior del pecho.

— Kalego. Opera. —  aparecen al instante —  Encierrenlo en la torre y asegurense que no salga.  

— ¡Si! 

— Nos vemos pronto Iru.. repitamos este momento. 

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